C U A R E N T A Y S I E T E

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El canto de los pájaros y el calor del sol, me despiertan al día siguiente, ayer fue un día muy alocado, sobretodo por lo que escuché de los chicos (Nikolai, Karla y Karina) y por supuesto, el secuestro. 

Me levanto algo adolorida, dormir sin sleeping en la selva no es recomendable, veo a todos despertando, Nikolai me observa desde la rama de un árbol, ¡que rayos! 

Entonces pasa algo que me saca de órbita a mí y a todos los presentes, llega Demetri y me besa. 

— Buenos días, cariño. — saluda separándose, obvio no le correspondí. 

— ¿Por qué hiciste eso? — pregunto comenzando a enojarme, él sonríe inocente, ¡Ja! 

— ¿Por qué te pones así? No es la primera vez que nos besamos. — que alguien me sujete ahora porque le parto la cara, una cosa es que me coqueteara antes pero ahora es sólo un desquite con Nikolai. 

Escucho un peso caer y veo la gélida mirada de Nikolai sobre nosotros, se da la vuelta y va con las gemelas, quiero correr a explicarle, a decirle que no es lo que cree, pero no tengo porqué hacerlo, no somos nada. 

Sonríe con satisfacción el pelirrojo a mi lado, me hace hervir la sangre, porque sabe que lo logró, seguramente Nikolai no quiere volver a hablarme en su vida. 

Nikolai :

Camino furioso con las chicas, ¿cómo carajos deja que la besé? ¿Cómo que no es la primera vez? Cuando vi sus labios sobre los de ella, quise romperle cada hueso en el cuerpo. 

¿Qué es esto? Yo nunca he sido celoso, ¿por qué estoy celoso? Llego con una expresión de muerte seguramente por la burla impresa en los rostros de las chicas. 

— ¿Estás celoso? — dice Karly, Ina se tapa la boca tratando de contener lo que me parece una carcajada. 

— De todos modos, no son novios, por lo tanto, puede besar a quien ella quiera. — escucho su voz detrás de mí, Karly rueda los ojos y Karina mantiene un gesto serio. 

Giro para encararlo, pero cuando vamos a discutir, un carraspeo nos detiene. Sheccid nos observa ceñuda con las manos en su cintura. 

— Exacto, a quien yo quiera, así que si me vuelves a besar sin mi consentimiento, te voy patear el trasero hasta el Everest, y a ti no tienes porque enojarte, sólo somos amigos. — me alegra que lo pusiera en su lugar pero no tanto que me ponga en el mío.

Se da media vuelta, va con León y Draak, fulmino con la mirada a Demetri, quien me imita. 

— Señores, señores, cálmense, todos sabemos que Sheccid esta casada... — ambos miramos a Karly estupefactos. — conmigo por supuesto. 

— Pero yo soy su novia. — alega Ina, Karly le mira molesta. 

— La amante hablando. — reta, entonces Luca llega agitado.

Sheccid y Demetri corren hacia él.

— Moordenaars. — todo se sumió en un silencio tenso e incómodo. 

Entonces una flecha corta el aire, siento el oxígeno abandonar mi cuerpo, caigo al suelo, miro hacia arriba y veo a León parado con la mano estirada hacia mí, él me empujó pero no tiene nada, adelante de León, Sheccid sostiene una flecha en su mano. 

— Ya están aquí. — avisa. En el transcurso de esos segundos, comprendo una cosa, yo quería que ella estuviera en mi vida siempre no importaba la forma. 

Me pongo de pie y jalo a Sheccid, todos corremos separándonos en parejas. 

Ella se queja por mi apretado agarre, nos alejamos rápidamente, pero aún así no bajo la velocidad, es peligroso que nos alcancen. 

Corremos, sin parar, sin detenernos, sin flaquear, cuando creo que hemos recorrido la distancia suficiente para poder relajarnos un poco. 

— Creo que los perdimos. — dice ella y le observo agitado. 

— Si, eso creo. — concuerdo, me arrepiento de haber bajado la guardia en ese justo momento, un Moordenaars ataca a Sheccid y cuando voy a defenderla otro me ataca a mí. 

Peleo con él sin tregua, dispuesto a matarlo, cuando vislumbro un brillo de un material particular, un cuchillo encantado, armas muy raras, que pueden matar a un inmortal y dañar a un dios de gravedad, pero Sheccid sigue cambiando, no es ni Diosa, ni humana, sino algo entre éstas. 

Esa arma sería letal para ella, empujo a mi atacante y sin pensarlo dos veces me interpongo entre el Moordenaars y Sheccid. 

Siento como el cuchillo atraviesa mis cosillas, pasa por mi esternón y llega a mi corazón, todo a mi alrededor se detiene. 

Escucho el grito agónico de Sheccid, una oleada de poder mata a los Moordenaars y momentos después me tiene en su regazo llorando. 

Sus lágrimas caen en mi rostro, todo es tan confuso, tan lento, un frío mortal recorre mi cuerpo, siento como la vida abandona mi pecho. 

— No, no, no, ¿por qué hiciste eso? ¿Por qué eres tan estúpido? — sonrío y ella deja salir un sollozo. Incluso llorando, luce preciosa. 

— Te quiero, lo hice porque te quiero. — susurro débilmente, todo comienza a oscurecerse. 

— No, no debiste, no puedes quererme, Nikolai, no digas eso, vas estar bien y vivirás una larga vida... Pero sin mí, porque es lo mejor para ti. — solloza aún más, Niego a lo que dice. 

— No será vida, sí tú no estás en ella. — contesto, mis ojos se cierran y escucho como grita mi nombre repetidas veces. 

Mi cuerpo se siente liviano y el dolor ya está ahí, me dejo llevar por la sensación de paz, de tranquilidad. 

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Curiosidad: ¿Qué? Nikolai muerto, lean el siguiente capítulo, esto está cada vez más interesante, por cierto aviso que tal vez este actualizando irregularmente de nuevo, así no se sorprendan, espero algún día mi vida se normalice.

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