Kayla POV
El camino fue muy tranquilo. Edward no dijo nada y tampoco intentó hacerme algo. Comenzaba a pensar que de verdad le estaba importando mi bienestar.
Llegamos a una casa que desconocía, pero Edward parecía tener algún tipo de familiaridad con ella.
-Quédate aquí-Dijo Edward mientras salía del auto.
-¿Quedarme aquí en tu auto?-Solté una risa seca-Edward, no confío en ti, voy a ir, necesito saber que pasa.
-Kayla, por favor.
-¿Quién está en la casa? ¿Está Sean ahí? ¡Sean!-Grité saliendo del auto-¡Sean!
Edward corrió rápidamente, me agarró y me tapó la boca con una de sus manos.
-Cállate-Susurró en mi oído mientras yo forcejeaba para soltarme.
Lo miré aterrada, no podía dejar de pensar en lo equivocada que estaba al haberme ido con él y el peligro en el que me encontraba ahora. Después de unos segundos, Edward quitó despacio su mano y me soltó. Me alejé rápidamente de él.
-Lo siento Kayla, mi intención no era asustarte-Dijo acercándose despacio-Sean no está ahí y tampoco se si la persona que hay adentro pueda ayudarnos, pero es alguien peligroso y no quiero que se entere de que estás aquí.
-¿Sabe quién soy?
-Probablemente. Trabajó muchos años en los encargos sucios de Gerald y tengo entendido que lo sigue haciendo, quizá haya oído sobre ti y no es buena idea que nos vea entrar juntos, no conseguiré ninguna información así.
La puerta de la casa frente a nosotros se abrió en ese instante, interrumpiendo nuestra pequeña conversación. El miedo comenzó a recorrer cada parte de mi cuerpo, hasta que vi a la persona que se encontraba frente a nosotros.
-Edward-Dijo mirándolo de arriba a abajo. Lanzó un cigarro que tenia en su mano al suelo y lo pisó para apagarlo. Después volteó su vista hacia donde me encontraba y levantó una ceja.
-Ella no es una amenaza-Explicó Edward tomándome de la mano. No hubo respuesta de parte del chico, se quedó observándome unos segundos y luego se adentró a la casa, cerrando la puerta en nuestras narices.
Me solté rápidamente del agarre de Edward y lo miré con confusión.
-¿Acaso es él esa persona tan peligrosa a quién le temes?-Pregunté con ironía-¡Es un niño!
-Kayla...
-¿Qué?-Interrumpí con una sonrisa en mi rostro-¿Cuántos años tiene? ¿Doce?
-Trece.
No pude evitar reírme con la seriedad que Edward tuvo al responderme. No puedo creer lo que acaba de pasar.
-Kayla esto es en serio. Estas no son buenas personas.
-Tampoco nosotros.
En ese momento el chico volvió a abrir la puerta y le hizo señas a Edward para que entrara. Edward siguió adelante y cuando me acerqué, el chico me frenó en la puerta, poniéndose en medio del camino.
-Tu nombre-Me dijo.
-Elena-Interrumpió Edward y lo miré sorprendida.
-Sí...Elena-Repetí.
El chico se hizo a un lado y me dejó pasar. Después cerró la puerta y se sentó en un sillón frente a nosotros.
-¿Qué quieren?
-Necesito hablar con tu padre-Respondió Edward.
-No está.
-Es una emergencia-Insistió-Son órdenes de Gerald.
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Sean
Подростковая литератураDesde que su padre murió las puertas de la felicidad se cerraron por completo dentro de ella. Lloró como nunca antes lo había hecho, Sufrió como un bebé al que le quitaron su juguete favorito. Para ella todo estaba acabado, nada podía hacerla feliz...