CAPITULO 42 CORAZONES ROTOS

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Al entrar en la cocina se recostó contra la encimera y empezó a hacer un ejercicio de respiración porque estaba hiperventilando, sentía que su corazón se rompía en mil pedazos y a su memoria vino como si se tratara de una película en cámara lentas, todos los momentos vividos con David, desde que lo conoció, sus viajes juntos, sus regalos,

El siempre supo regalarle lo que era importante para ella y eso significó esos viajes de cumpleaños-

Su familia eso significo el viaje a Grecia.

Sus amigos , el crucero

Su sueño de trabajar en la industria de la moda, el viaje a Milán Francia, Londres y Nueva York para presenciar la semana de la moda.

Sus recuerdos y su padre, la casa de su infancia.

David la conocía como nadie, para el era totalmente transparente, el veía su alma y alli es donde siempre quiso llegar y lo logro porque siempre estuvo para ella, cuidándola, protegiéndola, amándola con un amor dulce y demasiado grande y entendió la diferencia entre ilusión y amor.

Porque Liam fue lo que toda adolescente sueña, el chico rebelde pero que también tenia una faceta dulce, alguien que iba mas acorde con su edad, por lo que pensó que tenían mas cosas en común pero el amor es mas que ser afines o complementos, se trata de conocer a esa persona que ve mas allá de tu apariencia, que ve el corazón, para la cual eres una valiosa joya que esta dispuesto a cuidar aun con su vida.

Liam veía su físico, pero David veía su corazón. Es lo que la hizo decidirse.

Anastasia se obligo a volver a su triste realidad, con la certeza de su amor por David y también la certeza que lo había perdido. Mas tarde lloraría pero ahora sabia debía regresar a la sala.

Tomo el pay de manzana para dirigirse a la puerta percatándose que David había entrado.

— Vine por agua, me das un vaso- señalo el- serias tan amable de dármelo.

Anastasia dejo la tarta de manzana sobre la encimera y fue a la nevera sacando una jarra y después de llenar su vaso se lo entrego a David, sus manos se rozaron y esa mirada penetrante de el la hipnotizo. Porque si estaba con Luciana ahora la volvía a mirar de esa manera tan suya que la hacia sentir que era importante para el.

— Que pasa Anastasia, te he notado nerviosa toda la noche- cuestiono dejando el vaso sobre la encimera, dejando en claro que solo había sido una excusa y apoyando las manos detrás de ella la acorralo.

— No me pasa nada- trato de sonar convincente pero el temblor en su voz la delato, su cercanía como siempre causaba estragos en sus emociones.

El toma su barbilla con sus dos dedos elevándola para que sus miradas se encuentren y ve en sus ojos color grises esa misma expresión de amor que la descoloca y derrite.

— ¿Quieres que lo haga?- pregunta.

Anastasia respira profundo tratando de controlar los fuertes latidos de su corazón

— Claro que si, y no podemos estar así de cerca, alguien puede entrar y malinterpretar todo.

— Verian a un hombre y una mujer a punto de besarse- murmuro apoyando su frente contra la suya.

— Sabes que no podemos porque tu y yo...

— ¡Porque somos hermanos!- cuestiona y su expresión era tan seria y dura que la lastima- vas a seguir con esa excusa, Anastasia porque no dejas de ser una cobarde y reconoces que ya no me ves como un hermano- respira profundo tratando de controlar el enojo que se ha apoderado de el, su mano acaricia su mejilla y ella cierra los ojos ante todas las sensaciones que se alojan en su interior, el acerca su rostro y deposita un húmedo beso en su cuello, y murmura a su oído- Unos hermanos no se besan como nosotros lo hacemos.

ANASTASIA I "El Rey Soñado"Serie:  Reyes y PrincesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora