Promise

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Después de mil meses sin actualizar les traigo un songfic larguito :'D. Amé hacerlo, la canción esta súper bonita y sentí que quedaba muy bien con los niños~

Se lo dedico a HeadlessAngel por soportarme y porque no le había dado nada de cumpleaños ;''; vales 3000.

Pd. Gracias por las 50K de vistas <3

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Después de que la guerra se acabara, uno podría pensar que la vida de los magos por fin podría regresar a como lo era antes de que el Humdrum existiera. La realidad, es que esos dieciocho años habían marcado la comunidad de los magos en más formas de lo pensado, y en muchas mas cosas de las que se podrían llegar a arreglar.

No sólo ahora Watford tenía alumnos mestizos, y algunos otros con apenas la habilidad de hacer magia, tampoco era que los ricos y poderosos seguían recuperando sus arcas de los impuestos hechos anteriormente por el Hechicero para financiar sus proyectos, ni tampoco que ahora en el consejo hubiera nuevas caras y apellidos.

Las cosas anteriores podrían tener a largo plazo un efecto positivo, pero una cosa que nadie podría discutir, era que la estabilidad emocional de muchos magos se vio afectada por los sucesos ocurridos en la torre de Watford el día en que la guerra oficialmente acabó, el día en el que el Hechicero había muerto, y el día en el que Simon Snow había perdido su magia.

Perder la magia para cualquier mago sería una tragedia, pero para Simon, perder su magia significó más cosas que simplemente no poder manejar más la magia al rededor de él.

Se sentía extraño, ajeno a su cuerpo, como un fenómeno, y no precisamente por la cola y alas de dragón que tenía ahora, había pasado de sentir más magia y poder del que podía manejar, a sentir absolutamente nada.

Lo único que antes lo diferenciaba del resto era usar magia, aunque ni siquiera la pudiera manejar, todos sus amigos y conocidos eran excelentes magos y brujas, ¿y él?, sólo tenía la certeza de que toda esa magia nunca había sido enteramente suya, y que todo había sido producto de un experimento mal logrado del ya difunto Hechicero.

Su magia siempre se había sentido ajena a él, cómo algo que no le pertenecía, y ya sabía porqué. Se sentía una farsa, él había sido el mismo Humdrum y la misma falsa promesa del salvador del mundo mágico. Ya ni siquiera sabía quien o qué era.

Baz veía como el Simon Snow valientemente estúpido y leal a morir se desvanecía de a poco. Cada día se encerraba más en su habitación, cada día comía menos (cosa, muy rara en él), y cada vez evitaba hablar lo más posible.

No sabía si él y Simon estaban aún en una especie de relación, o si acaso seguían en la etapa de amigos, pero lo que sabía, es que seguía perdidamente enamorado del rubio. Y le dolía en lo más profundo de su alma ver como el alegre chico que conoció en la escuela se iba apagando poco a poco.

No era muy bueno tratando problemas emocionales, ya fueran ajenos o propios, pero sentía que tenía que hacer algo por Simon.

La primera vez que entró a la habitación de Simon sin tocar antes, lo encontró llorando. El rubio estaba sentado al borde de la cama, con la cabeza agachada, tratando de apartar rápidamente las lágrimas de su cara. Pero no le pidió que se fuera.

One-Shots Snowbaz Where stories live. Discover now