Una historia diferente donde nuestros protagonistas: Kirigaya Kazuto (Kirito) y Yuuki Asuna (Asuna) no se veran en el entorno de videojuegos de realidad virtual ni nada por el estilo. Esta vez la historia sera entre clases sociales, un amor imposibl...
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[Tercer Arco]
Kirito había dejado su vaso de vino a un lado, abrumado por lo que su amigo le decía, se puso a pensar y atar cabos en su mente, había algo que no tenía sentido y lo averiguaría.
— Explícame de lo que estas hablando...— le dijo a su amigo.
— Es imposible que sea esa persona la que haya mandado, tiene como unos 50 años. — se encogió de hombros.
— 50...¿Estas seguro?
— Hombre, claro, lo conozco.
— El tipo que estaba aquí era alto, de nuestra edad, fuerte, cabello castaño y ojos marrones. — da la descripción temiendo lo peor.
— ¿Nani? Ese no es Shinozaki. — niega.
— ¿Quién carajos era entonces?
— ¡No lo sé!
— No lo sabes o no quieres decirme...—se acercó a él con una mirada oscura.
— No...es que es imposible. — Klein también se levantó de su asiento pasando su mano por su barba recién cortada. — Quizá alguien se hizo pasar por él.
— No...¿Tu has visto a Hamasaki Takeshi?
— ¿Quién?
— Él ex de mi esposa, con quién se iba escapar, ¿Cómo es? — la respiración del chico estaba acelerada y apretaba sus dientes. Al no tener respuesta del otro grito. — ¡¿Cómo es?!
— Alto, fornido de cabello...castaño y ojos marrones...— bajo la mirada.
— No...no es verdad...— su voz se quebró, rápidamente lanzó el vaso de vidrio a la pared, donde este se hizo añicos, su rostro, parecía un poema lleno de ira. — ¡Mierda! ¡Maldita sea! Era él... — dio una patada a la puerta y salió corriendo escaleras arriba.
— ¡Kirito! Podría estar equivocado. — Klein trató de alcanzarlo, pero sabía que un hombre molesto nadie lo detenía.
"Esa...zorra...me mintió, sus palabras eran tan falsas!"
Kazuto entró de golpe a la recámara de su esposa, Asuna volteó alzando una ceja y se levantó acercándose.
— ¿Estas bien? Estaba viendo ropa de niño o niña...— sin embargo su esposo no se inmutaba, su mirada estaba vacía. — ¿Kirito-kun?
— Tu...— la tomó con fuerza exagerada de los hombros — ¡Hipócrita, traidora de mierda! ¿¡Cómo pudiste hacerme esto!? ¡Tener a tu maldito amante bajo mi techo! — la lanzó contra la pared cegado por la furia.
— Es-espera...no se de que estas hablando...tranquilizate. — la castaña actuó por miedo al verlo así.
— ¡No me mientras más! — la mantuvo ahí sin importarle que estuviera embarazada, pero Kazuto, a estas alturas no creía que esa criatura era suya.