Capítulo 59: Alfa De Manada

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Stalin.

Amanezco de buen humor, con energía y muy relajado. Me levanto y voy a pasear con Tyler, lógicamente, él no necesita correa porque me hace mucho caso. Tras media hora de caminar, correr y jugar volvemos a casa, mi madre había comprado pan latino con un batido de cacao, tampoco podía faltar el zumo de naranja natural.

La mañana continuó tranquila, cada uno coge su camino para la escuela o el trabajo, yo seguía yendo caminando con mi hermanos por el parque a pesar de tener coche, llegamos temprano y me quedo con mis amigos en la entrada hablando, cuando derrepente vuelven a aparecer los hombres lobos que nos atacaron la otra vez.

Even se altera, comienzo a escuchar sus palpitos y pierde su forma humana, comienzan a crecerles las garras y a brillarles los ojos.

— Even, quieto, tranquilízate— le digo.

— No puedo Stalin— me dice con una voz grave.

— Hay mucha gente, no te pueden ver así— con suerte somos muchos y lo tapamos.

Ellos pasan delante de nosotros sonriendo mientras nos miran.

— ¿Le pasa algo?— pregunta una profesora.

— No, solo le duele la cabeza, le vamos a llevar a la parte de atrás a los baños— le digo y nos vamos.

— ¡Van a empezar las clases!— grita mientras nos vamos.

Le meto en la ducha, le quito la camiseta para que no se moje y con agua fría le mojo la cabeza, está enfadado, pero poco a poco comienza a tranquilizarse.

— Puff— decimos los presentes mientras nos tiramos al suelo relajados.

— Porque le pasa esto ahora, ninguno hemos tenido problemas con la transformación— pregunta Peter.

— No lo sé, creo que en el verano hemos podido transformarnos sin que nadie nos vea, ahora tenemos que evitar transformarnos, nadie nos pueden ver— respondo.

— ¿Te pasó lo mismo a ti, Stalin?— pregunta Even.

— No creo, no sé porque yo perdí el control esa vez, pero también perdí mi fuerza. Tenemos que tener cuidado, somos muchos los hombres lobos nuevos, no podemos transformarnos.

— Vamos a clases— dice Even mientras se seca el pelo y se pone la camiseta.

— Even, cuidado en clase— le digo y nos vamos.

No vamos todos a la misma clase, pero tenemos mínimo a alguien con nosotros, yo estoy con Even, pero no sé si es el peor en controlarse o el mejor.

Entramos en clase y veo a dos de ellos sentados, nos alejamos lo más que podemos para sentarnos. Me pregunto donde estarán los otros dos.

Comienza la clase y cada vez que el profesor se giraba ellos nos tiraban trozos de papel a la cabeza.

— Even, intentan que nos enfademos, quédate quieto y tranquilo— le susurro a Even ya que sus palpitos aumentaban al igual que los mios.

Mantenemos nuestros palpitos hasta que llaman al profesor y sale de clase. Me levanto y voy a por ellos.

— ¿Vais a parar u os hago parar?

— ¿Tú, no te acuerdas que pasó la última vez que lo intentaste?— le agarro del cuello, el otro me intenta agarrar y Even le agarra del cuello igual que yo. — Dile a la mierda que te haya mandado a jodernos que la manada Memberry ha nacido nuevamente, ya no somos solo familia— se queda callado y quieto.

Even y yo volvemos a nuestros asientos y terminamos la clase tranquila.

Es hora de comer y nos encontramos todos en el comedor.

— Holaa— dice Ariel.

— ¿Qué haceis aquí?— pregunto mirándolo junto a Sylvia.

— Mi madre ya se decidió a formar parte de la manada, asi que nos cambió y aquí estamos.

— A genial— respondo. - Pero una cosa, nadie sabe que somos hombres lobos asi que cuidado con tu voz— rio.

— A vale, perfecto.

Ya tenemos cada uno nuestra comida y nos sentamos.

— Si seguimos siendo más vamos a tener que unir dos mesas— dice Even y todos rien.

Se abren de golpe las puertas del comedor y eran esos cuatro de nuevo, todo el comedor se queda callado por un momento y viéndolos. Y continuo hablando con mis amigos y el comedor entero continua como antes.

— Bueno, es muy bueno que estéis los dos con nosotros, porque estamos teniendo problemas con la transformación, hoy le pasó a Even y se puede decir que a mi también el otro dia.

Pasan ellos por delante de nosotros y empujan a Even, se riega el zumo que tomaba y cae junto con la bandeja al suelo, se levanta pero Ariel se pone delante de él, se escucha a Even gruñir y está apunto de perder el control.

— Even saben que puedes perder el control, no hagas nada— le digo a Even pero sigue alterado pero quieto.

— Stalin— me dice Scarlet mirando mis manos. Tengo el puño apretado y me comienza a sangrar porque me crecen las garras sin darme cuenta.

— ¿Quieres armar un problema?— le dice Ariel encarándose a los dos.

— ¿Ya no puede defender el gran Stalin Memberry? pues decían que podría ser el nuevo alfa— se rien los tres.

Poco a poco la gente se va callando y escuchándonos.

— Ya hay un alfa en la manada Memberry, y no es Stalin— dice Ariel.

Sin decir una sola palabra ellos se van y volvemos a sentarnos.

— ¿Tan importante es que haya un alfa oficial?— pregunta Sylvia.

— Ni idea, hay que preguntarle a mi madre— respondo.

— Cada vez que mencionamos que tenemos un alfa se quedan callados y no hacen nada más— dice Scarlet.

— Si, es como una amenaza.

Pasan las horas y salimos, nos separamos cada uno a su casa porque por la tarde hemos quedado para entrenar, a partir de ahora entrenamos todos los días hasta estar seguros que pasará con el reino.

Voy solo por el bosque y me detengo al captar un olor, miro al rededor y escucho pisar una hoja seca. Me tienen rodeado.

— Tu tienes que ser Fabritcio— le recuerdo porque fue el que me atacó en el vestuario.

— Que bueno que me recuerdes, pues te presento a mis hermanos, Jack, Arthur y Harry. Vamos a ser justos, quiero que le envies un mensaje a tu alfa.

— Creía que teniais miedo a que tengamos un alfa.

— La verdad es que venimos a comprobar nuestra teoría— sus ojos brillar de color cyan y comienza a atacarme.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora