Capítulo 79: La Voluntad.

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Omnisciente.

— He tenido que dejar inconsciente al marido de Sharlet — dice Amanda, La Mujer Lobo de Tlalpan, después de salir de donde estaba escondida. — ¿Cómo unos niños como ellos han podido dar con mi escondite? Por suerte no han olido la esencia de su padre, ¿son capaces de utilizar la volutad? ¿Que barbaridad les habrá echo el rey para que ellos se atrevan a venir hasta aquí?
Ella vuelve a encerrarse en su celda a esperar la llegada del rey.
— Vengo a visitarte, estoy yo solo— dice el rey al aparecer en la cueva.
— Esperaba tu llegada con ansia— le responde ella tirándole a Ewaan a los pies.
— ¿¡Por qué lo golpeaste!?— se enfada el rey.
— Porque sus hijos llegaron hasta mi alcoba, entraron como si de su casa se tratase y comenzaron a rebuscar por la cueva.
— ¿Como no te olieron?
— Porque según uno de ellos aquí vive una manada hace décadas por lo cual no puede ser un hombre lobo, lo que significa que están en lo correcto, ya que no tengo décadas, sino que ya voy a por el siglo.
— ¿Como sabes que tienen la capacidad de oler tu escensia y saber la edad que tienes?
— Porque aquellos muchachos son capaces de utilizar la volutad, captar el aura y diferenciar el poder del sujeto.
— ¿¡Cómo pueden utilizar la voluntad!?
— Siguiendo mi intuición, apostaría porque tú les causaste tal daño, lo cual les llevó a un motivo por el cual buscar contrarestar cualquier ataque procedente de ti. Cuéntame una cosa, ¿usaste la voluntad para secuestrar a Ewaan?

El rey desvia la mirada, lo cual delata su respuesta.
— Tenías una gran ventaja, la cual ellos desconocían, por tu arrogancia ellos han buscado, estoy segura, por cielo y tierra poder contrarestar eso. Se te olvidó quien es Sharlet, a quien te estás enfrentando es a la familia Memberry, y según los rumores, Stalin es la leyenda que todos conocen. Así que, como no tengo otra opción que estar de tu lado, te pido. No. Te exigo que la próxima vez por lo menos me pidas opinión.
El rey la mira fijamente, sonríe y se lleva las manos a la cabeza. Usa la voluntad en contra de Ella, cae al suelo y el rey aumenta la voluntad mientras se va acercando, se escuchan varios huesos partirse, se queda quieto y Amanda empieza a escupir sangre por la boca.
— ¿Y a ti se te olvidó con quién estás hablando? Los Memberry llevan más de una década huyendo, escondiendose y ¿me estás diciendo que yo, el rey, tengo que tener cuidado? He puesto de rodilla a la leyenda viviente Mark Over y ¿crees que un niñato como ese Stalin va a darme miedo?— detiene su voluntad. — Ojala sigan haciendose más fuerte, para conocer el verdadero poder de la gran familia Memberry.
— Ten cuidado— sus últimas palabras antes de desmayarse.

Stalin.

Me despierto, solo puedo mirar al techo, Tyler en mis piernas solloza, lee mis sentimientos. Contengo las lágrimas. Se acabó el llorar, has tenido tu merecido tiempo de debilidad, ahora encargate de vengar a tu hermano y recuperar a tu padre, me digo antes de levantarme de la cama.
— Vamos Tyler— saltamos por la ventana, escuché a mi familia en el salón y no queria verlos.
Me dirijo corriendo al pueblo, me desvío del camino y voy hacia la Iglesia esperando encontrarme con Carla.
La veo desde lejos y espero con Tyler a que el cura se vaya. Coge su coche y se marcha despidiendose de Carla.
— Ven Stalin— escucho con mi oído de lobo.
Tyler y yo nos dirijimos hacia ella.
— Carla, es mucho lo que te voy a pedir, pero necesito que me ayudes.
— Te escucho— esta muy seria.
— Necesito que entrenes conmigo, he leído mucho sobre banshees y al estar con un amigo aprendí sobre ellas, te puedo ayudar a entender tus poderes, pero lo necesito.
— No.
— ¿Como?
— No pienso ayudarte a llevarme a una guerra.
Stalin se queda sorprendido y no puede hacer otra cosa que mirarla.
—Carla...
— ¡Que no! Mi tío me cuida de todo lo que pueda pasarme, siento que conoce que soy, pero nunca me habla de ello, me intenta proteger de lo que puedo hacer, y al enterarse que hablé contigo en el instituto se puso nervioso.
— Necesito tu ayuda— digo firme.
— Lo siento, te tienes que ir.
Hago lo que dice sin mencionar palabra alguna y me voy.

Voy caminando despacio por el bosque hacia mi guarida, no sé que más hacer.
Derrepente Tyler gruñe.
— Lo escuchaste tú también ¿no? — sonrío.
— Pocas veces grito tan fuerte como para convertirlo en hondas— dice Carla detrás de mi.
Me doy la vuelta y no puedo evitar sonreir. Noto un olor extraño que viene de Ella.
—¿Has echo pan o horneado algo?
— No, ¿por qué? — me responde extrañada.
— Es que noto como esencia de vanilla con toque a canela y me encanta —sonrío.
Es extraño.
— ¿Como piensas ayudarme?
— Pues primero quiero que entiendas algo. Yo soy hombre lobo y mi familia también, prodecemos basicamente de la misma rama de la mitología. Antiguamente cuando mi abuelo vivía existía una banshee muy ponderosa amiga de mi madre, eran como hermanas, pero la banshee no estaba de acuerdo con varias leyes y normas las cuales debía respetar, pues en una ocasión fue desterrada, pero por ser casi hermana de mi madre consiguió llevarla a la frontera del reino del cual ellas pertenecian, ella no aceptaba eso, pero respetaba a mi madre. Esa banshee vivió durante cientos de años, y murió hace poco, era muy ponderosa, tanto que mi familia y el Reino temían de ese poder, menos mi madre ya que confiaba ciegamente en ella.
— ¿Como murió ella?
— Mi familia y yo tuvimos que volver a Ecuador, ella nos había llamado, y tras una conversación ella se desvaneció como el polvo, murió por edad, creo que tenía más de 500 años.
— ¿Voy a vivir 500 años?
— Cuanto más poderosa, más longeva es tu vida.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora