It Was Always You [Libro 1] ✔

Nuevos Sentimientos

[Segundo Arco]

Asuna subió de nuevo a la casa luego de que Midori le explicase que Takeshi se había ido de la hacienda, a pesar de que, en menor grado, este sintiendo algo por su esposo, le duele que se haya ido sin siquiera despedirse de ella, los sentimientos tardan en desaparecer y decir que ya no le importa estaría mintiendo; Takeshi fue, es y será el primer amor, el más lindo, el que experimentó cosas que jamás había notado, creyó que estaría toda su vida con él sin importar sus posiciones, sin embargo, quién diría que alguien más llegaría para robarle el corazón, uno no elije de quién se enamora pero si con quién se queda. Llegó hasta su habitación, abrió lentamente y visualizo a su tía apoyada en la ventana, esta volteó a verla.

— ¿Y bien? — pregunta a su sobrina.

— Se fue...— artículo Asuna. — ni siquiera me despedí de él, creo que le rompí el corazón.

— Ay niña, es lo que todos queríamos.

— No quiero bajar, no me siento de ánimos.

Abajo, Kirito estaba cansado de escuchar a su cuñado y amigo, estaba claro que no le caía bien ninguno de los dos, pero como el chico cortés que debía ser se contuvo de decir cualquier tontería que arruinada la "visita", rogaba que alguien llegara para salvarlo, para su suerte, Alice entró en escena a lo que ambos hombres quedaron viéndola.

— Oh, visitas...buenas noches. — sonrió.

¿Como puedes ser cortés con esas alimañas?

— Les presento a mi mejor amiga Alice. Alice ellos son Kouichirou, hermano de Asuna, y su amigo Keita. — presento sin muchas ganas.

— Gusto en conocerla, señorita. — Keita se adelantó y beso la mano de la rubia.

— Igual a mi. — contestó percibiendo su coqueteo.

Maki bajó las escaleras y se plantó entre los presentes — Asuna dice que tiene mucho dolor de cabeza y no puede acompañarnos en la cena, se disculpa.

— No hay problema. — intuye Kazuto sin mucho entusiasmo, luego los guió a todos hasta el comedor.

— Te prohíbo coquetear con esa — señaló con la barbilla a Alice.

— Tranquila, tía. — su sobrino rodó los ojos.

(...)

Muy temprano, ya el chico de ojos negros estaba en la recámara que comparte con su esposa mientras esta se arreglaba su melena y maquillaba un poco, ¿Cómo podía existir tanta belleza en un ser humano? Es lo que se preguntaba él, puesto que se quedaría horas y horas admirando a su chica arreglarse, ni siquiera con pintura en su cara podría igualar su hermosura natural, tuvo tan buena y mala suerte a la vez de conocerla, le invadía en sentimiento de dualidad.

— ¿Te aliviaste del dolor de cabeza? — pregunta aún viéndola.

— Ujum, ya estoy mejor gracias.

— ¿Quieres ir al pueblo conmigo? — ofrece esperanzado.

— No...estoy mejor aquí. — se niega amablemente a la par que nerviosa por la mirada de él.

— Me llevaré a Alice ya que quiere trabar en el hospital. Oye no me gusta que tu hermano este aquí, tiene que irse. — espera una reacción en ella y le sorprende lo que dice:

— ¡Claro! Digo...se va a ir. — afirma con convicción.

Eso fue demasiado fácil