No soy fanático de quedarme en mi apartamento viendo películas cuando puedo hacer algo más importante como escribir o ir a la editorial a ver cómo va la portada o la corrección de mi nuevo libro. Pero cuando Hollie se presentó con una caja de pizza y una maratón de películas, no pude negarme.Después del baile de anoche, cumplí mi papel de caballero y le llevé a casa, donde sólo le di un beso en la mejilla. Sé que hice las cosas mal con ella y me gustaría empezar de nuevo, esta vez haciendo las cosas bien. Es por eso que pasé mi brazo por su cintura, atrayéndola a mí. Suspiré encantado cuando se puso de lado y recostó su cabeza en mi pecho, pasando su delicado brazo por mi cintura. Puedo acostumbrarme fácilmente a estos días.
— ¿Puedes dejar de mirarme y ver la película? — me dijo con una pequeña sonrisa, mirando la película de romance más aburrida del mundo entero.
— No quiero ver ese horror que genera diabetes, menos si puedo ver a una hermosa dama.
Me dejó ignorado, con sólo un brillo de diversión en sus ojos.
Cerré los ojos por un momento, dejando atrás las inseguridades que me atacan siempre que estoy con ella. Mi corazón ya ha sufrido por culpa de una mujer, pero Hollie no es cómo ella. Hollie no es como mamá...
Debí haberme quedado dormido, pues cuando abrí los ojos todo estaba oscuro. Me moví para ir abrir las cortinas pero un cuerpo con fragancia a Lavanda me lo impidió. Sonreí al sentir como frotaba su rostro en mi pecho, como si fuera una pequeña gatita. Una gatita muy hermosa que despierta todos mis deseos. Me estiré por encima de ella, con cuidado de no despertarla, y agarré mi teléfono para ver la hora. Eran las 8:26 PM y tenía seis mensajes de Marcus.
"—Hay una hermosura preguntando por ti.
—¿le doy la dirección del apartamento?
— Le di la dirección del apartamento.
—Espera... ¿Estás con Hollie?
—Mierda. Sácala de ahí para que puedas calmar esas bolas moradas que siempre te deja.
—O convéncela de tener acción los 3. ¡Wiiiii!"
Nota mental: Matar a Marcus.
Moví a Hollie, con cuidado de no despertarla, para poder levantarme e ir al baño, a cocinar algo para que cenemos y ponerle seguro a la puerta por si esa "hermosura" decide venir. Le eh dicho mil veces a Marcus que no ande dándole la dirección a extraños, por muy atractivos que sean. Ese hombre no tiene remedio.
— ¿Nicolás?— Me agarró del brazo, sentándose en la cama — ¿A dónde vas?
—Iré a prepararnos algo de cenar, hermosa—besé su frente con ternura. Ella suspiró, rodeándome la cintura con ambos brazos— Si haces eso, tendré que volver a la cama contigo.
—Hazlo.
Soy terco, orgulloso, pervertido en ocasiones, pero no soy tonto para rechazar su petición de regresar a la cama.
Estaba por acostarme a la par de ella cuando el timbre sonó. Maldecía mil veces a Marcus por ser un completo imbécil y arruinarme este momento sin ser consciente de que lo haría. O tal vez su retorcida mente si lo sabía.
De igual forma, iré a deshacerme de esa mujer antes de que decida entrar por la ventana como una acosadora loca.
—Espérame aquí, dulzura.
Salí de la habitación, arrastrando los pies. Estoy a nada de tener algo con Hollie, algo romántico, serio y apasionante, igual que los protagonistas de nuestros libros. No pienso en sólo tener relaciones con ella, aunque sería delicioso, pero no estoy dispuesto a lastimarla. Me conozco y sé que puedo llegar a ser un completo imbécil con ella. No con ella en especial, más bien con todas las mujeres.
Abrí la puerta y desee no haberlo hecho.
—¿Nicolás? Soy Cristal, Cristal Ricci.
No necesito su apellido para saber quién es.
—Largo de aquí.
Le cerré la puerta en la cara, sin importar mis modales. Ella no tiene ningún derecho de venir aquí y aparecer en mi vida. Ella es una arpía, al igual que la mujer que la engendró. Que Dios me aparte de esas mujeres con las manos manchadas de dinero fácil. Yo no quiero nada que ver con ellas. Soy feliz con mi vida tal y como está.
— ¿Nicolás?
Levanté la vista para ver a la dulce Hollie de pie en medio del pasillo. Después de su luna de miel, Liam no dejaba de hablar de lo hermosa que se mira Dakota con sus camisetas y él cabello despeinado. Yo me burlaba de él, diciéndole que lo dejaría sin camisetas y que después tendría que andar desnudo por la calle. Él me dijo que valdría la pena.
En ese entonces no entendí el porqué, sin embargo hoy si lo entiendo. Llaméenme hombre de las cavernas pero el sentimiento de orgullo que te llena el corazón al ver a tu mujer con una camiseta tuya, es magnífico.
Mi mujer... Hollie, mi dulce dama.
Caminé hacia ella y sin pensarlo dos veces la cargue en brazos, llevándola a mi habitación donde pienso quedarme con ella toda la noche. No la tocaré de otra forma que no sea con ternura, porque ella es demasiado perfecta y no la mancharé de pura lujuria. Ella sólo merece amor.
Tengo que sacar de mi mente el pasado, dejar atrás la imagen de la mujer que me abandonó por dinero y su estatus social. No todas las mujeres son así. Y si el pasado amenaza con volver, le despediré así como ella lo hizo conmigo. No necesito más drama del que ya me dio y definitivamente, merezco recibir el amor que ella no estuvo dispuesta a darme.
Acosté a Hollie en la cama y me puse con suavidad encima de ella cuidando de no lastimarla. Besé sus mejillas, su barbilla, sus ojos, su nariz... Besé cada parte de ese hermoso y delicado rostro.
El timbre volvió a soñar una vez tras otra pero lo ignoré, centrándome sólo en darle caricias a la mujer que está conmigo. La única que se merece todo mi amor.
— Me gustas, mi dulce dama— le dije entre besos. Ella suspiró encantada, acariciando mi espalda— Me gustas demasiado.
—Y tú a mí, Nicolás. Nunca me había gustado un hombre, tanto como me gustas tú.
Eso es todo lo que necesito oír.
¡Felices vacaciones! ❤Xoxoxo
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Hamilton Lover |Serie Hamilton| #2 (TERMINADA)
RomanceUna escritora de novelas románticas que le huye al amor... Irónico, ¿no? ¿Cómo se puede vivir la vida cuando sientes un vacío? ¿Qué pasa cuando te rompen el corazón y luego te quedas... sola? ¿Puedo seguir mi vida como si nada? No sé y de igual form...