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—No lo sé — Vegeta se acercó a Fuun con seriedad. — Bills dijo que por ningún motivo debemos confiar en ti.

— Qué exagerado — dijo Fuun, sin inmutarse por su cercanía. — Bueno, como mencioné antes, no es necesario que confíen en mí, ya que de todas formas los ayudaré.

______ rió. — Deja de decir eso. No tienen por qué preocuparse — se dirigió a su familia. — Fuun está de nuestro lado — sonrió. — Eso se los aseguro.

— Pero Bills dijo...

— ¡No deben confiar en todo lo que dice Bills! Es el Dios de la Destrucción, pero a veces exagera las cosas — dijo con tono alegre, como si bromeara.

— Mmm — gruñó Vegeta.

⋯ • ⋯

— ¿Qué haces aquí? — Preguntó _______ mientras caminaba hacia la encapuchada, que estaba en el balcón.

— Sabía que algo podría suceder. Vine a verlo, y tenía razón — le sonrió de lado.

— Ya veo, ¿tus cartas te lo dijeron? — Rodó los ojos.

— Ajá, las mismas — sonrió ligeramente.

— Ya veo. Bueno, gracias por todo esto. También por el sello para Mirai — sonrió.

— Es para lo que estoy, no te preocupes — le devolvió la sonrisa.

— ¿Te vas ya, verdad? — _______ la miró desanimada.

— Lo siento, pero sí. Volveré pronto.

— Bueno, adiós, Fuun.

— Hasta pronto — sonrió y desapareció.

_______ suspiró y se apoyó en el barandal del balcón. — Esta tonta sigue teniendo miedo de los humanos.

— ¡Mamá! — Saya corrió hasta la pelinegra.

— ¿Qué pasa? — _______ se giró rápidamente y se agachó.

— Ella... Fuun, ¿ya se fue?

— Sí. Tenía que hacer otras cosas.

Saya la miró con tristeza y suspiró. — Qué mal, yo... quería...

— Está bien, va a volver — la animó. — Ahora, vayamos a dormir. Ya es tarde.

— Bueno. — _______ tomó a Saya en sus brazos y caminó hasta su habitación, pero para su sorpresa, en el comedor se encontraba toda su familia sentada, aparentemente comiendo.

— ¿Qué hacen?

— Comiendo.

— Eso es evidente, papá.

— ¿Entonces para qué preguntas?

— Tsk... — gruñó y Saya rió. — De todos modos, ¿dónde está Mirai?

— Se enfermó — respondió Mirai Trunks. — Le dolía la cabeza y se mareó un poco.

— Fuun dijo que eso pasaría. Es una consecuencia de su posesión o algo así — añadió Bura. — Se fue a dormir. Aunque se lo merece — frunció el ceño — ha estado siendo muy mala con todos últimamente.

— Sí, aunque de todas formas no fue su culpa lo que ocurrió, o lo que iba a ocurrir.

— De todos modos, mamá. — _______ frunció el ceño. — Si hace 10 años pasó lo mismo, ¿por qué no intentó solucionarlo? — Se sentó junto a Trunks.

— La KaioShin del Tiempo dijo que no había ningún problema — dijo Mirai simplemente. — La examinó y pensó que era una exageración.

— Tsk... — gruñó _______. — Esa Kaio no me da confianza para nada.

— ¿Por qué? — Saya alzó la mirada para poder ver la cara de su madre, ya que estaba sentada en sus piernas.

— No lo sé, siempre me dio un aire de desconfianza. Aunque con lo de Fuun, estará mejor, solo estará enferma por unos días.

⋯ • ⋯

— Sigo sin creer que sea madre — dijo Mirai _______ mientras miraba a su contraparte del pasado.

— ¿"sea"? — Alzó una ceja. — Yo soy madre, no tú.

— ¡Somos la misma persona!

— Ajá, bueno, sí. Es MI pequeña — sonrió mientras la miraba.

— Ujum... — La miró con seriedad. — ¿Cuántos años tiene Saya?

— 8.

— ¡Wow, ya no es una niña, ¿sabes?

— ¡8 años! — repitió. — ¿No escuchas? Es una niña.

— Ni tanto, tampoco — bufó. — ¿Qué no entiendes?

Ambas se miraron seriamente, pero luego rieron. — Saya para mí es un bebé todavía, no me digas esas cosas.

La peli-lila miró cómo la menor echaba agua caliente en un recipiente de agua helada para ayudarla con su fiebre. — Has cambiado mucho, hermana — sonrió después de unos segundos.

— ¿Tú crees? — La miró de reojo, levemente sonrojada.

— Sí... — asintió, aún sonriente. — Me parece que has superado muchos... problemas — murmuró lo último para no incomodar.

— Traumas... — corrigió. — Tal vez sí los he superado, pero... Aún no estoy completamente "recuperada", ¿sabes?

— ¿Por qué dices eso? ¡Me parece que estás de maravilla!

La menor negó y suspiró. — Cuando estaba allá en San Francisco, asistía a terapia. Ahora también voy a ir porque creo que me mantiene... calmada. También estoy tomando unas pastillas para dormir y... antidepresivos.

Mirai se quedó callada. — Entiendo. ¿Saya iba contigo?

— No. — Negó con la cabeza mientras seguía con lo suyo. — Se quedaba con Fuun, ella siempre la cuidó, desde antes de que naciera también. — Miró sus manos. — Creo que ella es mi mejor amiga, más bien, mi única amiga.

— ¿Confías en ella?

— ¿Qué dices? ¡Claro que sí!

— Uh... bueno, pero, ¿te está yendo bien en terapia?

— Sí... La verdad es que creo que me estoy superando... poco a poco.

— Felicidades.

— Gra-Gracias, aunque no es algo de lo que esté muy orgullosa, que digamos.

— ¿Por qué? ¡No todos recurren a eso!

— Llevo 10 años asistiendo, y durante el proceso he caído muchas veces — agachó la cabeza.

— Tranquila. Eso... no es fácil. Tú tomaste el camino difícil, porque todos prefieren el suicidio; tú decidiste recuperarte.

— Lo hago por Saya. Y para no decepcionarlos más a ustedes.

— Aunque la verdad es que yo vi que ella estaba bastante... Feliz y orgullosa de ti.

— No sabe nada.

— ¿Qué?

— No sabe nada de esto; cuando voy a terapia, le digo que voy a hacer otras cosas. En casa, le decía que iba a estudiar o a trabajar más horas, y Fuun se lo creía también.

— Ya veo... ¿y con qué tanta regularidad ibas a terapia?

— Dos veces por semana.

— ¡Tanto!

— Sí, la verdad es que últimamente me altero mucho por cualquier cosa. Así que creo que tendré que ir más seguido.

Mirai tragó saliva. — «Prácticamente vive yendo a terapia.»

______ Y Trunks Briefs | 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora