C I N C O

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~Sheccid~

Veo una especie de criatura negra sin rostro, su piel como carbón ardiendo, una garras que podrían partir en rodajas a una persona de un corte limpio.

Comienzo a retroceder aterrada, quiero llorar y hacerme pequeña, pero también quiero gritar y correr como loca.

Mi cuerpo no responde a ninguna orden, solo soy una espectadora apunto de presenciar su muerte.

Intento reaccionar, impedir que el miedo me controle, que en vez de paralizarme, me despierte.

Entonces por fin, mis neuronas hacen corto y grito para salir corriendo después.

Cruzo el campo, con el pulso en mis oídos y respirando aceleradamente, enfocandome en huir.

Debi ir a tomar el camión, no debería a ver ido allá atrás, mis pulmones me arden y queman.

No estoy acostumbrada a hacer ejercicio, tampoco es que me guste, lo detesto.

Tropiezo con un maldito hueco del campus y caigo de lleno al suelo, la ropa se llena de tierra.

Siento algo penetrar mi piel y grito, giro o lo intento tratando de averiguar que daño infligió en mí, aquella cosa.

Lágrimas salen de mis ojos, me siento tan débil y derrotada, miro a esa cosa y veo que ha encajado sus garras en mi pierna izquierda.

El miedo, frustración y rabia hierven en mi, intento no mirar la herida.

- ¡Ayuda! - grito y esa cosa me da un golpe que me gira la cabeza, como una cachetada.

Con sus garras adentro de mi carne, me jala hacia donde emergió, forcejeo y lloriqueo, duele mucho y estoy tan asustada.

- ¡AYUDA! -grite con todo, la criatura negra giro las garras en lo profundo de mi pierna y grite de dolor.

~León~

Vamos caminando al edificio donde se encuentra Logan, veo a Sheccid bajando las escaleras, sus manos están temblando.

Alcanzó ver sus ojos pero no son caoba como siempre, son grises, sale corriendo a la parte de atrás.

¿Estará bien?

Como su guardián debo protegerla y lo hago, pero me rehuso a hacer caso a Lig sobre el hecho de que es mi alma gemela, yo decidire a quien amar y ella igual.

Desde niño, ella ha tenido algo que hace ebullir mi sangre.

Espero a Logan, por los Dioses, este chico tarda las horas en bajar. ¿Qué tanto tardas en guardar tus cosas e irte?

De repente, escucho un grito, lo ignoro pues he descubierto que aquí las chicas son muy ruidosas.

Gruño al ver que mi hermano aun no baja, ruedo los ojos y camino a la cafetería, tal vez encuentre a Nicole.

Escucho un grito de dolor, que me estremece, suena a... Sheccid.

Demonios, corro para ver de donde proviene, si algo le pasa jamás me lo perdonaría... Calla León, ella estará bien, tiene que estarlo.

Escucho un grito de ayuda y me dirijo hacia allá pero segundos después le sigue un grito de dolor aún más estremecedor que el anterior.

Mi instinto me domina y veo todo rojo, estoy en el campus de atrás cuando veo a un Moordernaars con las garras clavadas en la pierna de Sheccid, éste las retuerce y ella grita.

Más lágrimas corren por su rostro, el cual es la expresión de terror más pura que haya visto.

Corro hacia ellos, el maldito aún no me ha visto.

- Por favor, para. - suplica ella.

Mi pecho se oprime, y la rabia recorre mis venas, éste maldito no volverá a ponerle una mano encima.

Estrello mi puño en su cabeza, mandándole al suelo, sacó rápidamente su garra de su pierna, ella ahoga un grito y golpea el suelo, giro con los ojos centellantes en la más pura rabia.

No le doy tiempo a levantarse, lo tomo de su maldito cuello y hago que mi fuego interior le queme.

Se retuerce y lo lanzo, ésta escoria no morirá pronto, pagará por lo que hizo, por cada lágrima que le hizo derramar.

Extiendo mi brazo y una llamarada le impacta de lleno, mi animal interior quiere salir pero no se lo permito.

Quiero disfrutar esto, camino hacia él, me lanza un zarpazo pero lo detengo en el aire y con mi fuerza, le hago añicos el brazo.

Suelta un alarido, sonrío y le doy puñetazo en donde debería tener cara.

Lo golpeo y quemo, no se cuanto tiempo paso torturando al maldito pero algo me calma, o mejor dicho alguien.

- ¿León? - el miedo tiñe su voz.

Me giro y me mira espantada, mi expresión se relaja, camino hacia ella y me agacho.

- Deja que acabe con él y nos vamos, nos seguirá si lo dejamos vivo. - digo y ella lo mira.

El miedo se ve remplazado por el odio y el coraje, sus ojos se tiñen de gris, la miro sorprendido, escucho un crujido, volteo y veo al Moordernaars doblado hacia atrás, le rompió la columna.

La encaro, sus ojos grises se desvanecen y cae inconsciente, la tomo en brazos, me levanto, su peso no es problema para mi.

Y de hecho es más ligera de lo que parece, camino hacia la salida trasera de la escuela, nadie debe vernos.

Una vez ahí, busco a Logan o Tyler con la mirada, capto a Tyler acercarse rápido.

- ¿Qué demonios pasó? - exclama al ver a la castaña en mis brazos.

- Ahora no hay tiempo, que mi padre mande alguien por nosotros, AHORA. - él asiente, sale disparado a por Logan y a cumplir mi orden.

Tranquila Sheccid, estarás bien, no volveré a dejarte desprotegida. Preocupación, culpa y miedo, se arremolinan en mi pecho.

Si tan solo hubiera ido detrás de ella pero como soy un maldito, me valió, si hubiera...

Tiene que saber que pasa, no puede seguir en la ignorancia, vi el sufrimiento en su mirada está mañana, piensa que esta loca y en realidad, no lo está.

Debe conocer la verdad aunque tenga que pelear con Jessica para hacerla entender eso.

Sheccid esta más en peligro, estando totalmente ignorante a la situación.

Instintos © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora