41.- EL LLANTO DE LA SIRENA.

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Tan solo una de las criaturas se acerco a mi. Su apariencia no era tan desagradable, sus ojos tenían un extraño color naranja y su piel era de un color verde mas claro que el de su cabello. Aun en la oscuridad ella desprendía cierto brillo.
Sus expresiones hacia mi puede que sean de furia, enojo, etc... Pero sus ojos reflejan una gran tristeza. Una de sus manos toca mi cabello y después se pasa a mi mejilla, no puedo decir que su tacto sea agradable, la humedad con la cuenta hace que su mano deje un ligero rastro de... Baba.
Me pregunto que es lo que querrá de mi...
La enredadera que me mantiene prisionera va apretando cada vez mas, y el aire comenzaba a faltarme.
- Tanto coraje le tienes? - su voz no era nada agradable.
- Coraje? A quien? - no sabía de que hablaba...
- Escucha... - la mire directo al rostro y con una inimaginable claridad escuche la voz de Elias.
Pero, que? - Ya no tendrás que soportar su encierro.
- Por que lo dices? Sueltame, por favor.
- Lo haré hasta que lo olvides... - ella abrazo mi adolorido cuerpo inmóvil...
- Sueltame...!!
- Pronto... - algo le pasaba a mi cuerpo... Era una sensación extraña, como si ya no fuera mi cuerpo. Como si fuera...
La criatura me soltó y al verla fue como si me estuviera viendo al espejo. Ella de alejo de mi, y por mas tristeza que viera en ella no evito que me mostrara una pequeña sonrisa burlona.
- Espera...
- No te preocupes yo le diré todo lo que tu te callas... Sabrá cuanto coraje guardas hacia él...
- No, espera. Detente!! - Pero ella no me escuchó, camino hacia el lago y camino sobre el agua hasta desaparecer. La enredadera que me ma tenia prisionera me acerco al agua y fui capaz de ver mi reflejo... Yo era ella... Solo mis ojos seguían siendo verdes. Aquella mujer que había tomado mi cuerpo me miraba desde el otro lado del lago, quería ir a donde se encontraba y poder hacer algo para recuperar mi cuerpo. Levante la vista y me encontré de frente con las otras dos sirenas, las cuales me miraban indiferentes.
- No pasara mucho tiempo para que ese cuerpo te pida agua...
- Agua que no obtendrás... - las dos criaturas estaban desinteresadas en mi existencia... Pero aun así estaban ayudando a su compañera. Ellas regresaron al agua y me dejaron ahí viendo lo que pasaba del otro lado.
La voz de Elias se iba acercando cada vez mas... Mas y mas. Comencé a forcejear para ver si algo podía conseguir, pero fue inútil... Aun así lo continúe haciendo, y continuaba sin obtener resultados.
Decidí detenerme y mirar de nueva cuenta lo que pasaba. Aquella mujer no se movía de la orilla del lago... Por qué?
No tenia una vista de todo el lugar, tan solo eran unos cuantos metros mas de lo que media el lago, así que no podía saber que tan lejos se encontraba Elias.
- Chise!! - grito...
- Elias!! - yo gritaba, aun sabiendo que era inútil... Él no me escuchaba.
La mujer en vez de acercarse a él, iba dando pasos hacia tras, mientras avanzaba la imagen de Elias se iba haciendo presente.
Vestía su pijama... Él debió haber salido detrás de mi, sin pensarlo.
Por que demonios no pensé lo que hacia? Deje que mi cuerpo se relajara en la enredadera, y trate de calmar toso lo que se encontraba en mi interior. Mire la imagen que se me presentaba en aquel lago.
Elias se acercaba cada vez mas a aquella mujer... Que es lo que ella quiere?
- Chise, que es lo que pasa? - realmente quería contestar esa pregunta pero me era imposible.
- Ven, ven mi "mago" - no recuerdo haber llamado a Elias " mago" en alguna ocasión... Para mi siempre ha sido un gusto llamarlo por su nombre - Ven, a mi... - Elias detuvo su paso y por lo que se reflejaba miraba hacia el suelo...
Ahora que lo pienso la vista que yo tenia del lugar era como si los estuviera viendo desde arriba... Elias ya debía de estar sobre lo que se suponía era el lago.
- Chise, que es lo que pasa? Por que estas en medio de la nada...! - La nada...? Pero, cómo era posible si cuando yo estuve ahí había un hermoso bosque y un lago precioso...
- Ven, no me dejes sola...
- Te equivocas, desde que Elias esta a mi lado ya no hay soledad... Ya no hables!! - puede que mis palabras no llegue a Elias, pero ella las escucha fuerte y claro.
- Calla... Silencio! - primero susurro, pero después grito... Y su voz ya no era la mía. Mi cuerpo comenzó a temblar...No, no era mi cuerpo. Ella era la que estaba temblando... Elias se mantenía al margen, solo miraba.
- Ven, mago... Ven a mi lado!!! - su voz era inestable. Era tanto la de ella como la mía.
Deje que ella siguiera gritando y cuando supe que hacer.... Grite.
-  Elias, ven por mi!!! - sólo esperaba que realmente lo alcanzara...
- Ven, mago. Ven!! - ella grito... Silencio!!
- Chise... Donde estas? - si me escuchó!... Pero, ya no tenia otra probabilidad de hacerle llegar mi respuesta, Elias miraba a sus alrededores buscándome, pero era inútil. El jamas me encontraría.
La mujer se mantenía inmóvil con la mirada en el suelo, se mantenía tranquila ya que su cuerpo no presentaba indicios de estar inquieta, nerviosa... Buscaba la forma de hacer algo y poder liberarme, pero, un inmenso dolor se fue presentando en el pecho del cuerpo que ocupaba en estos momentos. Era insoportable.
Del agua salieron las otras dos sirenas.
- Sabíamos que ni soportaría tanto - dijo una en forma burlona.
- Su meta puede llegar a ser imposible...  Pero, no lo entiende - de que hablan?
Me era imposible aclarar mi mente, pero, recordé que  yo no podía sentir el dolor de este cuerpo... El dolor provenía del mio.
Que me ha hecho?
Quería saber lo que pasaba, pero no podía, después de unos minutos lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.
Porque esta sufriendo aquella mujer?
Sus lágrimas eran frías como el hielo...
No... Llores. 

LA BELLEZA DE SU SER'✿ฺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora