S E I S

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~Sheccid~

Escucho un ventilador, me remuevo en las cobijas y abrazo la almohada, el aroma que despiden huele a menta, hierba buena y algo masculino, me recuerda a León.

Sonrío y me acurruco, me siento tan segura, suspiro y en ello cavilo.

¿Dónde estoy?

Me levanto de golpe y hago una mueca al sentir el mareo, me llevo las manos a la cabeza.

- Carajo. - digo esperando a que se calme, una vez que siento que puedo abrir los ojos con total seguridad de que no me embargara un mareo, lo hago.

Observo un escritorio con distintos papeles algo desordenados pero a la vez lucen bien, repisas con libros, una pantalla plana con una consola de video juegos, una puerta la cual sospecho es el baño, un armario.

La cama donde me encuentro es King Size, miro las sábanas son azul oscuro y se sienten tan suaves, las confundí con cobijas.

Algo o mejor dicho alguien, capta mi atención recargado en la puerta de lo que supongo es la salida.

León me mira burlón.

- ¿Qué? - pregunto, con una sonrisa queriendo salir cuando de repente, toda la tranquilidad y seguridad que sentía, se esfuma como por acto de magia.

Los recuerdos de lo que pasó me asaltan y siento mis ojos lagrimasos, suspiro temblorosamente.

Aprieto la sábana en mis manos y trato de mantener la calma, miro mi pierna asustada pero sólo veo cuatro cicatrices de circulares, mi estómago se revuelve.

Me pongo de pie con una rapidez vertiginosa y corro al baño, voy directo al vater, levanto la tapa y vomito.

Expulso todo de mi y las lágrimas salen de mis ojos, unas manos firmes me sostienen y sujetan mi cabello para que no se llene de mi vómito.

Una vez que todo terminó, respiro y me siento, tomo un poco de papel y me limpio las comisuras.

Después lo tiro y me hago bolita, esperando que sea un horrible sueño, o más bien una pesadilla que pronto acabará.

León me mira preocupado, se sienta al lado mío y me atrae hacia si, me dejo envolver por sus brazos, suspiro al percibir el aroma a menta con hierbabuena y ese toque suyo, me siento protegida.

Me reconforta y cuando por fin creo tener las fuerzas para hablar, lo hago.

- ¿Qué era esa cosa? ¿Qué eres? ¿Por qué me atacó? ¿Y como diablos la herida esta cicatrizada?- ataco con preguntas sin detenerme mientras me separo de él.

Me contempla con esos ojos tan bellos y me pierdo en su mirada, agradezco tanto que me haya salvado, pensaba que moriría ahí a manos de esa cosa.

- Tranquila, una cosa a la vez. - dice y yo asiento.

- Gracias, por todo, estaba tan asustada hasta que llegaste. - agradezco y lo abrazo, él se estremece pero lo ignoro.

- No eres tan malo, rubio petulante. - digo risueña y me separo, para ponerme de pie.

Le sonrío y salgo del baño, debo de ir a casa, mamá tiene que estar preocupada.

Mis cosas, demonios, gruño y me doy un golpe en la frente, León sale del baño y lo observo, la manera en que se mueve, como se tensa sus músculos y luego se relajan.

- Me voy a casa, de casualidad... -suspiro. - ¿debo de dar por perdidas mis cosas?

Él niega y apunta un costado de la cama, ahí se encuentra mi mochila, miro mi ropa, no es mía.

Lo miro interrogante y él bufa levantando las manos en señal de rendición.

- Nicole te cambió. - respiro aliviada.

Va a hablar pero lo interrumpo. Debo aclarar esto, hazlo Sheccid.

- No quiero saber nada, lo que sea que haya pasado o que era eso, que eres, no quiero meterme en eso, no puedo creer lo que voy a decir, pero quiero mi vida normal, monótona y aburrida; también aclaro para tu felicidad, agradezco que me salvarás pero nada cambia entre nosotros, seguimos siendo nemesis o algo así. - hago una mueca y tomo mis cosas.

- Adiós León Rizzo. - digo para salir de su cuarto, de su casa (suerte que no me tope con nadie.), de su vida.

Me mantendré alejada de ellos, nada de esto había pasado hasta su llegada, así que si mantengo las distancias tal vez solo tal vez, esto se aleje de mi vida.


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