Él.-¡Feliz cumpleaños, querido Justin, te deseamos a ti! -Mamá, papá, Jazzy, Jaxon, Pay, Ryan, Chris, Nicole y Chaz estaban parados en la puerta de la habitación con un gran pastel de chocolate sumándole los gorros y globos. Yo estaba durmiendo cuando un gran ruido me despertó haciéndome girar la cabeza para verlos todos sonrientes.
Sonreí. Me levanté y froté mis ojos con ambas manos para despejarme, todos ellos me abrazaron y felicitaron.
-Me siento como un niño -reí mientras mi madre me daba mi regalo, quité todo el papel y saqué lo que había dentro: Una chaqueta de cuero. Sonreí y le di un beso en la mejilla. -Me encanta, mamá, gracias.
-¡Ahora el mío, el mío! -Nicole me dio una pequeña caja, la tomé mientras fruncía el ceño agitándola. Saqué el moño y lo puse a un lado.
-¡No juegues! -dije admirándolo de cerca. -¡Nic, me encanta! ¿Cómo lo sabías?
Era un reloj dorado que cubría casi toda mi muñeca, me lo puse y lo admiré mejor.- Te vi preguntando en la tienda. ¿Te gustó?
-Me ha encantado -besé su frente.
Abrí todos mis obsequios y tomé desayuno con ellos. Los chicos dijeron que esta noche saldríamos así que tenía que prepararme. Cuando cada uno se fue por su lado para hacer todas las cosas que tenían que hacer decidí que era hora de regresar, metí todas mis cosas a mi auto mientras Dex comenzaba a moverse de un lugar a otro. Me despedí de mi madre y le di las gracias por todo lo que había hecho por mi estas últimas semanas, claramente extrañaría estar aquí. Había pasado por el estudio porque Damián dijo que había una emergencia. Llegué cuanto antes y me encontré con una mini fiesta, ellos habían organizado todo perfectamente. Almorzamos juntos y pasó un rato donde habíamos tomado algunas cervezas. Eran ya las cuatro y media y ansiaba ir a casa para descansar un poco. Llamé al elevador dos veces para subir, tarareaba Yellow de Coldplay mientras subía. Las puertas se abrieron dejándome ver algo que no podría haberme imaginado.
Un nudo se formó rápidamente en mi pecho y estómago haciendo que me congelara por completo. Tenía un abrigo que cubría un poco más arriba de sus rodillas y estaba sentada en las bancas que había al lado de la puerta, tenía el maquillaje corrido por debajo de sus ojos y mejillas. Me miró rápidamente y abrió la boca, la vi mordiendo su labio fuertemente mientras quitaba lo que parecían ser lágrimas de sus mejillas con el dorso de su mano. Se levantó de golpe, alisó su abrigo y caminó hacia mí mirándome. Esto no podía estar pasando. Sentí sus brazos cerrarse a mi alrededor, quería abrazarla pero me costaba hacerlo, algo me impedía devolver el abrazo, ni siquiera podía moverme.
-Lo siento tanto-sollozó en mi cuello mientras me apretaba más fuerte.
Muévete, Justin. Vamos.
Pero lo único que logré fue enterrar mi cara en la curva de su cuello y hombro. Ella estaba llorando, estaba aquí y ahora. Mi corazón dio un salto pero una parte de mi no quería esperanzarse.
-¿Qué haces aquí? -susurré alejándome un poco. Ella no se alejó ni un centímetro.
Levantó la vista y vi sus ojitos llorosos. Mierda, no llores, por favor, no llores. Me dolía el pecho. Mi mente repetía una y otra vez que no la mirara y que me alejara pero no podía. La abracé nuevamente juntando nuestros cuerpos, ella comenzó a llorar hipando y fue ahí cuando se separó y me miró a los ojos.
- Te he hecho daño -susurró contra mi pecho- He sido una desgraciada contigo y nunca me he sentido tan mal por algo, pero desde que te fuiste no he dejado de pensar en ti -subió su mirada un poco más y acarició mis mejillas. Cerré mis ojos al sentir su tacto.- ¿Sabes algo? -la miré atentamente- No sé cómo lo has hecho -sorbió por la nariz- No sé que ha pasado, jamás me había puesto a pensar en lo mal que he actuado todo este tiempo. Me equivoqué y lo lamento -sus ojos se aguaron nuevamente y comenzó a temblarle el labio inferior.- Te necesito.