Pov's Abbi.
Lunes por la mañana y dormí mal. Me dolía el pecho, pero me aferré al orgullo.
Porque si le hablaba, sentía que me estaba traicionando a mí misma.
Pero ahora, viendo lo que pasó hoy...
Creo que la única que traicioné fui yo.
No supe cuándo empezó a doler tanto. Supongo que fue antes, muchísimo antes. Pero uno solo se da cuenta cuando ya es tarde, cuando ya no hay marcha atrás y todo está hecho mierda.
La notificación me llegó a las 8:37 a.m. Justo después de haberme bajado de la camioneta, cuando mis pies apenas tocaban el pavimento y el sol ni siquiera había salido del todo. Un mensaje de Sam. Lo ignoré al principio. Lo he hecho desde hace días porque me agota, porque algo en mí sabe que hay veneno en sus palabras, pero esta vez no fue un mensaje cualquiera.
Era una imagen.
Una foto de Deneb. En la parte trasera de un carro. Una camisa negra, el cuello desabrochado. Cindy sentada sobre él, sus manos enredadas en su cabello, besándose como si no hubiera un mañana. Como si se conocieran desde siempre, como si yo no existiera.
Volví a ver la foto. Zoom en su mano en la espalda de Cindy. Zoom en su cuello. Su collar. El que llevaba el día que lo vi por última vez. ¿Ese era el mismo día? ¿Había estado conmigo antes? ¿Después?
Abri el chat completo. El mensaje que le seguía me dejó paralizada.
"Pensé que te lo merecías, Abbi. No solo jugó contigo, también te mintió, todos lo sabían."
Todos. Lo sabían.
Mis dedos temblaron al sostener el celular. El mundo se volvió ruido. Vi a Rebeca hablar a lo lejos con Martha, a Isa y Dani entrando al colegio como si fuera un lunes normal. Y yo ahí, tragándome las lágrimas en seco, sintiendo cómo se me partía algo por dentro, tan real como si alguien me hubiese empujado escaleras abajo.
No le respondí. Ni siquiera lo pensé. Solo caminé, sentí cómo las piernas me pesaban más con cada paso. Entré a clase sin saludar a nadie, sin sentarme con nadie. El lugar vacío a mi lado dolía más que nunca.
Miércoles.
No había otra forma de decirlo: era miércoles y Deneb no estaba.
Desde el lunes no lo veía, no me escribía, no me decía nada. El último mensaje que me llegó de él fue un "luego te explico" el lunes y quedó ahí. Ni una palabra más.
"Se llama Cindy. Fueron algo hace unos meses. Bueno, algo físico... de aventura, ya sabes. Pero ¿te lo mencionó alguna vez? Porque a mí sí. Y no fue solo una vez, fueron varias. No eras la única, Abbigail."
Releí ese mensaje más veces de las que podía contar. Nuevamente estaba torturándome a mi misma con ese mensaje.
En la hora de almuerzo, llegaron a sentarse casi todos. Jared, Dani, José, Juli, Isa, Martha. Incluso Tyler. Pero Deneb no. Me pareció raro. Pensé que tal vez se sentía mal, o había ido a su terapia, o simplemente no quería vernos.
Hasta que los vi a ellos: Sabrina y Sam. Llegaron juntos, como si fueran pareja. Como si ya no les importara esconder nada. Se sentaron a la mesa como si fuera suya.
Sabrina cruzó la pierna con tranquilidad. Me miró con esa sonrisita de "te tengo" y dijo:
—¿Y Deneb? Ay, cierto... está ocupado. Vi que no te escribe.
No respondí. Me ardían los ojos, pero no le daría ese gusto.
Sam se metió entonces, con esa cara de lástima fingida:

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El viaje.
RomansaAbbi es una chica de 17 años. Amante de la lectura, las pinturas y el dibujo. No es muy sociable o trata de no serlo, vive con sus padres y su hermana. Tiene un gran amigo y un día uno de los chicos con los que se sienta decide hacer un viaje, lleva...