Él.
Tal vez Chris tenga razón. Soy una víctima voluntaria. Casi nos besamos. Estuve a dos centímetros. Ganas no me faltaban de apartar todos esos papeles de su escritorio y hacerla mía justo ahí. Tan preocupada. Frágil. Ni siquiera la reconocí. Jamás la había visto de esa forma, cuando me contó lo que había pasado me sorprendí. Su abuela podía ir a la cárcel por eso.
De ninguna manera dejaría que viaje sola a Filadelfia. No hay forma. Lo sé, sé que están pensando. Me encanta sufrir. ¿Pero qué puedo hacer? No quiero solo alejarme o que ella lo haga. Suena fácil. Pero por más que lo intente no puedo dejar de pensar en ella. En cómo es tan profesional. En la forma que frunce el ceño cuando no entiende algo. En cómo es tan segura de sí misma. En cómo me besa. En la forma en la que sonríe. En cómo me gusta cuando toca mi cabello o en la forma en la hace sentirme bien.
Sacudí la cabeza y me recosté en el sillón. Cerré los ojos respirando profundamente. Dex subió de un salto a mi lado y se recostó en mi regazo.
-Hey -dije mientras lo acariciaba- ¿Me has extrañado?
Dex movió su cola de un lado a otro con la lengua afuera.
-Lo sé, yo también -suspiré.
Mi celular comenzó a vibrar. Lo saqué de mi bolsillo y abrí un mensaje de Nicole.
"Juuuuuuuustin! Estás en casa? Chris acaba de llamarme y nos invitó a cenar en su casa"
"Nic, esta noche no puedo, y si estoy en casa "
"Qué pasa?"
"Nada ¿Quieres ir a comer algo?"
"Seguro ¿Estás seguro de que todo está bien?"
"Si, solo un poco cansado"
"Entonces quédate ahí, iré yo y llevaré algo. NO TE MUEVAS!"
Sonreí.
"Déjalo. Ven aquí y pediremos algo. Date prisa (:"
Suspiré pesadamente. Me levanté del sillón y me quité la camiseta. Puse algo de música en mi -celular. Tomé el teléfono y ordené una pizza. El timbre sonó casi quince minutos después. Nicole estaba tras la puerta con una enorme sonrisa.
-Hola tú -dijo para luego darme un beso en la mejilla.
-Hola -sonreí.- ¿Cómo estás?
Tomé su mano y cerré la puerta después de nosotros.
-Bien, en realidad, he estado muy sola -frunció el ceño- Las chicas ya ni siquiera están en la casa. -
Me senté en el sillón y ella repitió la misma acción.-Puedes venir aquí cuando quieras, Nic.
Incliné mi cabeza para atrás y crucé mi brazo por mi frente.
-Creo que no sería correcto -sonrió levemente.- Jus ¿Qué pasa?
Sentí como se iba acercando poco a poco. Apoyó su mano en mi mejilla y la acarició un poco.
-¿Justin?
Negué con la cabeza. Ni siquiera yo sabía que me pasaba.
-Solo...
-Justin, me estás asustando.
Yo sonreí. -Bien... pasa que, Brooklyn tiene unos problemas que resolver en Filadelfia y voy a acompañarla esta noche -la miré.
-¿Solo eso? -hizo un gesto de alivio- Casi me matas del susto.
¿Solo eso? No. No es solo eso. Maldita sea, tengo que estar con ella todo este tiempo manteniéndome al margen de tocarla o besarla. "Solo eso" Es un problema para mí.