Capítulo 5

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Sentí que alguien me estaba lamiendo.

Que asco.

Abrí los ojos y vi a mi perrito encima de mí lamiéndome por completa.

-¡Mamá mi perro me está violando!-Grité para que mi mamá me escuchara.

La escuché riendo y luego sus pasos acercarse a mi habitación.

-Arréglate, se te está haciendo tarde-Dijo mi madre entrando a la habitación.

Bajé de mi cama y rápidamente agarre mis cosas y fui a arreglarme.

******

El colegio siempre me pareció un lugar interesante y algo aburrido para ser sincera, la persona que me alegraba los horribles días de colegio era Diana, realmente nunca creí que ella me traicionaría por semejante idiotez.

Y aquí estoy.

Perdida como cualquier alumno nuevo. Había dado millones de vueltas alrededor del colegio y todavía no encontraba mi salón.

Genial.

-Señorita, las clases ya han comenzado,¿qué hace usted fuera de su salón?-Me Dijo un hombre mientras se cruzaba de brazos.

-Lo siento, ya me iba, es solo que me perdí-Dije esperando que se ofrezca a ayudarme.

-Muévase señorita-Dijo el hombre antes de irse.

Viejo amargado.

Ni siquiera me ayudó a buscar mi salón.

-¡Hey!-Dijo una chica tocándome el hombro.

La chica era rubia y tenía unos grandes ojos azules que me miraban de una manera muy amigable.

-Hola-Dije sonriendo.

-No pude evitar escuchar tu conversación con el maestro Félix, ¿Quieres que te acompañe?-Dijo ella bastante contenta.

No gracias, me empalagas.

-Claro, ¿por qué no?-Dije sonriendo sin mostrar mis dientes.

  ******

Me la pasé todo el día con la chica rubia, cuyo nombre es Danielle. Ella es bastante cariñosa y muy parlanchina, al principio debo admitir que me pareció insoportable pero ahora era distinto, ya le estaba cogiendo mucho cariño a esta rubia. Me contó muchas cosas sobre ella y hasta me dió un tour por el colegio.

Ahora estaba sentada tomando mi última clase del día, física.

Odio la física.

Es terriblemente aburrida y sin sentido, ya que no ando por la calle calculando la distancia que me tomó llegar a mi casa o la fuerza que utilicé para levantar un vaso de agua. Simplemente no tiene sentido, a nadie le importa.

Para eso hacen aplicaciones.

-Creo que voy a morir-Dijo Danielle quejándose de la clase, y en verdad ella no era la única que pensaba así.

-Morimos juntas entonces-Dije recostándome de la mesa.

-¡No quiero morir soltera!-Dijo quejándose otra vez y yo solté una carcajada.

Mi compañera de asientos y nueva amiga Danielle, estaba realmente loca.

-Ya basta Danielle-Dije riendo al ver la cara de depresión de la rubia.

-Danielle y Kayla-Llamó el profesor-¿Por qué no pasan adelante a compartir sus temas con toda la clase?

-Le aseguro que no le gustará saber lo que hablábamos-Dijo Danielle con una sonrisa maliciosa.

El profesor la miró mal y continuó dando su clase.

¿Que acaba de pasar?

-Dani-la llamé-¿Qué pensabas decirle?

Ella me observó y luego rió.

-Conozco un secreto del profesor-Dijo ella recordándolo-El sabe que no tendría ningún problema en comentarlo.

-¿Qué secreto?-Pregunté con curiosidad.

-Era mi maestra de ballet-Dijo riendo-Solía pensar que era travesti.

La miré con ambas cejas alzadas y ella se encogió de hombros riendo.

¿Dijo maestra?

Ese profesor estaba bastante loco. ¿Por qué se vestía de mujer para dar clases de Ballet?

No quise preguntar y continué escuchando al maestro.

-Y por último, Kayla y Sean-Concluyó el profesor.

-¿Podría repetir todo?-Dije algo avergonzada por no prestarle atención en ningún momento.

-¿Que tal si en la próxima clase presta atención?

-Gracias Profesor-Dije con una sonrisa bastante falsa en mi rostro.

El timbre sonó indicando que nos podíamos ir a nuestros hogares y todos comenzaron a salir rápidamente de los salones.

Estaba recogiendo mis cosas del salón y me percaté de que no estaba sola allí dentro. Había un chico sentado en el fondo del salón con unos audífonos puestos. Seguro se durmió escuchando al amargado del profesor y no se dió cuenta de que ya había sonado el timbre.

Me acerqué a el y le quité los audífonos para que pudiera escucharme.

-¡Hey! creo que debes despertarte, el timbre ya sonó-Dije al chico con amabilidad.

El levantó la cabeza y me observó por unos segundos.

-Te hubiera agradecido tu buen acto si te hubiera pedido que lo hicieras. Pero oye, ¿Sabes algo?-Sonrió-No lo hice.

El chico se levantó de su asiento muy bruscamente y se fue chocando nuestros hombros.

Imbécil.

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Danielle en multimedia.
💜

SeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora