Capítulo 4

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Fue poner un pie en el lugar del evento, para que las chicas llegaran a mi alrededor

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Fue poner un pie en el lugar del evento, para que las chicas llegaran a mi alrededor. Desde pidiendo autógrafos hasta fotos o cosas menos decentes, mi frustración crecía y crecía. Lo único que me mantenía en calma, para no gritar que me dejaran en paz, era el hecho de que gracias a estas personas, yo tengo lo que con tanto esfuerzo conseguí. Ellos compran mis libros, los lee, los recomiendan, y así sucesivamente con cada uno de ellos. Un escritor no es nadie en la vida sin sus fieles lectores.

No esperaba que mi presencia molestara a alguien, pero cuando una chica muy hermosa llego hacia mí con el ceño fruncido y con ojos echando chispas, entendí que estaba llamando demasiado la atención. Soy coqueto por naturaleza, mis encantos salen solos y quise ser amble también cuando le mencione lo de hacer fila. Honestamente, quise mandar a todas estas mujeres al carajo y quedarme solo con esta furiosa dama con ojos del color del mar. Un mar limpio, cuidado y refrescante, perfecto para pasar una buena tarde de verano. Y luego mire a la niña a la par de ella y palidecí. Por favor, que no sea una loca tratando de que me haga cargo de "nuestra hija". Aun que no me importaría tener una hija con esta hermosura... ¡¿Pero qué carajos estoy diciendo?!

—No estoy aquí con tu club de fans —dijo en un perfecto francés. Podría haber jurado que era extranjera. Eso solo la hace más preciosa— Estoy buscando a la mamá de esta niña.

Gracias por no ser una loca tratando de amarrarme a ti de la forma más "fácil". Miré hacia la muchedumbre de mujeres que miraban a la dama con miedo. ¿Quién esta mujer? Entonces un nombre vino a mi mente: Hollie Tomson Hamilton. Había escuchado de los genes Hamilton, siempre creando a las personas más radiante y preciosas del mundo, convirtiéndolos en unos dioses griegos vivientes del planeta tierra. Según lo que Marcus me ha dicho, la más bella es Victoria Hamilton, ex súper modelo y ex ángel de Victoria Secret. ¿Los de esas revistas son ciegos? No creo que haya mujer más hermosa que la que tengo justo frente a mis ojos de simple mortal con una belleza promedio. Ya hasta me están dando ganas de empezar a usar de las mascarillas de Marcus. Demonios, jugare al salón de belleza con él si me deja lo suficientemente atractivo para merecer a esta diosa. Igual no creo que haya un hombre tan merecedor de ella.

— ¡Por favor, que la madre de esta niña se presente! – grité para que todas pudieran escucharme. Se miraron entre ellas pero ninguna dio un paso hacia adelante.

—Será mejor que des un paso adelante si no quieres que llame a la policía y vayas presa por haber abandonado a una niña para conocer a...-Arquee una ceja, esperando que terminara su frase pero solo pude ver un leve sonrojo en sus delicadas mejillas- Solo aparece ya.

Toda esta calamidad tuvo sentido cuando una joven de unos 19 años dio un paso adelante, con la cabeza agachada y muy pálida. Aquí está un ejemplo del porque los orfanatos siempre están recibiendo niños, además de padres que no quieren a sus hijos, hay padres irresponsables. Es triste y a la vez desalentador el que las personas sean consientes de los problemas del mundo y aun así no hacen nada para cambiar algo. Si los padres de ahora en día educaran mejor a sus hijos, si les enseñaran las consecuencias de los actos indecorosos de una sola noche y los apoyaran en vez de dejarlos por su cuenta, tal vez todo mejoraría. Sin embargo, los casos más comunes son los de los padres corriendo a sus hijas de las casas, diciéndoles que es lo que se merecen por abrirse de piernas a cualquier hombre. Todos tenemos que hacernos responsables de nuestros actos, pero todo fuera mejor si enseñáramos una lección a la buena, no de la forma más dolorosa mandando a sufrir a una joven y a su cría.

No hablo de solo una edad joven, también hablo de todas las edades, de las personas que se dejan llevar por la lujuria del momento, de las que no piensan en las consecuencias de los actos a un futuro y en como eso puede afectar la vida de otras personas. Al ver a esta linda niña de cabello castaño y ojos verdes, empiezo a pedir que tenga un buen futuro y que no termine sufriendo en un orfanato por las irresponsabilidades de su madre. Porque ningún niño merece sufrir las consecuencias de los actos de un adulto.

—Gracias por haberla traído. –le agradeció a Hollie pero ella no soltó la mano de la niña. La joven empezó a ponerse más nerviosa- Prometo cuidar mejor de ella.

—Eso espero porque ella es una niña, no una mascota a la que puedes dejar amarrada en un poste mientras tú haces tus cosas. Dios, ni siquiera pudiera hacerle eso a un animalito. –resopló apartando un mecho de su cabello que le cubría el ojo. Maldición...esos ojos irradian dureza.- Aprende a ser responsable, ya eres madre no sigues siendo una estudiante de secundaria.

Hasta casi sentí pena por la joven...Casi. Los recuerdos de mi niñez me impiden sentir simpatía hacia ella, una mujer irresponsable que no cuida a su hijo es injustificable. Podría pasárselo a un hombre, el mundo sabe que no sabemos ni diferenciar el rojo del rosa, pero aun así hay hombres que se esfuerzan para sacar adelante a sus hijos por sí solos. Las mujeres sólo tienen un instinto materno más fuerte, el hecho de que aun así no puedan hacerse responsables de una cría es... intolerable. Dejando los recuerdos de cierta mujer, me despedí de la niña que se despedía de la mano, caminando detrás de su mamá. Entonces recordé a la mujer a mi lado y la imagen me descongeló una pequeña parte de mi gélido corazón.

Conozco miles de mujeres, de hecho tengo a muchas mujeres alrededor nuestro en este momento, pero apuesto todo mi dinero a que ninguna puede tener una sonrisa más hermosa y pura que la mujer que tengo a mi lado. La defensora de la niña, la mujer de ojos color mar, una dulce dama... Una mujer que me llama a lo prohibido y excitante.

— ¿Alguna vez te han dicho que podrías ser la reencarnación de la diosa Afrodita? – ella volteo a verme y casi me acobardo ante sus profundos ojos.

—No, y en todo caso – meditó un poco su respuesta- tu analogía funcionaria mejor con Atenea.

—Quiere decir eso que... ¿No crees en el matrimonio o eres virgen?

Quise morderme la lengua; pero fue muy tarde. Su dulce sonrisa se esfumó, de sus ojos se desvaneció la ternura y solo me quedé con una mujer furiosa por preguntar sobre su estatus... "sexual". Debería prestarle más atención a Marcus cuando habla sobre los "NO" de las mujeres. Técnicamente tendría que ponerle más atención a todo lo que me dice. ¿Qué tiene de bueno tener un amigo Gay si no puedo sacar información importante, sobre las mujeres, de él? Tengo que dejar de ser tonto y empezar a avivarme.

-¡Eso no es de tu incumbencia! –Gritó con sus mejillas y su pequeña nariz sonrojadas— ¿Quien te crees que eres para preguntarme algo tan personal?

Se dio la vuelta antes de que pudiera responder a su pregunta o simplemente disculparme con ella. La vi alejarse por enmedio del camino de mujeres que seguían muy atentas a nuestra conversación como unas pequeñas, grandes, cotillas.

No voy a mentir que mi primer encuentro con Hollie salió mal, al igual que no voy a mentir sobre el hecho de que vi su trasero hasta que salió de mi vista.

—Vaya pedazo de mujer... —Liam silbó por lo bajo, parándose al lado mío, que antes estaba ocupado por Hollie.

—Tenemos a una pequeña guerrera en el cuerpo de una dulce dama.

Una diosa griega que con solo un vistazo, me dejó ciego con su belleza y carácter...

Una diosa griega que con solo un vistazo, me dejó ciego con su belleza y carácter

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Hamilton Lover |Serie Hamilton| #2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora