Capítulo 60: Betas

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Stalin.

Cuando comienza a atacarme detengo y esquivo sus golpes sin esfuerzo. No tengo la necesidad de contratacar.

— La otra vez me pudiste hacer algo porque estaba débil, ahora no podrás hacer nada.

— ¿Estás seguro?— se transforma en hombre lobo y sus ojos brillar de color cyan. — Nosotros somos los Betas de la Manada Luna creciente, entrenados por el Alfa Wender, quien a su vez es beta del rey Cristopher, lucharon juntos para poder levantar y darle poder al reino.

Vuelve a atarme y ahora si me tengo que centrar, su fuerza y velocidad se han multiplicado de una manera increíble. Tiene un estilo de lucha que no había visto antes, se parece al del torneo, el beta de la manada Gold Blood, pero sigue siendo diferente. Me golpea en el estómago, caigo sobre mi rodilla y no se detiene, le golpea en el muslo para hacerme perder el equilibrio, le agarro la pierna después del golpe, me cuelgo de ella y lo hago caer al suelo, me levanto y estoy transformado, siento la transformación más ligera, como que es un estado y no un cambio físico. mis ojos también están brillando, porque siento una presión en las pupilas.

— Deberias saber que un beta como tu no puede vencer a un beta como yo.

— Soy más fuerte que tú, aunque hayas entrenado de diferente forma.

— Si, puedes que seas más fuerte que yo, pero mis ojos tienen más poder, un beta ambar es más débil que uno cyan.

— ¿Qué sentido tiene eso?

— ¿Acaso no sabes como un alfa consigue más poder, o como un beta consigue ser alfa?

— ¿Que tiene que ver?

— Un alfa consigue poder matando a los betas de su manada, porque al matarlos recibe ese poder, cuando un beta mata a un alfa consigue el poder del alfa, pasa lo mismo cuando un beta mata a otra persona, sea humano o no, el beta consigue un poder evolucionando la forma y el estado de los anteriores ojos.

Así fue como consiguió mi padre ser alfa.

— Ven a comprobarlo— lo digo y comenzamos a pelear.

Tiene ventaja, creo que me ha descolocado que me haya dicho que no podré vencerle.

—  Creo que no mentias al decir que tu madre es el alfa de la manada— dice al separarse. — Sigues siendo fuerte pero el poder que recibias al tener el liderazgo y "betas" ya lo has perdido, al rendirle sumisión a tu alfa.

Yo me siento más relajado, pero no he notado ningún cambio en mi fuerza.

— Hay que acabarlo— dice uno de atrás.

Comienza a pegarme, ha aumentado su velocidad nuevamente. Me cabreo y rugo tan fuerte que los de atras retroceden involuntariamente. Contrataco y él se defiende, intercambiamos golpes, la ventaja se mueve de un lado a otro sin quedarse en ninguno. Me ruge y me hace concentrarme, siento su poder y es muy alto.
Se queda quieto y no dice nada, su transformación desaparece.

— Stalin— me llama uno de sus hermanos. — Eres un beta, ya no eres como antes, no necesitas nadie a tu lado para controlar tu poder a voluntad.

Tras estas palabras se transforman todos y hacen un movimiento como queriendo ir a por mi. Miran hacia varias direcciones detrás de mi, oigo pasos y ellos se quedan quietos, el que estaba peleando conmigo se va hacia atrás y se pone a la altura de los otros.

— Nosotros, somos hijos del alfa de la manada Memberry— mis hermanos que están detrás de mi se ponen a mi altura. — Descendientes del reino Memberry, nietos de la alfa Genesis, Betas de sangre del linaje Memberry— termina Sean.

— Para nosotros será un honor enfrentarnos a los hermanos Memberry, seremos los primeros en enfrentarse a los hermanos juntos, aunque falta el mayor, Been, creo que se llamaba.

— Así es más justo, cuatro contra cuatro— contesta Sean. — ¿Dónde están Ariel y Sylvia?

— Se fueron al granero— contesto.

— Tendremos que pelear enserio dice Fabritcio— se vuelven a transformar y todos tienen los ojos cyan.

Los cuatro vienen a atacarme, pero uno a uno mis hermanos los quitan de mi camino quedándome con Fabritcio. Corre hacia mi y me intenta hacer una lanza, lo agarra al hacer contacto con mi abdomen, le pego un rodillazo en el estomago y lo lanzo contra un arbol. A mi lado esta luchando Zend, lo lanzan por los aire y cae contra el suelo, voy a ayudarlo pero recibo un puñetazo y me tiran al suelo, me levanto y corro hacia él.

Luchamos intensamente por un gran tiempo pero ningún bando ha ganado, exhaustos nos detenemos y respiramos.

—Nos volveremos a ver— dice Fabritcio y se van.

Tom iba tras ellos pero Sean lo detiene, nos tumbamos al suelo a descansar.

Llegamos los tres a casa y le contamos lo que paso a mi madre, nos duchamos, nos pusimos algo comodo y fuimos al granero. Mis amigos nos estaban esperando junto a Ariel y Sylvia, le contamos también lo que paso y no pudimos entrenar.

— Vamos a ver y asi analizaremos mejor al contrincante— dice Sean.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora