52. - CADENAS.

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No sabía en que lugar me encontraba, pero el estar presente en este momento y tener frente a mi una escena de tortura, me causaba cierto sufrimiento.
Camine con la idea de llegar a Kenala y tratar de ayudarla, iba esquivando cada uno de los árboles que la rodeaban. Al principio realmente creí que lo lograría, ya solo me faltaba cruzar un par de aquellas barreras de árboles cuando de pronto tope con algo que me hizo regresar hacia tras. Parecía como si no hubiera avanzado.
Volví a intentarlo y al estar por llegar volvió a suceder lo mismo.  
Una y otra vez lo fui intentando, pero al final terminaba siendo el mismo resultado que de a principio. Tenían que pensar en algo.

No tenia idea de lo que tenía que hacer, no sabía a ciencia cierta en donde me encontraba.
Durante un incierto tiempo camine rodeando la zona donde Kenala se encontraba, no hallaba nada que me fuera útil. No lleve la cuestión ta de las vueltas que di, pero llego el momento en donde todo mi cuerpo comenzaba a pesar, cada paso que daba me resultaba además de cansado, doloroso.
Me deje caer, ya no podía avanzar...
— Levantate... — era una un eco el que resonaba en el lugar — Avanza... HUYE!! — era una voz familiar, realmente estaba alterada... Pero por que tenia que huir? — HUYE!!! — De los árboles se comenzaba a escuchar un ligero cascabeleo, sonido que iba aumentando poco a poco.
Trate de reconocer la voz pero me fue imposible.
Quise levantarme y me fue imposible, el cascabeleo comenzaba a hacerse mas y mas fuerte. Me era imposible ver con claridad, ya que me fue imposible levantarme trate de gatear,pero...
— Ah!! — mis tobillos fueron atrapados por frías cadenas, las cuales avanzaban de vuelta en vuelta por mis piernas. Dolía. Se detuvieron en cuanto llegaron a mis rodillas.
— Aun y cuando te pedí huir... — Nuevamente esa voz se hacia presente.
Ya no contaba con fuerzas para seguir manteniendome levantada con mis manos, fui bajando poco a poco hasta tocar el suelo con mi rostro... Y cuando trate de respirar profundamente y tomar un poco de calma, nuevamente el sonido del cascabeleo me causó un gran temor — Ya no hay forma de salir una vez que tu alma es capturada... — La voz seguía presente, quien es? Realmente trataba de recordar a quien pertenecía esa voz, pero me era imposible. Y al igual que con mis piernas, cadenas la petición varón mis manos y de un fuerte tirón me levantaron y quede suspendida...
Ahora me encontraba en la misma situación que Kenala...  Kenala!
Mire a verla y ella tenia sus ojos clavados en mi.
— Por que no saliste de este lugar? — era la misma voz me me estuvo advirtiendo todo este tiempo, pero al esta formándose para hablar su tono había cambiado, esa era la razón ponga cual no recordaba bien a quien pertenecía.
— A que te refieres? — Su cuerpo se encontraba gravemente herido, pero los ataques hacia ella habían cesado. Realmente se encontraba en un estado deplorable.
— Tu no estas muerta como yo, pero aun así tu alma esta en este lugar. La mujer a la que llaman reina, esta tratando de eliminar mi cuerpo para poder liberar al mago y ti de todo lo que he hecho.
— Es por esa razón que estas en este lugar...? Esa es la única forma de terminar con todo...?
— Vaya mar de preguntas. Y si, es  la única forma, pero, nada cambiara a menos que mi alma sea liberada y pueda descansar.
— Así que hay que liberarte... — trataba de poner en orden lo poco que ella me había dicho.
Estaban tratando de destruir su cuerpo para poner fin al todo lo que estaba haciendo.
Su alma era la que tenía que ser eliminada, no su cuerpo.
Yo en estos momentos no era mas que una alma atrapada en este sombrío lugar.
Tenía que haber una forma para que pudieras liberarnos de las cadenas.
— Una vez que eres atrapado no puedes escapar...  No te ilusiones pensando que puedes encontrar una forma de liberarnos o de liberarte — ella ya se había rendido, y realmente no la podía culpar o juzgar.
El tiempo pasaba y no cambiaba nada a mi alrededor. La tortura hacía Kenala volvió a comenzar y cada vez era peor, ella no ponía resistencia alguna, y aún que la distancia que nos separaba era considerable, no escondía el hecho de querer dejar este lugar.
Ya había visto su pasado y el hecho de haber sido engañada, traicionada y hasta haber  perdido la vida por el hecho de enamorarse de la persona equivocada... Puede que no justifique sus acciones, pero entiendo que fue a lo que se vio orilla da a hacer.
Mi vista comenzó a fallar, y mi alrededor todo era borroso. Mis ataduras comenzaron a perder fuerza, me alarme al pensar que podía caer. Aun me fallaba la vista, pero, a como me fue posible tome una de las que me ataba y la sostuve con fuerza. De esta forma si era soltada por completo, no caería.

Una gran cantidad de rayos comenzaron a caer, eran realmente aterradores. Unos caían directo a Kenala, era posible que las cosas estuvieran empeorando. Unos cuantos rayos cayeron cercas de mi, pero ninguno me golpeo... O al menos creí estaré a salvo, hasta que uno de esos colosales rayos se dirigía directo a mi.  Cerré los ojos esperando el doloroso impacto, pero...
— No es momento de dormir —  l impacto nunca llego, y el escuchar aquella voz me hicieron abrir los ojos de golpe.
Frente a mi se encontraba un joven de cabello negro el cual hacia que una dolorosa punzada se presentará en mi pecho.
— Ya no tienes de que preocuparte, estará bien — la dulce voz de una joven pelirroja me trajo a la realidad. Eran muy jóvenes,
— Chise, tienes que salir de este lugar y hacer lo posible por terminar con esto — mire al joven confundida.
— Como sabes que así me llama el mago...? Quién eres?
— Veo que no tienes recuerdos...  No te preocupes. Isabel, ayudarme a desatara.
— Claro — la joven me miro y comenzaron a desatarme.
Quienes son estos jóvenes? De donde es que me conocen?
Una vez que soltaron mis piernas, prosiguieron con mis brazos, lo cual me causaba cierto temor...  No quería caer.
— No te preocupes — me pidió el joven. Trate de no mirar hacia bajo y fue lo correcto, ya que una vez mis brazos quedaron libres comencé a caer, con los ojo cerrados solo podía sentir como el aire viento golpeaba mi cuerpo — Listo! Te tenemos.
La caída comenzó a ser lenta, así que solo abrió uno de mis ojos y mire un poco. La caída era realmente lenta, m decidí a mirar con ambos ojos y los dos jóvenes me sostenían de las manos.
Una vez que mis pies tocaron el suelos me deje caer de rodillas y respire profundo. Los rayos no había cesado del todo, aun habían demasiados, los cuales lastimaban a Kenala.
— No puedes permanecer mas tiempo en este lugar, tienes que regresar a tu cuerpo y junto al mago y poner punto final — el joven no estaba jugando con lo que decía.
— Los únicos que le pueden dar descanso a Kenala son ustedes dos. Tienes que regresar — no estaba segura de cómo reaccionar. Ellos me liberaron y me están pidiendo regresar... Pero, como pretenden que salga de ese lugar? A palabras de Kenala se que no hay salida...
— No hay salida, ella me dijo eso.
— Tu no has muerto, para ti hay salida, a diferencia de ella.

Podre salir... Pero como haremos para que ella encuentre el descanso eterno.

Me disculpo por tardar tanto en actualizar, pero aquí tienen la continuación y espero poder terminar esta historia cuanto antes... 😊

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