Hamilton Lover |Serie Hamilton| #2 (TERMINADA)

Capítulo 18

Mientras hay familias que cenan juntos, conversan, se divierten y son unidos, yo tengo que confórmame con Marcus, Liam, Dakota y la pequeña Bambi. Dakota se molesta conmigo cuando le llamo Bambi a la dulce Mary, pero no es culpa mía que me recuerde al amado reno de Disney. Liam me pasó la ensalada y yo se la pasé a Marcus. No soy un hombre de vegetales, solo me gusta la carne.

—Así que, tu familia ha aparecido —Dijo Dakota, mientras le daba papilla de manzana a Mary-Bambi- la gruñona que ya no quiere papillas.

—No tengo familia, solo una molesta mujer queriendo convencerme con sus lloriqueos y cuentos tristes sobre su padre —llené mi copa de vino, la cual me tomé de un trago. Aun que no quiera aceptarlo, este tema si me afecta.

—Quien también es tu padre—Liam levantó las manos cuando lo miré mal— Lo siento pero es cierto. Tal vez el hombre te abandonó, pero no deja de ser tu padre.

—No, el no es mi padre de sangre, ¿Recuerdas? Mi padre es un hombre al que no conozco.

—Entonces no es tu padre —Dakota dejó la papilla de Mary en la mesa, dándose por vencida. La pequeña se rió feliz de haber ganado la lucha— Un padre es el que te cuida, el que está contigo en los momentos más importantes. Solo estuviste cinco años con él, pero esos cinco años te cuidó más que tu madre o cualquier otra persona. ¿Y si hubiera muerto? ¿Qué tal si él hubiera tenido un accidente antes de que la serpiente venenosa de tu madre te hubiera ido a dejar al orfanato? ¿Lo odiaras por haberse ido?

No, porque no hubiera sido su culpa. Porque recordaría el amor que me dio durante el corto tiempo que estuvo conmigo...

—Dakota —me estiré para agarrar su mano. Ella me miró confundida—, a veces te odio.

Ya en el apartamento, con el estomago lleno y con las palabras de Dakota aun en mi cabeza, decidí agarrar mi teléfono y marcarle.

— ¿Hola? —Respondió con la voz algo apagada.

— ¿Te desperté? —me acosté en la cama, cubriéndome con la sabana. Hay una leve lluvia cayendo afuera y no quiero pescar un resfriado. Pero eso no evita que duerma solo en bóxers.

—Sí, pero diré que no para no hacerte sentir mal.

—Que considerada eres, mi dulce y hermosa dama.

— ¿Contigo? Siempre.

Permanecimos un minuto en silencio, solo disfrutando del sonido de la lluvia cayendo y sabiendo que al otro lado de la línea, esta la persona que queremos. Es un poco cursi, cada día que paso con Hollie me vuelvo mas como esos personajes de los libros de romance.

—Mañana hay una fiesta, a la cual no iba asistir pero mis primas me obligarán y solo tengo dos opciones: Ir o huir —Rió nerviosa—. ¿Quieres acompañarme?

—Honestamente, me encantaría acompañarte...

— ¿Pero? —preguntó interrumpiéndome.

—Pero...—suspiré, cerrando los ojos con fuerza— Pienso ir a ver a alguien.

— ¿Puedo preguntar a quien? ¿O es muy personal?

Lo es, es demasiado personal... Pero Hollie es mi novia, no una desconocida.

—Es...No lo sé —Respondí con honestidad—. De pequeño le llamaba papá. Ahora no sé cómo llamarle.

La lluvia se convirtió en una tormenta, escuché a Marcus correr a su habitación ya que en el salón se escuchan aun más fuertes los truenos. El problema de Marcus, es que es muy sensible a los ruidos altos. Cada persona tiene sus medios, cada persona con sus traumas.

—Una vez, mi abuelo arruinó mi muñeca favorita. Ese día lloré mucho y no volví hablarle —su suave voz me distrajo del sonido de los trenos, concentrándome solo en ella— Hasta un día que llegó de sorpresa a la casa, con seis muñecas diferentes, diciéndome que me regalaría cada muñeca en el mundo, si conseguía su perdón. Mamá dice que siempre he sido una niña que prefiere el bien y que causo que las personas saquen su lado más humano. Por eso, ese día le dije a mi abuelo que solo podría perdónalo cuando se diculpara, porque sin disculpa no hay perdón. 

— ¿Lo hizo? —pregunté, conmovido de que me esté contando algo personal.

—Me llamo "niña malcriada y mimada". Se fue dejándome con las muñecas en la entrada. Entonces salí y me senté en la grada de afuera, esperando a que regresara —Escuché un pequeño sollozo salir de su garganta—. Volvió a los cinco minutos y por primera vez en la vida, pidió perdón directamente. Y una semana después, él murió.

Sentí mi corazón encogerse ante el sonido de sus sollozos y no pude evitar pensar en el hombre que me cuidó. Dakota tiene razón, él es mi padre porque fue quien cuidó de mí. Sin importar nada... Solo lo tengo a él de padre.

—Si ambos hubiéramos sido unos orgullosos, jamás hubiéramos tenido la oportunidad de pasar otro momento junto —Continuó con la voz entrecortada—. Por que el pasado no importa, lo que importa es el presente y el futuro. Disfruta el presente, para no lamentarte en el futuro.

—Haces que este corazón de hielo se vuelva sentimental, amor.

—Es mi don, Nicolás. Nací para descongelar los corazones de las personas que más quiero en el mundo.

—Me encanta pertenecer a esa lista.

—Me encanta que pertenezcas en ella.

Este día ha sido solo de momentos de sabiduría que hacen dudar a este pobre hombre de las decisiones de su vida. Un hombre que creció con odio y rencor hacia personas que tal vez no lo merecen. Debería sentirme agradecido de haber compartido aunque sea unos años con mi padre, pues otros niños no tienen la oportunidad de pasar, ni aunque sea, un día con ellos. Y hay otros que ni pueden tener la oportunidad de llamar padre a alguien. Pienso en Wen y Wendoly, quienes una vez tuvieron la oportunidad de llamar padre a alguien, pero por el momento no podrán hacerlo de nuevo.

Es difícil perder algo que ya tienes, pero más difícil es volver a tenerlo. Yo estoy teniendo la oportunidad de volver a tener un padre, por lo menos hasta que la muerte decida llevárselo, pero es mejor tener una hora más, a no tener nada. Y si podemos tener algunos meses juntos, será mucho mejor.

—Tengo dos preguntas para ti, Hollie.

— ¿El qué?

—En un futuro... ¿Te gustaría adoptar a un niño?

—Si, por supuesto que sí —respondió de inmediato, dándome un enrome alivio del que ella no es consciente.

—Y la segunda es...—trague saliva. Ahora sé lo que ella siente siempre que me hace una invitación. El miedo al rechazo es muy grande— ¿Te gustaría acompañarme a verlo?

—Sólo si me ayudas a escapar de las terribles garras de mis primas.

—Rescatemos a la princesa custodiada por dos dragones —Respondí, haciéndola reír.

—Si eso te hace feliz, iré en contra de mis principios para ser tu princesa.

Mi princesa, mi dama, mi novia...

Mi vida entera y la dueña de mi corazón.