Capítulo 27: El valor del esfuerzo.

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Mark.

Ayer después de inscribirnos fuimos a dar una vuelta por las ferias, Stalin se encontró con unos amigos suyos y tuve que irme, le dejé dinero para que se divirtiese y después coja un taxi para ir a mi casa, le di mis llaves y se quedó con sus amigos.

Ahora estoy en mi coche, me dirijo al Coliseum, para organizar todo.

— Mark, ¡cuanto tiempo!— me dice el director.
Al llegar

— ¿Qué tal?

— Pues bien, no sabes como se ha puesto esto desde que se corrió la voz de que volvías a la arena, pensaba que no ibas a volver jamás.

— Yo igual, pero bueno, ha ocurrido.

— También se nos ha echado el publico encima cuando supieron que Mark Over, la leyenda viviente, tenía un discípulo, que encima es Stalin Memberry.

— Bueno, eso no es así, sino que nuestros caminos se cruzaron y decidimos entrenar juntos, aunque también te tengo que decir que no hay nada, hablando físicamente, que yo pueda enseña a Stalin, solo puedo enseñarle conocimientos.

— Joder, eso parece imposible.

— Pues cuando te diga que me ganó con mucha facilidad seguro no te lo crees.

— Eso es imposible, no existe ser viviente en este mundo que pueda con la leyenda.

— Pues será de otro mundo— comenzamos a reír.

— Bueno, acompáñame a mi despacho que tenemos que ordenar papeleo de tu vuelta.

Nos dirigimos a su despacho, abre la puerta y me hace entrar, es enorme, nada comparado hace años.

— Madre mía, te ha dado dinero la área, ¿eh?

— La verdad es que si, pero ha sido un duro trabajo mantener este negocio, pero bueno, tu vuelta me hará aún más rico.

— Seguro que sí.

— Bueno, para empezar te entrego las ganancias por ahora de las entradas, tu parte y la de tu chico.

— ¿Cuántas personas caben en este Coliseo?

— Alrededor de 100.000 personas, pero no hemos llegado ni al 75% en años.

— ¿Y cuantas se han comprado por ahora?

— 50.000

— ¿Y a nombre de Stalin y mías?

— 25.000 a tu nombre, 10.000 al de Stalin y 15.000 a nombre de los dos.

— ¿Todas a nuestro nombre?

— Todas.

— Joder, y lo que falta.

— Estamos considerando vender las 100.000 plazas para tu renacimiento y su debut.

— Todas para nosotros.

— Si, porque me están diciendo que se están acabando las entradas impresas a tu nombre y a las de él, tuvimos que cerrar para imprimir, porque solo imprimimos 50.000 entre los dos. Bueno ya está, mando imprimir las 50.000 restantes para ti y el chico y el día de hoy es para los dos.

— Joder.

— Bueno vamos a hablar de negocios, hemos hablado de que os daríamos el 10% de las entradas vendidas más el 15% de ese 10% por la propaganda. Bueno ahora con cantidades, hemos ganado 5.000.000 $ vendiendo solo las entradas, y el 10% de ese dinero son 500.000$ más el 15% que son, 75.000 $ dólares, en total os corresponde 575.00 $ por ahora, más las ganancias de vuestras victorias de esta tarde.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora