Omegaverse-Parte 3

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A este paso mejor hago un fanfic alv.

Pues, quise explotar un poco mas es el Omegaverse, así que, aquí esta. Cambiare radicalmente todo y lo amaran, a lo que se refiere cronología del libro.

Esto esta en conjunto con los dos pasados, si no los han leído, la verdad esto aun se entiende, pero, en cualquier caso, mejor lean antes los otros.

Baz

Era realmente frustrante tener que convivir día y noche con un omega. Y mas cuando se es Alfa. Y muchísimo peor cuando ese omega no se daba cuenta de que el alfa con el que convivía era su jodido destinado. Suena difícil de creer, ¿como no se daba cuenta? Tenia, por desgracia, mal olfato y poca atención. Pero eso no explica porque salia con una Beta. ¡Por un demonio! Los omegas y betas no podían formar un lazo, pero el omega rubio en cuestion pensaba que era su destinada. Era muy poco probable que un omega y un beta fueran destinados, y esa pareja no entraba en las pocas que había.

Una de las peores cosas para el alfa era el celo. A los alfas le suele venir unos cuantos años antes que a los omegas, y desde el primero fue una tortura. No podía salir de la habitación que tenían asignada el y Simon, y solo con la ayuda de supresores tenia que aguantar. Y lo peor era que el jodido cuarto estaba impregnado en su totalidad con el olor del omega. Tenia que usar toda su fuerza de voluntad para no irse a follar a Simon enseguida. Y además, fue en uno de esos celos que se dio cuenta de que el rubio era su pareja destinada.

"Estaba apenas empezando, con la vista nublada y con las pastillas temblando en su mano, cuando el omega entro. Noto su olor, era lo mas atrayente que habia olido en su vida. La puerta se cerro. Y el, con los instintos cobrando factura, se acerco, invadiendo el espacio personal de Simon en toda regla, aprisionándolo contra la pared.
—¿B-baz?— Había dicho nervioso el rubio. Baz acerco su nariz al cuello del contrario.
—Alejate antes de que te haga algo— había dicho, apenas consiente. Con su voz temblando. Tenia tantas ganas de morderlo... Pero no podía. Tenían apenas quince años, joder, pero estaba ahí, en bandeja de plata... Después de eso solo fue consiente de que Simon, como pudo, lo había apartado y obligado a tomarse los supresores."

Aun recordaba ese día. Probablemente no hiba a ser responsable de sus acciones si el rubio no se hubiera apartado. En ese momento golpeo su cabeza contra la almohada, ¡Joder! ¡Cuanto quería decirle a Simon que eran destinados! Tal vez el propio omega se daría cuenta cuando le llegara su primer celo. Y en serio Baz no podía esperar a la espera de este.

Los días pasaban, viendo como la estúpida de Wellbelove pasaba tiempo con su omega. En serio quería ir allí y quitarla de su lado. Pero si hacia eso lo mas probable era que rompiera con la pequeña amistad que habían formado el y Simon. Resignado, simplemente siguio su camino. Al final del día era un maldito desastre. Solo quería quedarse en su cama y no levantarse hasta dentro de una semana. Estaba ya acostado en la cama, y la idea era tentadora. En eso, la puerta de la habitación dio un chirrido. Se giro, para ver a Simon en la puerta.

Aunque... Se veía raro. Tenia las mejillas rojas. Y sus ojos estaban desesperados.
—¿Estas bien?— pregunto, preocupado. Simon se medio tambaleo, arrastrando levemente los pies al caminar. Fijo su vista en el. Tenia las pupilas dilatadas.
—Joder, Simon, ¿entraste en celo?— debía ir por supresores. Debía hacer algo. No quería que le pasara algo. Se sentó en la borde de la cama, dispuesto a pararse. Simon avanzo lentamente hacia el, con una sonrisa rara en su rostro. Baz no entendia nada.

—Baz...— Susurro, con su voz de omega. Inmediatamente después se sentó en el regazo del pelinegro. Baz esta en shok absoluto, no podía moverse de la impresión. La cabeza de Simon bajo hasta su cuello, quedándose ahí.
—Hueles tan bien...— Simon se removió en su regazo, frotándose contra el. Ahogo un jadeo.
—¿Por que no me habías dicho que eramos destinados? ¿Eh? ¿Baz? Hueles tan malditamente bien...

Baz tenia su cara roja como un tomate. Y lo peor, ¡Simon lo estaba dominando! Maldita sea. Intento apartar a Simon de encima de el. No estaba pensando con claridad. No quería hacer algo que dañara al rubio.
—Baz... Follame, por favor— el rubio se repego más, frotándose casi obscenamente con el pelinegro.—No aguanto tenerte aquí y no hacer nada.— y acto seguido se lanzo contra los labios de Baz, empezando un beso desesperado. Baz tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para apartar a Simon de allí. Se levanto de la cama, alejándose. Desde su cama veía como los ojos de Simon se cristalizaban un poco.

—¿No quieres estar conmigo? ¿Hize algo mal?
—No es eso... No estas pensando por ti mismo, es el celo, ire a comprarte supresores.
—¡Tu lo que tienes es que no quieres hacerlo conmigo!— esa respuesta cabreo a Baz. Y en un ataque de sinceridad lo confesó todo.
—¡Lo que mas quiero hacer en la vida es hacerlo contigo! ¡He sabido desde mi primer celo que eras mi destinado! ¿¡Y sabes porque nunca te dije nada?! ¡Por que te amo jodido idiota! ¡Te amo y no quiero hacerte daño!

Simon se quedo en silencio. Baz, cansado, se dejo caer en la cama contraria. Sintió como lentamente Simon se sentóa su lado.
—Se que no me harás daño, enserio quiero pasar mi celo contigo.
—¿Y que hay de Agatha?
—Cortamos.— Baz se giro sorprendido— En realidad le molestaba mucho nuestra relación, y en estos últimos meses mis sentimientos hacia ella cambiaron radicalmente. Y además... Me engaño. De seguro ahora esta con ese beta, pero en fin...

Baz ya no sabia que hacer. ¿Que debería hacer ahora? Simon, viendo como estaba debatiéndose, lo beso. Lo mas calmado que la ansiedad del celo le permitía. El beso fue subiendo de intensidad, hasta que, cuando acordaron, ya estaban casi desnudos en la cama.
—Debemos parar... Podrías quedar embarazado...—jadeo.
—He estado tomando anticonceptivos.
—Los anticonceptivos no funcionan en el celo. Necesitaríamos un condón.
—Pues ve a comprar, imbécil.

Con una rapidez impresionante Baz se vistió y salio de la habitación. Para volverse un segundo después por la cartera. Con apuro compro una cantidad bastante exagerada (¿Quien sabe? En el futuro...) y regreso al cuarto. Y lo recibió el mejor regalo del mundo. Su destinado completamente desnudo auto-complaciendose.

Esa noche fue la primera vez de los dos. Entre suspiros avergonzados, gemidos ahogados, y marcas que tardarían en quitarse, los dos se entregaron a la mejor desicion de sus vidas: amarse como solo una pareja destinada podía, con la mayor entrega y devoción.

Lo termino a las 2:30 de la mañana, incoherencias es por eso uwu.

Recuerden que pueden hacer pedidos de One-Shots por mensaje privado :3

Se despide su escritora con falta de sueño.


One-Shots Snowbaz Where stories live. Discover now