Ella.
-Lo prometo –dijo.
Y lo sabía. Sabía que estaba siendo egoísta. Ambos sabíamos lo que pasaba. A Justin le ha costado tanto olvidarla, y a mi tanto enamorarme de él que debo admitir que tengo miedo. Justin se ha metido en lo más profundo de mí y me parece casi imposible dejar de pensar en el ahora.
Cenamos con un casi incómodo silencio. ¿La razón? No la sé, es solo se limitaba a asentir y usar monosílabos. Miraba la televisión distraídamente y yo no podía evitar mirarlo a él. Daría cualquier cosa por saber que está pensando ahora mismo.
Abrí las sábanas y me metí en ellas, Justin hizo lo mismo luego de quedarse solo en bóxer. Hice un dobladillo en la parte de arriba y me quedé mirando al techo por unos segundos. Todo se había enfriado un poco. Comí sin ganas a causa de eso. No podía sacarme de la cabeza esa estúpida carta ¿Por qué después de tantos años se le ocurre escribirle ahora? Ni siquiera tiene sentido. Suspiré justo después cuando Justin se recostó boca abajo y puso sus brazos alrededor de la almohada. Cuando dormíamos juntos nunca dormíamos así. Ni siquiera cuando éramos amigos y es lo que más me duele. Apreté mis puños y me resistí a la idea de gritarle un par en cosas en la cara.
Me desperté cuando el sueño había abandonado mi cuerpo. Justin estaba vistiéndose, jeans negros, camiseta con cuello V blanca, zapatillas. Lo común. Froté mis ojos y bostecé.
-Buenos días –dijo mientras terminaba de ponerse las zapatillas. Eh, eh. Ni siquiera me ha mirado.
-Justin –dije mientras sacaba las colchas.
-¿Hm? –se roció un poco de perfume y levantó la barbilla. Este era un Justin totalmente diferente nunca lo había visto así. Era otra persona, frío e indiferente. Mordí mi labio cuando comenzó a temblar. Demonios, me había vuelto una blandengue. Ahora lloro por todo.
-¿A dónde vas? –me limité a decir.
-Tengo que trabajar. He dejado inconclusas algunas cosas ayer, así que… -elevó los hombros.- Volveré en un par de horas.
Asentí.
-Vale.
Estúpido Justin.
Tomó su celular y lo metió en su bolsillo derecho. Se acercó a mi para despedirse pero me hice a un lado y me levanté. Escuché como suspiró y atreves del espejo vi como pasaba las manos por sus cabellos.
Yo entré al baño y el salió del apartamento.
¿Qué? ¿Muy pleitista? Claro que no. Me había ignorado toda la madrugada y parte de la noche, no se siente bien, cuando viene de la persona que amas. Esa carta lo tiene así, estoy segura de eso como el infierno. Emily no tenía que aparecer, y espero de todo corazón que regrese el Justin que realmente quiero porque a este solo me dan ganas de tirarlo por la ventana.
IMAGEN DE MAX EN MULTIMEDIA.