T R E I N T A Y S E I S

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Se tensa pero después me regresa el beso, se mueve acercándose a mí y me jala hacia él, el beso no es duro, ni acelerado, ni tampoco tosco, sino suave, lento, delicado, dulce. Como si nos probaramos lentamente, disfrutando del contacto, mi corazón hace tiempo que se salió de mi pecho. 

Mis manos están recargadas en su pecho mientras él me abraza por la cintura, no hay prisa, es... No lo sé pero es bellísimo, me hace sentir de una manera especial. 

"No, Sheccid, no debes ilusionarte, ya nos lastimaron una vez, y fue hace poco, no provoques otra, niña tonta. ", regaña mi estúpida conciencia. 

Que se vaya a la mierda, yo estoy disfrutando de éste beso que me sabe a magia, a cielo, a libertad, a nuevos mundos e infinitas posibilidades. 

Entonces como ninguna cosa buena me puede durar, abren la puerta y nos separamos rápidamente, miramos a quien nos ha atrapado infraganti. Y como el universo me odia, quien fue el afortunado de ver la escena de atracción adolescente (si ese será su nombre hasta que sepa que nombre ponerle a lo que siento por Nikolai o de que manera me interesa.) no es nada menos que el famoso León Rizzo, quien nos mira entre furioso y sorprendido. 

— ¿Qué quieres, León? — pregunto cuando obtengo mi voz de nuevo, de hecho sale algo molesta. Uff, es que de verdad estaba disfrutando ese beso, maldita sea que inoportuno. 

— Vamos a comer y las gemelas dijeron que aquí estaban ustedes. — responde cuando deja de fulminar a Nikolai. 

— ¡Oh! — giro a ver a Nikolai quién luce extrañamente contento y con los labios hinchados. — ¿vamos? 

Asiente, se pone de pie y sale del cuarto, yo me acomodo la ropa y me dispongo a seguirlo pero cierto rubio me detiene. 

— ¿En serio? Apenas lo conoces y ya compartes saliva con él. — reclama, mi ceño se frunce automáticamente. 

— ¿Y a ti que te importa? Con quien yo comparta saliva no es problema tuyo, además tendré bastante tiempo para conocerlo. — contesto, nos fulminamos con las miradas, bufo y me largo siguiendo el camino por el que se fue Nikolai. 

¿Quién se cree? Yo puedo besar a quien yo quiera, además conozco lo suficiente a Nikolai como para besarlo. 

Entonces el enojo se esfuma al recordar el beso no puedo evitar tocar mis hinchados labios y sonreír, un extraño hormigueo se asienta en mi estómago, diablos tal vez sí que tengo hambre. 

Estoy en mi cuarto, con las gemelas viendo Orgullo y Prejuicio, diablos, yo siempre creí que era una historia estúpida hasta que la vi. 

— ¿Por qué? — llora Karina cuando Lizzie rechaza a Mr. Darcy la primera vez. 

Es la primera vez que la ven, por lo tanto no saben que si acaban juntos, Ufff, mega spoiler para quien no la ha visto y la quería ver, lo siento. 

Yo como palomitas, estoy... ¿Cómo dicen? Cuerpo ausente, mente presente... ¡Ah, no! Es mente ausente, cuerpo presente, ¡Dah! 

Llegan los comerciales, y veo que me he acabado las palomitas, rayos, y luego me quejo de mis gorditos, ¡Nah! Lo que cuenta es lo de adentro, me levanto

 y salgo del cuarto a por más palomitas. 

Hoy dando saltitos, mientras digo como mantra "Palomitas de Mantequilla, palomitas acarameladas, palomitas cheedar." 

Llego a la cocina, busco los paquetes de palomitas, mientras silbo giro por un ruido y veo a Anabelle, espero que no me fastidie. 

— Miren, pero si es la zorra de la "diosa" — su voz destila veneno y burla. — apenas León te ignoro, corriste al primer chico que encontraste, sí se lo que paso con Nikolai, — hace una mueca de asco. — pensé que eras un poco más difícil, pero veo que eres más fácil que la tabla del uno, dime ¿Quién sigue? ¿Draak? ¿Luca?... 

Aprieto los dientes hasta que rechinan, la ira bulle en mi interior, pero veo a alguien viendo nuestra pequeña disputa, Nikolai esta parado afuera de la cocina con Draak, están de espaldas a Anabelle parecen estar discutiendo hasta que nos ven. 

Miro a Anabelle y recuerdo, el primero que se enoja pierde, y no le daré el gusto de hacerme enojar o herirme. Como dijo Eleonor Roosevelt: "Nadie te puede hacer sentir mal sin tu consentimiento." 

— Mira Anabelle, lo que tú pienses o creas de mí, ni me interesa, mucho menos me importa, si me odias bien, si me quieres muerta bien, a la única que le causa daño esas emociones es a ti, a mí no me afecta en lo absoluto, así que no es necesario que me las cuentes, gracias. Por último, lo que pase entre Nikolai y yo, es nuestro asunto, hazme el favor de no molestarlo, me apenaria tener que pedirte que te vayas. — termino con una sonrisa calmada, tomo el paquete de palomitas cheedar, lo meto en el microondas y pongo el tiempo justo. 

Ella me mira con la boca abierta y una expresión furibunda, me dan ganas de reírme y así lo hago. 

— Cierra la boca, querida, que te entran moscas. — le aconsejo, saco las palomitas, ya listas y las sirvo. — ten linda noche. 

Le paso por un lado, le sonrío a los chicos, mi corazón se acelera al ver a Nikolai y en mi estómago siento un hormigueo muy potente, tranquila pancita, ya voy a comer palomitas. 

— Buenas Noches, Draak.— sonrío pero cuando veo a Nikolai, siento que vuelo. — Buenas Noches, Nikolai. — una sonrisa boba se apodera de mi rostro. 

Diablos, comienzo a pensar que Nikolai me gusta y me gusta mucho, pero no puedo evitar sentirme mal al pensar en lo poco que ha pasado desde lo de León, será que lo de León era como él dijo, una influencia mágica por parte de una conexión. 

Tal vez sí, en ese caso le agradezco haberse rehusado, porque sino tal vez no podría darme esta oportunidad de sentir algo por Nikolai. 

Que bien se siente escribir tu propio destino. 

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Curiosidad: Capítulo extra, lo sé, genial. Pensé que se lo merecían como compensación, o fue porque quería que vieran la continuación de ese celestial beso. Solo los dioses lo saben, pero díganme, ¿les gustó? ¿Quieren más de esos encuentros? ¿O prefieren a León? Comenten por favor quiero saber que piensan, me encanta leer sus comentarios.

Gracias por leer a esta humilde escritora, lo aprecio, deseo que pasen lindo día y les guste este capítulo tanto como a mí. 😘

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