23.- ACORRALADOS.

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Con tanta información en mi cabeza, ahora me podía dar una idea de como iban a estar las cosas.
Por algún motivo sabia que Elias estaba huyendo de la posibilidad de tener que usarme y volverse humano... Pero... Me pregunto si no habrá otra solución para poder darle la oportunidad de llevar una vida normal?

La única persona con sangre de... Jesús. Soy yo. No se por que razón ahora siento un gran peso en mis hombros. Elias se separa de mis brazos y toma la forma que siempre usa conmigo, aquella de un hombre rubio y ojos color marrón. Le sonrió y trato de ponerme de pie, olvidando que uno de ellos se encontraba lastimado.
- Ten mas cuidado - Elias me toma en sus brazos, pero me es imposible ver su rostro. Estire mis manos y tome su cara, haciendo que me mirara.
- No quiero que me evites. Cada vez que estemos juntos y tengamos problemas tienes que darme la cara y de esa forma sabré que puedo ser de ayuda - quería llorar, realmente lo necesitaba. Pero no era el momento y lo sabia - No estamos solos, nos tenemos el uno al otro. Así que por favor, no te sientas mal.
- Chise... - su voz se quebraba - gracias... Perdón.
- Esta bien - no estaba segura de lo que hacia,pero lleve mis labios a los suyos. Creí que me alejaría, pero no fue así, el respondió a mi beso. Separo sus labios de los mios y me abrazo...
Después de un momento recordamos que no estábamos solos.
El joven nos miraba sin decir palabra alguna.
- Church grim, vendrás con nosotros - Elias hablaba con un amigo tono firme, como si ya hubiera tomado una decisión.
- Esta seguro, mago? - el chico aun mostraba dudas... Y no era extraño.
- Si no lo estuviera jamas te habría dicho eso - Elias realmente era imponente.
- Vamos... - Fue lo único que podía decir.
Elias comenzó a caminar hacia el lado mas oscuro y tenebroso del bosque que se encontraba en ese lugar. Aquí el viento no soplaba, no había aves que cantaran, no había nada mas que silencio. El dolor que sentía de mi pie lastimado se iba haciendo imperceptible, así que trate de hacer que Elias me bajara, pero era un intento inútil. Ya que el me volvía a acomodar en sus brazos.
- Creo poder caminar - dije sin mirarlo.
- No lo creo.
- Pero...
- Puede que el dolor se haya disipado en gran mayoría, pero no quiere decir que estés bien.
- Como lo sabes?...
- Este lugar es parte de los jardines del limbo. Es decir que estas entre la vida y la muerte... Aquí es donde el silencio se convierte en la cura de todo dolor y sufrimiento para las almas que aun no tienen lugar ni en el cielo ni el infierno.
- sabes...
- Que pasa?
- En estos momentos ya no se ni que pensar... Creo en ti, pero el hecho de que ahora tenga tanta información en mi cabeza me hace caer en un abismo en el cual trato de ordenar todo y usarlo de escalera para poder salir.
- No era para menos, pero, es mejor así ya que de ahora en adelante ya no tengo que ocultarte nada.
- Eso es cierto. Gracias.
Mientras él avanzaba los árboles parecían no cambiar... Era como si diéramos vueltas en un mismo lugar. Elias parecía saber a donde íbamos  así que no dije nada.
Ulisse, miraba a todas partes como si esperara ver algo o a alguien, pero, en el tiempo que habíamos estado avanzando no habíamos cruzado camino con nada fuera de lo normal. Tal vez... Él esperaba ver a Isabel.  Me pregunto si eso sera posible?

Durante un buen tiempo el silencio realmente reino, las respiraciones de cada uno eran casi inaudibles, pero la atmósfera se iba haciendo cada vez mas pesada. Podía sentir como me faltaba el aire.
Por un momento cerré los ojos y al abrirlos Elias había detenido su andar y podía sentir como su cuerpo se estremecía.
Mire hacia enfrente y a mi alrededor, viendo como unas horrorosas criaturas nos rodeaban. Sus cuerpos eran extrañas combinaciones de extremidades y partes de posibles animales.

Elias parecía tenso, sus brazos me acercaban mas y mas a él sintiéndome sofocada.
De pronto una de sus manos busco la mía, dejando en ella algo que parecía ser un collar.
- pase lo que pase nunca dejes esto de lado, puede que yo no este a tu lado  pero eso te sera de ayuda.
Hubo un momento en el cual solo se dedico a abrazarme sin dejar de ver lo que en nuestro alrededor se encontraba.
- Ulisse, no dejes de lado tu sueño humano, si lo haces estamos perdidos.

Sueño humano? A que se refiere?

Podía sentir como trataba de dejar por un lado toda la tensión que se comenzaba a sentir en el lugar. Las criaturas no presentaban ningún movimiento que nos diera señal de que atacarían, Elias me separo de el y me dejo recargada de un árbol. El dolor que sentía no había desaparecido, así que trate mantener el pie en el aire.

- Espera y no hagas nada que te dañe - las palabras de Elias eran frías y causaban un escalofrío en mi.
- Claro.

Él se alejo y frente a el se comenzó a  dibujar una pequeña silueta.

Quien es?

- Parece que me quieres enfrentar... Pequeño de la espina - la voz era burlona y emanaba cierta crueldad.
- Que lo puede impedir?
- Nada, pero... Se supone que que somos uno...
- No.

La atmósfera iba haciéndose mas y mas pesada. Ulisse se mantenía a mi lado sin mostrar expresión alguna. Era como si el supiera lo que iba a pasar de ahora en adelante.

Que esta pasando? Que puedo hacer?
Quiero saber...

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