Ella.Estaba agotada física y mentalmente. Había exprimido mi cerebro, literalmente, a más no poder. Los últimos dos días he estado en casa.
¿Y sabes a qué se resume eso?
Lloré todo ese día hasta quedarme dormida.
Martha vino al día siguiente.
Martha se preocupó.
No le dije nada y me entendió.
Martha me abrazó y estuvo conmigo todo el día, abrazándome y diciéndome que todo estará bien.
Yo llorando de nuevo.
Pensar hasta las cinco de la mañana.
No salir de casa.
Bruce preocupado.
Bruce diciéndome lo mucho que me ama y llorando conmigo.
Yo ocultando mis sentimientos nuevamente.
Yo extrañando a Max.
...Y yo extrañando como una condenada a Justin.
Maldita sea, Justin.
Y es que no puedo explicarme muchas cosas, como por ejemplo. ¿Cómo he hecho para estar tan tranquila los últimos años?
Fácil.
Soy una mierda sin remordimientos y fría.
¿Genial no?
Quería arreglar todo. Empezar de nuevo. Ser mejor y... sentirme bien. Y aquí estoy yo, tomando nerviosamente mi celular en mis manos. Escuchando el tan malditamente estresante tono de espera. Mordí mi labio mientras esperaba una respuesta.
-¿Hola?
Sentí que algo bajó a mi estómago de un tirón y de pronto no podía hablar.
-¿Hola? ¿Ho...
-¿Max? -dije sintiendo el nudo el mi garganta. Estaba muy nerviosa, arrepentida y con la cara empapada de lágrimas.
-¿Brooklyn?-dijo con tono de preocupación- ¿Eres tú?
Cerré los ojos.
-Lo siento... -susurré.- Max, lo siento mucho.
-Por Dios -soltó un tipo de suspiro.-¿Qué pasa?
-Max... Y-yo...
-Shhh -dijo- Tranquila. -su suave voz hizo que me calmara un poco.-¿Dónde estás? ¿Estás en tu casa?
-Si... si- logré decir.
-No te muevas de ahí.
Y había colgado. Las lágrimas salieron más rápido. ¿Iba a venir? ¿Estaba preocupado? Espero que sí. Cubrí mi rostro con mis manos y froté mis ojos fuertemente. Me tapé con la frazada que tenía al pie de mi cama y sollocé.
La puerta me hizo salir de mi trance y fui corriendo a la entrada. La abrí de golpe para encontrarme con un Max totalmente agitado y con las manos sobre sus rodillas. Subió su mirada a mis ojos y se acercó para abrazarme fuerte.
-Max -susurré contra su pecho.- Lo siento mucho. -apreté con fuerza la chaqueta que tenía.
-No hables. -Me apretó a su pecho y apoyó su barbilla en mi cabeza. Con pasos temblorosos con dirigimos al sofá y se sentó para ponerme sobre su regazo y acunarme. Me meció de adelante hacia atrás sobando con ternura y suavidad mi espalda. -¿Qué ha pasado? -dijo haciendo lo mismo. Enterré mi cabeza en su pecho. -Cielo, me estás preocupando -se alejó un poco dejando mi cara al descubierto.- ¿Qué ha pasado?
-He sido una estúpida. -dije mirándolo a los ojos. El hizo a un lado mis cabellos esparcidos por mi rostro y acarició mi mejilla.- Todo este tiempo... siempre he estado muy mal. -puse mi mano sobre mi boca ahogando un sollozo.- Lo siento mucho, te he tratado mal, he sido egoísta y...
Sonrió solo un poco y me atrajo a su pecho.-No sientas nada, también me he equivocado. -subió mi barbilla con su dedo.- Actué como un hijo de puta al decirte todas esas cosas, estaba muy enojado, en ese momento no sabía lo que decía, no me importó que te hiriera. Lo siento. ¿Quieres contarme porqué estás así? -dijo rápidamente.
Lo miré con los ojos llorosos.- Yo... lo he arruinado todo, creo. -limpié mis ojos- Siempre he estado evitando sentir algo por alguien, incluyéndote.
Soltó una risita.- Demonios, sí.
Cerré los ojos- Justin no quiere verme, me dijo que estaba enamorado de mí y... -las lágrimas volvieron a salir- Y... yo, yo solo me fui.
No esperé su respuesta, me escondí en su pecho nuevamente.-Tenían que pasarme todas estas cosas para darme cuenta lo mala persona que he sido este tiempo. He sido un monstruo.
-Hey... -secó mis lágrimas- No has sido ningún monstro -me miró- Solo tenías miedo. No eres mala persona, si no, no estaría aquí, tonta.
Sonreí un poco.
-Gracias -tomé su mano y la besé- Después de todo sigues aquí.
-Y siempre estaré cuando me necesites. -sonrió y besó mi frente.- Ahora, cuéntame sobre el chico de pelo bonito.
Me acomodé sobre mi sitio y comencé a contarle todo. Cada cosa. La historia completa. No pude evitar sentirme peor al recordar cada momento. Cada sonrisa compartida. Cada bonito gesto. Cada vez que hacíamos en amor, cada vez que me abrazaba o besaba. Todos los momentos vinieron a mi mente y lloré, lloré como loca.
-Estás enamorada.
Cubrí mis ojos con las palmas de mi mano y comencé a llorar de nuevo. -Maldita sea, sí.
-Oye...
-Creo que me estoy volviendo loca con todo esto. -mordí mi labio.
Tomó mis manos- Es bueno, Brooklyn. -me acarició la espalda.- Hubo un momento en el que pensé que estaba... enamorado de ti, pero luego me di cuenta, y creo que tú también que solo éramos buenos amigos, había atracción y todo...pero no estaba enamorado, ninguno de los dos lo estabamos y eso no estaba bien -suspiró y me acercó más a él- Si vas a seguir haciendo que ese muro anti-sentimientos decida por ti, estás cavando tu propia tumba -volvió a mirarme desde un ángulo superior- Dustin...
-Justin -dije corrigiéndolo.
-Justin -dijo haciendo énfasis- Parece buen chico, por todo lo que me has contado ¿Te imaginas como se debe sentir? -asentí- Bien, si ya le han roto el corazón antes, debe estar malditamente destrozado.
-Y todo es mi culpa -parpadeé.
-No del todo.- sonrió.