Portada realizada por: Annie Morales
Nunca fui de las chicas consideradas bellas o populares, yo vivía en mi propio mundo, y así era feliz.
Mi mundo era mi bella Grecia, mi familia materna y paterna y por sobre todas las cosas mi madre, que era mi a...
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Al día siguiente David cumplió y llego por Anastasia a las 7:30 la encontró desayunando en la cocina.
- Buenos días Gina- saludo con un beso a la cocinera regordeta de ascendencia italiana que trabajaba con ellos desde hace mas de dos décadas, por lo tanto era muy apreciada por la familia Rochester.
David al ver a Anastasia con su jumper, una coleta con un lazo azul y esa mirada inocente su corazón se conmovió al recordarle a Sarah.
- Hola ¿ya estas lista?-le pregunto ella que ya tenía su plato vacio.
- Si subo por mi bolso y nos vamos.
Al subir por las escaleras se topo con su madre que iba bajando.
- Niña a donde vas tan apurada.
- Voy por mi bolso que David me va a llevar a mi primer día de colegio
- Que bien.
Cuando bajo su madre conversaba con David.
- Ya podemos irnos- anuncio ella feliz.
- Querida déjame darte un abrazo- Anastasia se acerco y la abrazo con ese cariño especial que las unía- te deseo mucha suerte, es un cambio grande pero se que te adaptaras, todos van a amarte.
- Eso no lo dudo- apunto David con esa sonrisa fácil que inspiraba confianza.
En el camino ella le pregunto si podía colocar música y el acepto condescendiente. Opto por música clásica y el la miro sorprendido.
- Te gusta la música clásica.
- La adoro. Lo se no soy una chica normal.
- No he dicho eso, me sorprendí y a la vez me agrado porque también es mi música favorita.
- La música me relaja cuando me siento triste o ansiosa por algo - acoto ella.
- Estas nerviosa porque es tu primer día de clases, en un colegio nuevo.- pregunto empático.
- Algo- reconoció uniendo sus manos que temblaban un poco.
- Pronto te adaptaras- le aseguro el y por alguna razón eso fue suficiente para que ella recuperara su confianza y seguridad.
Cuando llegaron al Colegio Rhismon, ella aspiro una fuerte bocanada de aire y supo que todo estaría bien, porque ahora tenía un hermano mayor que estaría siempre para apoyarla.
- Ahora solo debes indicarme donde esta la parada del autobús para regresarme-
- Nada de eso- negó categórico- tendrás un chofer que te traerá y buscara cada día.
- David no es necesario.
Su mano se poso en su mejilla y señalo:
- Me quedare mas tranquilo si aceptas - su dulce sonrisa la arropo y convenció de inmediato.
