50.- PROTEGER.

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- Es esta la llama de Chise? - tal parecía que el joven si entendía.
- Sí, la tome mientras te mostraba las pesadillas y alucinaciones que Kenala le había provocado - cerré mis ojos y me apoye en el pecho del joven, me resultaba tan familiar su calidez, su aroma... No recuerdo nada.
Mantenía mis ojos cerrados, y una gran tristeza hacia que mi pecho doliera, era algo que yo no podía controlar.
No recuerdo por que sentía esa gran tristeza, pero sabía que Kenala la había provocado, intenta quitarme esa tal llama... La vida del Fénix, pero, por que?
Me encontraba en graves problemas y hasta que aparecieron Silky y Spriggan, ellos me ayudaron. Por alguna razón Kenala tenia secuestrados a este joven y a la pequeña de nombre Aria... Por qué?
El joven desde que fue liberado trata de mantenerme a salvo... Mi cuerpo ya está lastimado, que hay de malo si se lastima más?
Kenala no dejaba de provocar ese feroz viento, la pequeña no iba a poder cubrirnos todo el tiempo, el joven estaba lastimado y yo... Y yo, solo estoy causando problemas.
Abrí mis le pedir la llama a la pequeña, ella me la entregó dudosa, pero al final lo hizo. La vi solo por un momento y se la entregue al joven.
- Por favor, usala y has que todo esto termine - no sabía que mas hacer, si yo usaba la llama perdería el control y no ayudaría en nada, pero estoy segura de que el podrá.
- Chise... No puedo.
- Claro que puedes, esta es mi forma de ayudar... Por favor.
- Lo haré - él dudo, era normal todo era muy rápido. Tome la llama con ambas manos y ayude a que se introdujera en el cuerpo de él. Era extraño podía sentir los latidos del su corazón, rasguños que presentaba por el impacto, iban desapareciendo poco a poco, el me dejo a un lado y se levanto.
- Espera... Por favor - con un movimiento de cabeza le hice saber que lo haría. Él salió de la barrera que había levantado la pequeña, y seguido de ello se escucho el grito de Kenala.
- ESA LLAMA ES MÍAAA!!! - El viento desapareció y la pequeña bajo la barrera, ahora podía ver lo que pasaba. El joven había mandado sus espinos al ataque de Kenala, ella también atacada. Ahora la pelea era sólo de ellos dos. Mire a mi alrededor buscando a la joven Silky y a Spriggan, me tomo un tiempo, pero pude dar con ellos.
Kenala los tenia atados contra unos enormes troncos, estaban mal heridos. Trate de levantarme, pero no tenia fuerzas para hacerlo, mira a la pequeña y pensé en pedirle ayuda, pero ella también se veía débil. Agache mi cabeza y me odie por el hecho de no poder ayudar.

- Quieres ayuda...? - Una vocesita me sorprendió, se trataba de una pequeña hada.
- Quién eres? - Me miro extrañada, pero aun así me sonrió.
- Soy una Aerial y puedo ayudarte... Que es lo que necesitas? - Me daba la impresión de que ya la había visto anteriormente así que deje las dudas de lado.
- Necesito que quites las ataduras de Silky y de Spriggan, por favor.
- Claro - ella no dudo y rápidamente se alejo en dirección a ellos. Aria se mantenía atenta a la pelea del joven y Kenala.
Ella se mostraba mas cansada que él, por mas que ella intentaba de velocidad a sus golpes, era inútil. Los espinos del joven se movían con una flores que hacían ver como si estuvieran danzando. Parecía como si las cosas avanzaran mas lento de lo normal, las cosas ya comenzaban a perder sentido.  La Aerial regreso, apareciendo de sorpresa por un lado.
- Petirrojo, ya están libres, la reina esta ayudando a sanar sus heridas - reina? No pregunté.  Respire profundamente, mi cabeza daba vueltas.
- Gracias... Podrías llevarte a la pequeña Aria a un lugar seguro?
- Claro,  dejamelo a mi - trate de sonreír, Aria se negó un poco al principio, pero la convencí. La Arias creaba cierta especie de capa con su  brillo, la pequeña me miraba temerosa, y no podía negar que yo también tenia miedo, pero no era el momento. El joven estaba dando lo mejor de él para terminar con todo lo qué había causado Kenala.
Este lugar ya había perdido todo rastro de color, ya había perdido la bendición de la luz de la luna, ya no mostaba señales de vida.
Golpe, tras golpe, tras golpe... Tanto Kenala como el joven sufrían daños, pero el daño que él recibía sanaba de un forma impresionante.

Ella tiene que descansar...
Ella ya no es parte de este mundo...

La Aerial había regresado, y me miraba inquieta.
- Petirrojo, es momento de irnos...
- No, yo no me puedo ir - la pelea que se estaba llevando a cabo también era mí culpa de alguna manera.
- Pero...
- Estoy bien - la debilidad que me dominaba hacia de las suyas a cada segundo. Trate de mover mis piernas y me era imposible,  lo mismo hice con los brazos y a diferencia de las piernas pude moverlas un poco mas.
Lleve las manos a mi boca y al toser una gran cantidad de sangre salio de mi boca,  la vista me temblaba.

Que me pasa...?

- PETIRROJO...!!! - grito la Aerial. Seguía tosiendo, era demasiada la sangre que salia de mi.
Trate de no cerrar mis ojos, y mire hacia donde se encontraba el joven, el cual al mirarme y ver como estaba llena de sangre se detuvo de golpe.
- CHISE!! - Me fue realmente difícil girarme solo un poco y tratar de hablar, pero de alguna forma lo logre.
- Est...  Estoy bien, no te preo...  Preocupes y pelea - sus mirada no se apartaba de mi, aparte mi vista de él y vi como Kenala se preparaba para atacarlo... No podía gritar, ya no me quedaban fuerzas para moverme...

Ayuda...
Que alguien me ayude...
Por favor...

Las ramas del árbol donde me encontraba comenzaron a crecer, hasta llegar a al joven y cubrirlo.
- Nadie le va a poner una mano encima a mis hijos... - unas calidad manos me tomaron por los hombros,  se trataba de una hermosa voz, tan dulce, pero fría a la vez. Al estar limitada en mis movimientos solo veía parte de una larga cabellera negra.
- Titania, no esperaba que vinieras - el joven conocía a la mujer.
Su nombre era Titania...

LA BELLEZA DE SU SER'✿ฺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora