Stalin.
Pues ya llegó mi hora, el dia en que me voy a entrenar como Omega.
Son las 5 a.m, me visto con ropa deportiva, flexible y cómoda, la verdad es que pasaré con esta ropa varios meses, la limpiaré en ríos, al igual que me ducharé en ellos.
Sin hacer ruido dejo una nota diciendo que un amigo cuidara de Fénix y de Tyler.
Mi madre después de la batalla de ayer, al llegar a casa, me dijo que había comprado una montura, pero le comenté que estuve informandome y que habría que esperar aún varios meses que cumpla su desarrollo, sino podría tener problemas en los huesos. Cuando voy de campamentos en varios de ellos hago hípica, así aprendí a montar a caballo.
Después de estar hora y media "entrenando", divirtiéndome y despidiéndome, me dirijo a casa con Fénix y Tyler.
Me despido y embarco mi nuevo camino.
Dos semanas después...
Estoy corriendo cerca de la playa, ocultándome entre los bosques, para evitar que me puedan ver, ya que estoy corriendo a cuatro patas, en modo salvaje, pero sin estar convertido en hombre lobo.
Después de estar, creo que dos horas corriendo, me detengo en un rio y me quito la camiseta, la hecho en el rio sujetada a un palo para que no se me valla. Me tumbo a descansar en la sombra de un árbol, ya que el sol pega fuerte.
Después de unos minutos, escucho pasos. Y de repente me encuentro arrinconado contra un árbol por cuatro chicos, tres de ellos sujetándome y uno observando.
— Vaya, vaya, ¿que tenemos por aquí?, un omega, por unos de mis ríos preferidos, un pancho ensuciando el agua donde me encanta bañarme— comenta el que no me sujeta.
Me intento zafar del agarre de los tres, uso suficiente fuerza de la calculada por sus cuerpos, incluso un poco más, pero me resulta imposible.
— Mira quien nos quiere hacer frente, este panchito de mierda— me dice acariciando mi cara con sus garras.
— Tu no sabes quien soy ¿verdad?— le digo desafiante.
— Eres quién no volverá a pasar por aquí nunca más— me pega un puñetazo en el abdomen y los demás me tiran al suelo. Me cuesta respirar tras el golpe.
— ¿Porque lo diga un trozo de mierda como tu?— le digo levantándome, cuando se iban y me daban la espalda.
— Pues nada, pesábamos que ibas a hacer caso, se nota que no sabes quien soy, ni donde estas.
Me pongo de pie, me acerco a él le pego un puñetazo con mucha fuerza. Ni se inmuta.
¿¡Pero que cojones!? debería estar desangrándose.
— Esto es todo lo que tienes, que pena— me pega un puñetazo en la cara y me estrella contra el árbol.
— ¿Sabes que? me has impresionado, aguantas mucho— respondo.
Me transformo en hombre lobo, ya que no ganaré si no uso todo mi poder, seguro él es un alfa y por eso es tan poderoso.
— De acuerdo, yo también me convertiré— se transforma y se deja ver sus ojos azules celestes. — ¿Asombrado de mis ojos?
— Pensaba que eras un alfa— respondo sorprendido.
— Jaja, mi alfa es mucho más fuerte que nosotros juntos.
Me pega simultáneamente en varias partes de mi cuerpo, al detenerse me coge de la cara y me estrella contra el árbol nuevamente.
— Quiero que me hagas rivalidad.
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El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre Lobo
WerewolfEsta es la historia que marcará un antes y un después en la vida de los hombres lobos, se trata de una evolución del linaje prehistórico de los lobos que tiene lugar junto a los humanos. La familia Memberry, desde hace años han destacado en la soci...