Capítulo 6: Torneo de fuerza de la familia Memberry

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Ariel.

La pelea entre mi padre y mi tia, ha empezado hace más de cinco minutos. No sabia que mi padre sabía pelear tan bien, aunque mi tia, ya que tiene mucha experiencia, lo controla fácilmente.

Aún recuerdo la historia de nuestra familia, después de que muriera mi abuela, que me contó mi madre.
Después de la batalla, no se quedaron más de veinticuatro horas en Guayaquil, tenían miedo de que aparecieran más aliados del que mató a mi abuela, asi que decidieron mudarse alrededor de Ecuador, aunque mi madre no quería seguir allí, ya que estando embarazada de mi, no podía luchar, mi padre estuvo a punto de morir en dicha batalla, pensando en nosotros, cuando vio a la familia Memberry caer, él huyó, cuido de mi y mi madre, puede que en ese momento fuera un cobarde, pero ahora sé que no, porque lo ha demostrado, que daría su vida, con tal de estar bien, no solo nosotros, sino tan bien, la familia Memberry.
Mi madre decidió, justo después de nacer, que viajaríamos a París, Francia, pensaba que estaríamos a salvo, pero se equivocó, ya que habían varias manadas, en nuestra contra, mis padres derrotaron a más de cinco manadas ellos solos, pero en varias batallas, llegaron al límite, entre la línea de vida y muerte, por ese motivo dejaron de pelear en ese país, viajaron a Mallorca, España, ahí vivimos durante diez años, hasta los catorce de mi hermana en Mallorca, hasta que mi tia Sharlet contactó con mi madre, decidió que nos mudaríamos a Los Ángeles, ya que no corrían peligro aquí.

Tenemos que encontrar al alfa de ayer, buscar si hay más hombres lobos, para que nos ayuden, ya que es probable que el alfa haya llegado con su manada, nosotros somos muy fuertes, pero algo si sé, es que nunca somos suficientemente fuerte para una manada dirigida por un alfa y menos por un verdadero alfa.

Continúa la batalla, mi padre pega un salto e intenta golpear a mi tia, pero ella le da un golpe en el pecho, cae, rápidamente, antes de caer al suelo, mi tia lo agarra.

— Bajaste la guardia— le informa Sharlet a Ander. — Está inconsciente, he ganado— ríe.


Stalin.

— Siguiente combate... — comento. — Los hermanos, Sylvia contra Ariel.

Se colocan cara a cara, en el jardín, con unos veinte metros de distancia. 

— Tres, dos, uno... comienza— inicia Sean.

Observo a Ariel antes de empezar, se coloca bien, pero de la misma forma que Sylvia, aunque entrenen juntos, necesitarían tener distintas estrategias. Esa posición significa que van a esperar a que el rival ataque, para defenderse, observo a Sylvia, mueve las muñecas. Ariel corre hacia ella, o me equivoqué o era su estrategia, parece sorprendida al ver que le está atacando, la golpea en el estómago, seguido de varios puñetazos en la cara, con eso cae al suelo, pero se mantiene con una rodilla, se levanta firme, ríe mientras se limpia la sangre.

— Has estado entrenando por tu lado, Ariel— comenta Sylvia.

— Lo mismo te digo, eso nos ha vuelvo más fuerte.

— Cuando entrenabais juntos teníais miedo de hacerle daño a tu hermano, con los entrenamientos por separado, habéis aprendido cuando es hermano, amigo, traidor, enemigo o un rival— interviene mi madre.

— Lo mismo nos pasaba a nosotras— añade Ingrit.

Sylvia nos muestra una sonrisa pícara, será una batalla increíble. Corren uno contra el otro, Sylvia se desliza con mucha facilidad por el césped, golpea el muslo de Ariel con la rodilla, desde el suelo le agarra con las piernas el cuello, lo tira al suelo, quedándose encima de él, con las rodillas en los brazos y el codo en la garganta.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora