C A T O R C E

399 22 0
                                    

Dedicado a mi apoyo durante todo este proceso, mi amiga que a pesar de no ver jamás, esta siempre ahí, la adoro, esto es para ti yordany_16.

~Sheccid~

Desperté en el cuarto de León, los sucesos de lo ocurrido atraviesan mi mente como agujas, quiero llorar de miedo, desesperación y impotencia.

Por no saber que me ocurre, porque soy un monstruo, destroze a esas criaturas como si fueran nada más que muñecos, lo que residía dentro de mí se sentía tan fuerte, se sintió como si me consumiera, no deseo volver a sentir eso.

El terror sigue acelerando mi pulso y no se que hacer, no quiero que sepan que estoy consciente, no quiero abandonar mi burbuja aún.

Pasa un rato y escucho la puerta abrirse para develar la figura de León, me mira a los ojos y su expresión es impasible, es increíble como puede ocultar sus emociones.

Suspiro y me giro en la cama para darle la espalda, no quiero hablar con él, me siento una malagradecida pero tengo mis razones, no me siento con la suficiente fuerza para afrontar los hechos, todavía no.

- ¿Cómo te sientes? - dice amable y yo me muerdo el labio para no soltar un sollozo, al pensar en "cómo me siento".

Me siento horrible, un asco, algo que no debería haber nacido, y a pesar de eso siento diversión, porque siempre he odiado llorar y lloro como actriz de películas, las gotas saladas se deslizan con elegancia y delicadeza por mis pómulos.

- Quiero irme a casa, ¿ok? - digo con la voz temblorosa.

Me siento en la cama y miro la pared, suspiro con cansancio y me pongo de pie para girar, encarando a León.

- No voy a volver a los entrenamientos, ni quiero tener nada que ver con esto. - digo y camino decidida a la puerta, él me detiene sujetando mi brazo, examina mi rostro, me tenso.

- ¿Por qué? - esa pregunta me saca de órbita, esperaba que comenzará a discutir pero en cambio decide saber la razón de mi decisión.

- Porque no soy lo suficientemente fuerte para resistir esto, estoy aterrada. - confieso y me mira con la comprensión brillando en sus ojos.

- ¿A qué le temes? Yo siempre voy a protegerte, lo sabes. - trago duro y miro el pasillo.

- De mi, tengo miedo de mí misma. - mi voz sale tan aguda por el miedo y una lágrima se desliza por mi mejilla, soy tan patética.

Pero es que no están fácil, ellos crecieron rodeados de esto, sabiendo y conociendo aquel mundo que hasta ahora era totalmente desconocido para mí, por ello tal vez a ellos no les asuste pero a mí si, y más el hecho de como me sentí cuando aquel suceso ocurrió.

- ¿Por qué? - una expresión confundida invade su semblante.

- No quiero hablar de eso, León, por favor, déjame ir, no quiero pertenecer a este mundo, no quiero tener nada que ver con el, es mi decisión, tengo mis razones y te pido que la respetes.

Me zafo de su agarre, y salgo al pasillo deprisa, bajo con rapidez las escaleras, corro a la puerta, llego a la calle y corro con todas mis fuerzas, quiero alejarme todo lo posible.

Al ver un camión dirigirse a la parada, me esfuerzo más y alcanzo a llegar, agradezco haber traído dinero en mis bolsillos, pago el pasaje y me siento en el lado derecho en la ventana.

Miro la sierra desde aquí, el Mirador esta casi en ella, lágrimas corren con libertad por mis mejillas calientes debido al esfuerzo.

No se que haré, por un lado, mi razón ha despertado y me exige volver, no rendirme, que no sea cobarde.

Instintos © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora