Adiós

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[Tercer Arco]

Asuna entró al despacho de su esposo dispuesta a todo para defender a Midori, si ella tenía algo que ocultar pues ella misma lo diría, pero eso de que la obliguen esta mal, nadie tenía ese derecho, así que se puso al lado de la mujer dispuesta a manejar todo con firmeza.

— No entiendo la razón de porque miente. — prosigue hablando Kazuto.

— Es que he vivido tanto tiempo aquí, que ya me consideran de este lugar.

— Todos tienen derecho a su privacidad, — le recuerda la castaña — No hubo engaño ya que ella nunca dijo que pertenece aquí, además ¿Qué mas da de donde sea?

— Aún así, le ha mentido a todos. —recuerda.

— Si no quiere contar su vida esta bien, quizá hay momentos muy dolorosos que quiere olvidar, sus razones tendrá. — Asuna miró a la mujer que ignora ser su suegra — Es muy atenta, servicial, cumple con su trabajo y se le paga por ello, pero nadie es dueño de su vida.

El chico suspiro rendido y admirado a la vez —Puede irse Midori.

La mencionada hizo una reverencia de gracias a la castaña y salió del lugar quedando los esposos solos.

— ¿Te has dado cuenta que me acabas de llamar la atención frente a una sirviente?

— Perdoname. — se encoge de hombros no tan sincera.

— ¿No crees que esta ocultando un delito?

— ¿No confías en mi instinto femenino?

— Creo que soy un títere en tus manos.

— No creo que sea tan malo. — la oji avellana le rodeo el cuello con sus brazos dándole un beso.

(***)

Alice se encontraba en la terraza del lugar tratando de quitarse el malhumor que, gracias a Asuna, tenía. A su lado también estaba Sachi la cual bebía de su jugo disfrutando de la vista casi no prestando atención a su prima.

— Kirito es muy blando con la servidumbre. — se queja la rubia.

— ¿Él no lo era antes? — pregunta bajando sus lentes de sol.

— Bueno si, es increíble porque su padre era tan distinto...

— Si lo reconoció como hijo no debió ser tan malo.

— En realidad, Agil lo obligó a firmarlo estando este inconsciente.

Abajo Sugu comía una manzana estando feliz de que su casa haya regresado al hogar lleno de alegría, aunque también extrañaba a su madre y hermanos, estar con Kirito era lo que le mantenía feliz, al llegar a la cocina observó que Midori lloraba, más sin embargo, esta sollozaba de felicidad.

— Midori ¿Qué sucede?

— Ay es que estoy tan feliz, mi hijo se casó con la mujer más gentil del mundo, ella me defendió y Kazuto por su amor que le tiene le creyó.

— Ya sabía que Onii-chan escogió a una buena chica.

Arriba una muy feliz pareja subió hasta su recámara donde entre besos con risas llegaron hasta su cama, la castaña estaba casi en ropa interior mientras que Kirito aprovechaba para acariciar el fino y bello cuerpo de su chica.

— Kirito-kun...no es hora...

— Eres mi mujer, a toda hora te quiero conmigo. — gruñe este dejando que Asuna cayera a la cama, se subió sobre su cuerpo asegurándose de no aplastarla con su peso.

It Was Always You [Libro 1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora