Habían pasado dos semanas desde que Anastasia descubrió sus sentimientos por David, pero no sabia que hacer ahora con esto que sentía y con Liam quien seguía comportándose con ella como el perfecto príncipe que era.
¿En que momento se enamoro de David?, era difícil precisar el momento justo pero ahora solo entendía que David siempre fue lo mas importante, ella no solo se desvivía por su atención, adoraba como la cuidaba, protegía, como siempre la hacia sentir tan importante y querida por el.
¿Qué es el amor? No es cuando encuentra a esa otra mitad que encaja perfectamente, dos mitades de un mismo corazón, dos almas que anduvieron errantes por un tiempo pero que finalmente se encuentran, dos imanes que se atraen con una fuerza sobrenatural.
Liam ciertamente fue una ilusión adolescente y es que el simplemente era perfecto, un príncipe hermoso, dulce y protector.
Ahora debía terminar con el y eso la hacia sentir culpable, porque el no merecía esto, no merecía que ella se hubiese enamorado de otro hombre y en este caso su hermano y esto seria algo tan difícil de afrontar.
Pero parte de al madurez se trata de tomar decisiones y afrontar las consecuencias de las mismas.
Ese día lo paso muy distraída en el atelier e Ivonet se lo hizo notar y ella decidió sincerarse con esa mujer que se había convertido no solo en su mentora sino también en una segunda madre y el aconsejo hablar con David y decidida se dirigió a la oficina de el y cuando estaba en el pasillo lo vio venir y su corazón se hizo trizas cuando vio a Luciana colgada de su brazos y ambos compartían una sonrisa cómplices.
Instintivamente se oculto rápidamente tras un pilar y se pregunto si David era ese hombre al cual Luciana le había entregado su virginidad y con el que se había acostado recientemente.
Todo apuntaba a que si, además ella hizo un comentario que el había sido su primera ilusión así que no tenia que ser una científica para saber que era así.
Ellos pasaron a un lado de ella sin percatarse de su presencia y la oyó decir.
— David eres una gran idiota pero te amo.
Dios ahora si empezó a hiperventilar
¡David y Luciana!, eso si no se lo esperaba y mas aun ahora que finalmente se había dado cuenta y aceptado que estaba completamente enamorada de David Rochester.
El resto del día lo paso distraída, supo que David no regreso y eso solo despertó en ellas dudas y conjeturas ¿fueron solo a almorzar o terminaron en el apartamento de Luciana?
Ella le había confesado que solo se había entregado a un hombre, así que sabia que no se trataba solo de una relación pasajera, para Luciana era importante, ella estaba enamorada y como podría ella interponerse en esa relación, además seguía estando Liam.
Como a las cinco recogió sus cosas para irse y esperaba el ascensor cuando las puertas se abrieron y era David.
— Anastasia—le dijo a modo de saludo mientras su mirada la penetraba, pudo notar que se le veía un poco triste y no debería estarlo porque había salido con Luciana, a menos que nuevamente haya desilusionado a su amiga y ella no podía permitirlo, la apreciaba mucho para desear que saliera lastimada aunque eso implicara alejar mas aun a David de su vida, sacarlo de su corazón.
— David ¿Qué haces aquí? Pensé que ya no regresarías—comento
— Vine por unos documentos, si quieres me acompañas y luego te llevo a casa.
— Esta bien—acepto porque esto le daba una oportunidad de saber que había pasado con Luciana.
Lo siguió hasta su oficina, donde el fue directo a su escritorio y saco de una de las gavetas un sobre gris que debía contener los documentos.
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ANASTASIA I "El Rey Soñado"Serie: Reyes y Princesas
RomancePortada realizada por: Annie Morales Nunca fui de las chicas consideradas bellas o populares, yo vivía en mi propio mundo, y así era feliz. Mi mundo era mi bella Grecia, mi familia materna y paterna y por sobre todas las cosas mi madre, que era mi a...