El Heredero de La Familia Kirigaya

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[Primer Arco]

Después de que Asuna ya podía levantarse, la vistieron nuevamente con algo más cómodo y emprendieron el viaje a la casa de los Yuuki con compañía de Kirito. Llegaron a su destino, bajaron del auto y la chica joven iba caminando como podía pues aún le dolía el torso y no podía mantener los pies firmes, cuando estaba apunto de llegar al portón que protege su casa, se tambaleo apunto de caer, Kirito que hasta ahora se mantenía a distancia se apresuró para cargarla al estilo nupcial.

—Yo...no tuve oportunidad para agradecerle por lo que hizo por mi— mantenía la mirada gacha.

—No tienes que agradecer, jamás dejaría que algo te pasara—la miro unos segundos y luego entro a la habitación de Asuna, la dejo con cuidado en la cama—Listo, ya estas en tu casa.

—Gracias de nuevo—se acomodó.

Quedaron en silencio un rato, no era tan incómodo a decir verdad.

—Bueno...ya me voy tengo cosas que hacer, cuidate mucho Asuna—saco un pequeño papel de su chaqueta—este es mi número por si lo necesitas.

Ella lo tomó—Estaré bien Kazuto-san, que tenga bonito día.

—Igual para ti—bonita.

La miró por última vez, salió de la habitación feliz por haberle ayudado pero no le dudaría mucho. Quizá esa chica no era para él.

—Kirigaya-kun de verdad le agradezco mucho por todas sus atenciones para con mi familia—Kyouko hizo una rápida reverencia.

—Escuche señora Yuuki, le seré sincero...regreso a mi pueblo a encargarme de mis cosas principales, renuncio a Asuna...se nota que no le intereso en nada.

—No, no, no piense eso—desesperada Kyouko—Asuna es muy tímida y por eso su comportamiento es así. Le aseguro que en unos días ella le tendrá más confianza.

—No lo se—nego con la cabeza—Me quedaré pocos días aquí en caso de que haya alguna novedad. Ahora con su permiso me retiro.

Yuuki-san debía actuar rápido para que este pretendiente no se le fuera tan rápido, ahora sin el entrometido de Takeshi podría aprovechar la situación que se le presentaba. En casa de Kirito, este estaba muy confundido, feliz y triste. Si, un lío de emociones, si que le faltaba su pequeña hermana en esos momentos.

—Klein, yo no se si dejar a Asuna. Me cuesta mucho hacerme la idea de olvidarme de ella. Me gusta de verdad, me inspira el querer protegerla, la deseo...demonios si que la deseo—sacudio su cabello con frustración—creo que me enamoré...

—Kirito...estoy en blanco la verdad no se que decirte. Yo digo que tengas alguna última esperanza al menos.

Esa noche, en la habitación de Kirito, se encontraba dormido hasta que alguien muy peculiar entró a su sueño; tenía a la chica de ojos color oro de nuevo en su cama pero esta vez no estaba lastimada, sonreía al verlo y sus manos cálidas acunaban las mejillas de el chico. Kirito acariciaba todo el bello cuerpo de la avellanda.

Asuna...Asuna...mi bonita.

Quién diría que el olor dulce de Asuna quedaría impregnado en la almohada del joven ojos oscuros como la noche.

It Was Always You [Libro 1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora