19.- тяαиqυιℓι∂α∂...

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Han pasado aproximadamente dos semanas desde que volvimos de TIR NA NOG. Elias me ha hecho leer un sin fin de libros sobre las criaturas mágicas y todo aquello que me pueda causar problemas... Que quiso decir?
Normalmente suelo terminar mis tareas antes de comenzar con un libro nuevo.
Muchas de las veces, si no es que siempre. Soy acompañada por pequeñas criaturas mágicas inofensivas.  Muchas de ellas están desde que llegue, otras solo vienen de vez en cuando.
Pero todas son lindas y tiernas.

Los primeros días que tomaba los libros y los comenzaba a leer, mantenía las esperanzas de poder encontrar información sobre  Elias, pero me desanimaba al llegar a la ultima pagina y ni encontrar nada de él.
Nuestra relación se podía decir que era un tanto única, ya que el era un anciano de unos ciento y tantos de años y yo solo una jovencita de diez y nueve años... Cada vez que recordaba eso me ganaba la risa, esas bobas palabras de Elias eran como un chiste. A mi eso no me importaba, ya que me sentía a gusto con él a mi lado.

El sentir tanta tranquilidad después de lo ocurrido es algo... Como decirlo...
Reconfortante?
Extraño? Realmente no lo se, pero me agrada por el momento.

- Chise!! - la voz de Elias me hace regresar en si - la cena ya esta lista!!
- Ya voy!! - me pongo de pie y corro hacia donde se encuentra él. No puedo evitar sonreír al llegar a su lado y ver que toma mi mano para entrar juntos.

Silky ya nos esperaba con la mesa puesta Y cuando nos disponíamos a tomar asiento, alguien toco a la puerta.
Cuando me disponía a ir y atender a quien había llegado Silky se adelanta y ella es quien atiende.  No pasan ni dos minutos cuando ella regresa y me sonríe.
- Quien era? - pregunto dudosa.
- Dado a los hechos, puede que haya sido Simón - mire a Silky y ella asintió con la cabeza.
- Y quien es él ?
- Probablemente mañana vuelva y lo conocerás...
- Vaya...
Continuamos con la cena y todo se mantuvo tranquilo. Ayude a Silky a levanta lo de la mesa y después me retire corriendo a mi habitación.
 

Recién habíamos llegado de la tierra de las hadas, revise el calendario y solo habían pasado cuatro meses. Ya los días soleados eran pocos. Así que miraba el calendario a diario y marcaba un circulo nuevo al rededor de un día en especial.

- Ya falta menos.

El viento se comenzaba a hacer presente e invitaba a los árboles a danzar.
Amaba la vista que se dibujaba por mi ventana. Subí a mi cama y no tarde tanto en abrir la ventana. El viento realmente estaba frío...
Invierno.
Todo era realmente hermoso. El sol ya había desaparecido y solo quedaban rastros de lo que fueron sus royos dorados.
Realmente... Agradecía por la oportunidad de comenzar a llevar este tipo de vida. Claro que no era del todo una vida normal, pero si mejor de lo que podía imaginar.
Permaneció un bien rato en la ventana, tanto tiempo que la luna ya reinaba los cielos.
- Chise... Ya esta listo tu baño - la voz que siempre me hacia volver en mi, ya me hablaba de nuevo.
- Ya voy.
- Espero y no te enfermes, has estado mucho tiempo en la ventana.
- No te preocupes.

Tome mi baño y cuando salí Elias me dio las buenas noches y cada uno se dirigió a su recamara...

Algún día...  Podre.

LA BELLEZA DE SU SER'✿ฺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora