46.- CARA A CARA

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Yo... Yo soy una Sleigh beggy!!

El calor de mi cuerpo se iba disipando, mi respiración iba tomando un ritmo normal.
Las enredaderas que me habían protegido del ataque de Kenala desaparecían. Me recordaban mucho a los espinos de Elias, las cosas ahora solo eran entre Kenala y yo. Ella aun mantenía la ventaja sobre mi, sabia de lo que era capaz... Yo solo podía confiar en que tenía las armas para afrontarla.
Comencé a dar unos pasos hacia atrás, miraba como Kenala iba perdiendo toda gota de razonamiento.
Trataba de idear algo, pero me era difícil por el hecho de que ella avanzaba a mi paso y me nublaba la mente. La mire de frente y me detuve. Ella siguió avanzando hasta que me alcanzo y se lanzo hacia mi, respire profundo y al movimiento de mis manos dibuje lo que seria una barrera... No esperaba que funcionara, pero lo hizo... Se levanto de nueva cuenta una hermosa enredadera que me protegió.

Ahora sabia como protegerme... Pero seré capaz de atacar?

Kenala enloquecía a cada paso que daba, al parecer ya no tenia control ni de ella misma. A cada golpe que recibía de ella me protegía, trataba de correr y alejarme pero ella terminaba por alcanzarme.
Tengo que dejar de huir... Pero, que hago?
Recordé que Elias manipulaba sus espinos a su gusto... Así que trate de hacer lo mismo con las enredaderas, al principio fue un desastre, pero conforme evitaba a Kenala y lo intentaba comenzaba a funcionar. Era algo cansado.
No podía dar por hecho que estábamos en igualdad, pero, de algo me serviría. Kenala llego a la orilla del supuesto lago, se quedo inmóvil y miro al "cielo", seguido de eso ella extendió sus brazos y del lago comenzaron a brotar cientos de pequeñas criaturas las cuales se arrastraban.
Realmente eran diminutas, todas se movían como si se tratara de una sola cosa. Se aventaban hacia mi, trataba de evitarlas y atacarlas con las enredaderas pero me era imposible ya que al momento de que las enredaderas eran tocadas por ella las desintegraban y al no poder esquivar muchas de ellas me tocaban dejandome una quemadura. Ardían, unas hasta me sangraban, pero no podía dejar que eso me detuviera. Levante enredaderas, una tras otra. Trataba de alejarme lo mas que pudiera, y mientras corría podía sentir como ciertas quemaduras iban sangrando.
- No huyas... Chise - su voz resonaba en todo el lugar. Ahora veía el grado de desventaja en el que me encontraba... Me encontraba en su ilusión, un lugar donde ella podía controlar todo a su antojo. Sabiendo eso que era lo que yo podía hacer? Solo medio defenderme y dejar que llegara mi hora? Tan solo eso?
En mi pecho sentía un gran vacío de dolor y decepción... Que haría Elias si estuviera aquí?
Elias...?!
Cuando su nombre salio de mi boca fue como si una luz terminara con la oscuridad que me rodeaba.
Él hace las cosas de una forma que yo también podría intentar en este momento.
Cerré mis ojos y trate de guardar la calma...

Velo de luna
Rodea este indefenso ser
Y protege desesperada alma.

Esperaba a que funcionara, esa criaturas no tardaban en alcanzarme y si lo hacia seria mi fin.
Abrí mis ojos y vi como una frente a mi se encontraba una gran muralla hecha de las hermosas enredaderas, pero en esta ocasión era de alguna forma... Transparente.
Podía ver como las criaturas topaban con ella y eran consumidas... Se que puedo!!
- Kenala!! - grite su nombre - NO ME RENDIRÉ!! - de alguna forma la muralla sabia lo que necesitaba, me abrió camino para poder llegara a Kenala. Corrí lo mas rápido que pude, deje de lado el dolor y avance.

Elias y Aria esperaban por ser libres.
Elias nunca se a rendido, Aria no me abandonó, así que yo no no los podía abandonar.

Tengo miedo...
Que haré....?
Seré capaz...?
Donde están...?
Estarán bien...?

Deje de lado tantas preguntas que se iban formulando a cada paso que daba. Dudaba, sí. Pero algo en mi también me decía que no era el momento.
Lance varios ataques hacia ella con el fin de alejarla del lago, al principio solo los esquivaba. Así que trate de atacar por diferentes partes para poder lograrlo, tarde en agarrar un ritmo pero trate de no detenerme y seguir con mi plan.

Ella trataba de mantenerse cerca del lago... Porque?
Detuve mi andar y deje que atacarla, ya no tenia que preocuparme por las diminutas criaturas, así que quedamos cara a cara...

Ahora solo seriamos ella y yo.

Eran golpes tras golpes, tanto ella como yo tratábamos de evitar ser lastimadas. Mi plan tardo en dar resultados, pero fui capaz de alejarla del lago, trate de no ser tan evidente al momento de lanzar un golpe hacia el lago, así que después de arrojarlo cambie de posición. Me distraje un poco al darle la espalda al lago y querer escuchar o notar que pasaba algo que me diera la señal. Kenala aprovechó mi distracción para atacarme, reaccione y levante una enredadera, pero fue muy tarde, ya que alcanzo a atravesar mi hombro izquierdo. Mire la herida y me encontré con algo que me sorprendió, al punto de dejarme caer de rodillas...

En mi hombro estaban incrustadas las espinas de Elias, mire hacia donde ella se encontraba y a su lado estaba él...
Elias la tomo de los hombros haciéndola regresar en si, aquella apariencia monstruosa desaparecía poco a poco.
Él la miraba como si se tratara del ser mas hermoso e importante de su vida... Así me miraba a mí.
- Elias...? - su nombre era lo único que salia de mi boca - Elias... Elias... ¡¡ ELIAS !! - ahora la que perdía el control era yo, no entiendo bien el hecho de ser una Sleigh Beggy... Pero aquel calor que antes se había apoderado de mi cuerpo regresaba y no solo lo sentía también podía verlo.
Llamas comenzaron a nacer de mi. La cara de Kenala era una mezcla de confusión y miedo, yo también lo sentía, pero era mas mi dolor, mi tristeza...

Elias... Ayudame!!

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