Ella.
-No los subestimé ¿Verdad, señorita Morgan? -Sonrió Max, el hijo del dueño de la joyería. Ya habíamos firmado el contrato y no podía estar más satisfecha por nuestro trabajo. A pesar de que se alargó el plazo por motivos personales del padre de Max, nosotros supimos manejarlo muy bien. Max, y su madre estaban más que contentos con el nuevo logo, por lo que además de nuestro acuerdo económico me obsequiaron un bonito collar de oro. - Tendremos en cuenta esto para la próxima vez -sonrió.
Sonreí aún más. Max era simplemente muy dulce, tenía aproximadamente treinta y cinco años, y era muy educado en todos los aspectos.
-Por supuesto -entrelacé mis manos encima del escritorio- Nosotros estaríamos más que encantados.
La señora Wood se levantó con y me tendió la mano amistosamente, la estreché gustosamente con una sonrisa y lo mismo hice con Max. Nos despedimos y les di mis bendiciones para la inauguración del nuevo local.
¡Que alguien me diga por qué no podía quitar esta sonrisa de mi cara!
Escuché como alguien llamaba a la puerta y dije que podían entrar. Trent me miró buscando una explicación: Quería saber si habían aceptado o desistido. Hice una mueca y él abrió los ojos muy grandes luego sonreí y me levanté.
-¡Lo sabía! -dijo acercándose a mi con tal rapidez que ni siquiera me di cuenta que me había levantado en el aire y me estaba abrazando, le devolví el abrazo y no dejé de reír mientras giraba en el aire. Cuando me bajó pasó las manos con su cabello aun sonriendo. -Esto es grandioso ¡Tenemos que celebrarlo!
-Lo sé, es genial -sonreí- Y por supuesto que tenemos que celebrarlo.
Tomé mi bolso y lo colgué en mi hombro, Trent me ofreció su brazo caballerosamente y no dudé en entrelazar mi brazo. Cuando salimos de la oficina miré a todos los de mi alrededor y les sonreí.
-¡Tómense el día! - Todos aplaudieron y comenzaron a gritar. Rodé los ojos divertida y me despedí de Amanda antes de subir al ascensor.
-Maldición, son cientos de miles de dólares -dijo Trent- Esto es glorioso.
Las puertas del ascensor se abrieron. Claro que la paga era malditamente gloriosa, Morgan's no era poca cosa. ¡Y no se los conté! Morgan's en la primera empresa de publicidad en la ciudad, ganándole a R&R que es muy buena también, claro que tiene más tiempo pero el secreto de Morgan's es contratar personas capacitadas, jóvenes con visión del futuro y que a pesar de eso sean tan profesionales como una persona con experiencia.
***
-¡Trent! - dije poniendo mis manos sobre mi abdomen, ya dolía de tanto reír. -¡No lo puedo creer!
-Créelo-negó con la cabeza mientras bebía de la botella de cerveza que tenía en su mano izquierda.- Luego comencé a correr en bóxer por todo el campus -frunció el ceño un poco- Eso no fue tan divertido.
Sonreí.
-Yo creo que sí -elevé los hombros. Habíamos estado más de dos horas metidos en este tipo de bar y por fin estábamos regresando a casa. Estábamos caminando por la acerca a pocos metros de mi casa. Definitivamente a sido una tarde genial, no podía negarlo, Trent era simplemente puro cerebro. -Me alegra que el señor Miller te haya recomendado-le sonreí.
-Y a mi me alegra que hayas aceptado-Hice un camino hasta la entrada de mi casa y saqué mis llaves.- ¿Vives aquí? -me miró.
Asentí.
-Es hermosa -dijo.
-Gracias -miré las llaves. -¿Quieres pasar? -le pregunté amablemente.
-Claro -elevó los hombros- No me perdería la oportunidad de saber cómo vive la sensacional Brooklyn Morgan.