Una escritora de novelas románticas que le huye al amor... Irónico, ¿no?
¿Cómo se puede vivir la vida cuando sientes un vacío? ¿Qué pasa cuando te rompen el corazón y luego te quedas... sola? ¿Puedo seguir mi vida como si nada? No sé y de igual form...
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—No sé si pueda hacerlo. ¿Qué tal si me caigo?
—No dejaré que te caigas, mi niña. Siempre te sostendré, así como siempre lo he hecho desde el primer día en el que pude tenerte entre mis brazos.
Observé con ternura como tío Chase limpiaba las lágrimas de Demi mientras Tory terminaba de ponerle su velo.
— ¿Está bien que me case de blanco? Digo yo... —Se mordió el labio inferior. Por suerte su labial es mate y no sé manchará— tu sabes.
—Eres mi niña pura e inocente, sin importar nada —besó su frente y para ese entonces hasta Victoria estaba aguantando las ganas de llorar—. Mi niña que está por casarse con el hombre que ama... Oh Dios Mío, le prometí a tu madre que no lloraría.
Agarré a Victoria del brazo y ambas salimos de la habitación, dejándolos un tiempo a solas antes de que la ceremonia empezara. Me limpié las lágrimas y sonreí.
Este será un día especial para Demi y Asheron.
Luego de unas semanas, las chicas pudieron ponerse de acuerdo para ver quien se casaba primero. Tory acordó que tenía que ser Demi ya que ella merecía tener la luna de miel antes para aprovechar la semana de intimidad. En otras palabras, Victoria no quiere quedar embarazada aún mientras que Demi si y el estar siempre rodeados de toda la familia, es imposible que Asheron y ella tengan un tiempo a solas.
—Hola, Nicolás —Tory besó su mejilla y me guiñó el ojo—. Iré a buscar a mi amado.
Mi amado esposo rodeó mi cintura con sus brazos y repartió besos por mi rostro, haciéndome reír.
Estoy felizmente casada con el hombre más maravilloso del planeta...
—Estás muy ausente —susurró besando mis labios con cortos besos—. Te ves nerviosa, preocupada y eso me dan ganas de encerrarte en una habitación en la que pueda quitarte esa preocupación.
—No sé qué me pasa, sólo me siento... en blanco —arqueó una ceja, estudiando mi rostro.
— ¿En blanco? ¿Sin nada en esa cabeza tuya? —asentí sintiéndome incomoda—. Eso me preocupa.
—Tal vez necesite un descanso, no sé...—me abracé a él, recostando mi cabeza en su pecho— Lo único que sé es que quiero estar contigo y con las niñas.
Nostalgia. Siento una horrible nostalgia.
No lo había descubierto hasta que vi a Demi caminar hacia el altar con su vestido digno de un cuento de hadas, pomposo y con una larga cola. Asheron la miraba con admiración, un amor puro y único, hasta vi como sus ojos se cristalizaban.
Con cada paso que Demi daba, las imágenes de nuestra niñez pasaban por mi mente.
"—Yo soy de Slytherin y ustedes también —levantó su varita en el aire—. Seremos el trío venenoso.
