Draco II

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Draco II

Había pasado ya una semana de la excursión a Hogsmeade por San Valentín. Caminaba por los terrenos del castillo mientras reflexionaba sobre lo que había hecho durante las últimas semanas; cada vez tenía más claro que no quería seguir los pasos de su padre, pero no podía mostrarlo abiertamente. El señor oscuro no era una opción, Dumbledore tampoco. Ir por libre era lo mejor, como también sabía que Harry Potter era su mejor baza, de ahí que hubiese corrido antes de las navidades el riesgo de sacar de Gringgots un objeto que había oído describir y que se había sentido fatal cuando lo había tenido en la mano, como si el objeto quisiera absorverlo. Sospechaba que Potter había sabido desacerse de ese objeto, aunque de eso ya habían pasado meses.

Había alguien en ese castillo que le gustaba menos que Dumbledore, y esa persona era Umbridge, sabía calar a la gente en general y cómo esta haría lo que fuera por deshacerse de cualquiera que pudiera ser mejor que ella; además de que sus normas de represión eran cada vez peores y se notaba que iba a por Potter. Tras haberlo pensado durante las vacaciones se había apuntado a su brigada; era algo que cualquiera de ese castillo podía sospechar de él y a su vez le permitía tener a Umbridge medianamente vigilada.

Estando casi en la entrada al castillo comenzaron a caer del cielo hojas de pergamino, cogió una de ellas tragando saliva al ver su contenido, Con leerlo una vez, le bastó para saber que aquello no era nada bueno. Era una especie de artículo de prensa, solo que sin periódico alguno que lo acompañase, como si se tratase de un boletín informativo monotemático. El boletín no decía gran cosa, ni entraba en detalles; tan sólo relacionaba la fuga de Azkaban con el señor tenebroso y la incompetencia del ministerio, afirmando que claro que el ministerio va a negar que no está haciendo nada para detener a los magos oscuros salvo darles la oportunidad para que conquisten el mundo desde las sombras. Era un texto provocativo, y aunque decía la verdad, poco sensato de arrojar estando Umbridge como estaba con todos.

Entró al castillo, tenía que llevarle una copia de eso a la subdirectora, aunque seguramente ya la tendría; a la entrada del gran comedor vio a Potter.

- Bonita forma de crispar a nuestra suma inquisidora – Le dijo al llegar a su altura.

- Draco, ¿de qué hablas?

- Harry, dime que no tienes nada que ver con esto – Dijo mostrándole el documento y valorando su reacción, por la cara que puso supo que no tenía nada que ver con aquello; estaba a punto de decirle que se largara cuando llegó Umbridge

- Muy bien, Draco; el ratero mentiroso cazado. Vamos a dirección, Fudge está ahí.

De manera que no tuvo más remedio que sujetar a Harry mientras iban a dirección, al tiempo que pensaba en lo que había pasado, Umbridge quería la cabeza de Potter y ahora la tenía en bandeja, fuese o no fuese Potter quien lo había hecho, ella no era alguien de evidencias.

- Ten cuidado con lo que dices, Potter.

- Lo sé.

Podía notar el enfado en la voz de Potter, pero no le dijo nada más, no podían permitirse que los viesen en un trato amistoso y no sabía bien cómo sacar a Potter de esta; parecía que estaba fuera de su alcance. Llegaron al despacho del director y entraron; allí estaban el ministro, un par de aurores, uno de los chicos Weasley que era el asistente del ministro y Dumbledore.

- Lo hemos cogido, al autor de todo el alboroto; el señor Malfoy lo ha pillado - alego señalando una pila de docuntos similares al que había cogido

- Cuentenos, joven Malfoy – Solicitó el ministro.

- Estaba en los terrenos cuando esto cayo de la nada, nada más recogerlo busque a Potter para interrogarlo al respecto – Dijo simplemente, sabía que estaba acorralado – Aunque no creo que fuese él, se quedó blanco al ver el documento.

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