25.- ILUSIÓN.

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- Chise, es hora de despertar - la voz de Elias era insistente y hasta molesta. Quería seguir durmiendo.
- Ya... Voy - creo haber contestado, o lo pensé?
Me levanto de golpe y miro a mi alrededor y me percato que estoy en mi habitación.
Habré soñado todo lo que paso?
Miro a Elias extrañada y camina hacia mi.
~ Has tenido un mal sueño - sus palabras me tranquilizan, pero a la vez me causan cierta duda.
- Eso parece.
Él sale de mi habitación y lo miro hasta perderlo de vista. Miro por mi ventana y nada a cambiado, el paisaje sigue siendo hermoso.

Tomo una ducha y al terminar me dirijo a la cocina y tomar el desayuno. Silky me mira y sonríe de la misma forma que siempre, los alimentos que se encuentran en la mesa se veían exquisitos.
Todo marchaba con normalidad, realmente todo había sido un mal sueño.

Mis caminatas junto a Silky resultaban relajantes, mientras que mis pláticas con Elias eran interesantes y muchas otras veces confusas.
Mientras los días avanzaban se iban volviendo insoportables, ya que mientras dormía se me presentaban pesadillas de las cuales salia horrorizada y muchas otras veces eran dolores de cabeza que me hacían querer desaparecer.
Todo comenzaba a perder sentido y color para mi, había algo que no me dejaba estar en paz... Pero, que era?
Deje de acompañar a Silky, cada vez que iba a arreglar los jardines traseros miraba fijamente hacia el bosque, sabia que por alguna razón no podía ir mas allá  de donde estaba... Pero, por que?

Chise...
             Chise...
                          Chise...
                                      ¡¡CHISE!!

En aquellos sueños que me atormentaban la voz de Elias parecía temerosa, desesperada... Ansiosa, no sabia el porque, pero, me causaba un gran dolor que sofocaba.
Los días pasaban como agua en las manos. Podía estar viendo el sol de medio días y al parpadear se convertía en el cielo de media noche.

Era tanta la monotonía que estaba harta.  Trataba de buscar razones para estar tranquila, pero no encontraba nada, Elias me parecía indiferente ya no causaba aquella inmensa alegría, la sonrisa de Silky no era mas que un una estampa mal pegada y lo que antes podía llamar hogar ya no lo sentía así... La calidez que yo había encontrado en ese lugar se había perdido.

El sol ya estaba por desaparecer cuando estaba por subir las escaleras para llegar a mi habitación, cuando de pronto un inmenso dolor se apodero de uno de mis pies, intente avanzar cuanto pude pero me fue imposible ya que sentía como algo en el se iba destrozando.
Cuando ya no pude mantener el equilibrio caí dejando salir un gran grito.
- Chise, que pasa? - Elias llego tan rápido como pudo y me levanto.
- Mi pie duele tanto, pero no se el por que - su expresión no me decía nada.
- Esa herida no debería estar ya - sus palabras no fueron mas que un suspiro, pero las llegue a escuchar.
- A que te refieres? No recuerdo haberme lastimado - me miro silencioso y me sonrió.
- A nada en especial - si antes todo me parecía fuera de lugar ahora con sus palabras todo estaba peor.
Después de que Silky vendara mi pie Elias se acercó a mi y me plantó un beso rápido en los labios. Le sonreí y poco después el me dejo sola.

Frío.

Caí en un profundo sueño. Aun que mantenía mis ojos cerrados tenia una gran visión del lugar donde me encontraba.
El sol se postraba en lo mas alto del cielo, me encontraba en lo mas alto del edificio donde habito con mi madre. Estoy a punto de terminar con mi vida, pero... Todo esto yo ya lo viví, hay un momento en el que alguien aparece y se que toma mi mano, pero... No recuerdo quien es.
Poco a poco cientos o miles de imágenes van llegando a mi cabeza, son tantas que no presto atención a todas, pero las que logro ver dejan un gran vacío en mi.

Que es lo que me falta?

Despierto exaltada y bañada en sudor, recuerdo con claridad cada cosa que se presento en mi sueño. Respiro profundamente y trato de recordar que es lo que me hace falta.
Comienzo mi día como cualquier otro, ya es mas que una rutina lo que llevo a cabo. Despierto, me arreglo, bajo al desayuno, salgo a los jardines, acompaño a Silky, topo muy de vez en cuando con Elias, llega la hora del té, llega el momento de tomar lectura, hora de la cena, tomo una ducha y duermo. Los sueños cada vez son mas insistentes con aquellas imágenes, haciendo que el vacío en mi se haga mas grande. El dolor de mi pie se hace presente solo en ciertas ocasiones.

Chise...
             Chise...
                          Chise...
                                       ¡¡CHISE!!

Mi cuerpo comenzaba a perder fuerza, había momentos en los que sabia que sabia que tenía continuar  con mi día a día, pero no lograba reunir la voluntad necesaria para hacerlo.
El tiempo que pasaba con Elias ya era muy escaso, llegando al punto de no recordar su voz y lo que mas extrañaba de el era el hermoso brillo que encontraba en su mirar... Su mirar.
Cuando recordé ese detalle me apresure y salí a encontrarme con él, quería ver ese brillo, esa hermosa razón que me robo parte del corazón. Cuando por fin llegue al él y lo mire a los ojos me lleve una gran sorpresa, esos no eran los ojos que amaba... Carecían de todo sentimiento y aún que Elias se encontraba en su forma "humana" el color de sus ojos no era marrón, sino grises...

Quien es?

Sin decir nada di unos cuantos pasos hacia tras y salí corriendo, al principio me pensé en ir directo a mi habitación pero, al ver la puerta de la entrada abierta salí y corrí sin dirección alguna.
Las lágrimas comenzaban a brotar, en donde me encontraba? Todo era confuso. Imágenes... Palabras... Y sentimientos se mezclaban.

Limites? Aerial? Magia? Prometida?  Joseph... Cuando mi boca pronuncio esa ultima palabra... No, cuando pronuncie ese nombre todo llego a mi de golpe. Se suponía que estaba en el limbo junto a Elias y... Ulisse, y Ese joven que apareció...  Y aquella pequeña criatura.

Habré muerto? No.

Tengo que llegar a ellos, pero como?

- Chise, me escuchas? - una voz comenzaba a resonar en mi cabeza y si no mal recuerdo era la voz de... Ulisse.
- Te escucho pero... Donde estas?
- Escucha, tu alma fue llevada a lo que se llama la ilusión del ultimo latido. Por alguna razón no llegaste a dormir en su totalidad y una pequeña llama quedo encendida en tu pecho y es por esa razón que pude alcanzarte.
- Ulisse, como salgo de aquí? Ya no puedo estar mas tiempo... Quiero salir!
- Eso depende de ti, ve y afrontar lo que mas amas. De todo lo que te mostró la ilusión hay una cosa que te trata de quitar... Y eso es lo que mas a...- la voz de Ulisse se desvaneció como una ligera brisa.
Tome aire y medite cada palabra que él me había dicho y cuando logro tranquilizarse camino de regreso a "casa".

Definitivamente saldré de aquí...

LA BELLEZA DE SU SER'✿ฺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora