Hermione IV

488 68 3
                                    

Chapter 48: Hermione IV

Sentía la rabia arder en toda ella, después de decirle hace semanas que era la mejor chica, la más inteligente e importante y que la quería; después de haber aceptado salir con el, se había encontrado esa tarde con aquella cosa tan desagradable tras el partido. No había podido acercarse a él porque todos estaban celebrando su actuar en el partido, manteniendo en todo momento el marcador de Gryffindor a cero, así que aguardó para hacerlo en la sala común, en plena celebración, solo que no se esperaba ver aquello, no se esperaba esa traición. ¡Maldito seas Ronald Weasley!

Nada más contemplar aquello, se había dado la vuelta y salido por el retrato mientras las lágrimas le caían por el rostro, sentía unas enormes ganas de devolverle el golpe, de hacerle pagar por aquello; pero no quería que saliesen dañados los más pequeños ni tampoco quedar expuesta a las risas y las burlas de toda la sala común. Ya había tenido bastante con el vacío que sufrió cuando estaba en primer año y nadie era capaz de reconocer que era la más inteligente de la clase, también cuando estaba en su cuarto año y se enfrentó a las malas miradas y desprecios de todo el mundo por causa de los artículos de esa cucaracha de Skeeter.

Entró en un aula abandonada del séptimo piso dando un portazo que hizo tambalearse el aula, provocando que cayesen trocitos de la roca del techo, el aula en sí era un desastre: sucia, polvorienta y con las ventanas rotas por las piedras. Se preguntaba como habían llegaron tan alto, aunque claro, con una escoba se podía fácilmente llegar. Se sentó en el sillón tras la antigua mesa de despacho, si, no le cabía ninguna duda que aquello antes había sido un despacho. Notaba como le caían las lágrimas, pero no podía contenerse, habían cogido su corazón y lo habían pisoteado. Asió la varita con cierta rabia, apuntando a los restos de escombros y piedras que había en el lugar, dispuesta a practicar con tal de tranquilizarse, de quitarse esa imagen de la cabeza y en cierta manera pensar que aquello no era más que un sueño, una pesadilla de la que no tardaría en despertar. Ver a Ron y Lavender Brown besándose en plena sala común, ante todos. Aún podía sentir las miradas de burla de algunos de los pocos que conocían su situación con Ron.

- Aviffors - Comenzó a transformar todo pequeño objeto que encontraba por el suelo en pequeños pajaritos, bien podía controlar en cual transformarlos pero no era plan de llegar aquel viejo despacho de aves rapaces.

- ¿Estas bien, Hermione? - Ni siquiera había oído abrirse la puerta, pero la voz era inconfundible, se trataba de Harry - He visto lo que ha pasado

Se giró hacia él, sin dejar de apuntar a los pájaros que había transformado controlándolos, captando la expresión seria y algo ceñuda de su rostro. Su amigo estaba apoyado al lado de la puerta, bastante cómodo. Se secó las lágrimas de su enrojecido rostro con la manga de la túnica, reprendiéndose por su descuido, por no estar atenta. Era consciente que con Voldermort completamente en activo estaba todo el mundo en guerra, y si en lugar de Harry hubiese entrado cualquier otro, un enemigo, no habría visto venir un potencial ataque.

- No quiero hablar de eso, Harry.

- Esta bien; no hablemos de ese idiota ni de su muñequita de plástico.

- ¿Cuanto llevas ahí?

- El suficiente tiempo para admirar tus habilidades en transformaciones combinadas con encantamientos.

- ¿Como me has encontrado?

- Te he seguido, aunque he esperado un poco para entrar. Me ha parecido que necesitabas estar sola pero al mismo tiempo necesitas un amigo. Aunque sea estar en silencio.

Las palabras de Harry la alarmaron un poco, tan centrada había estado en su propio dolor que no se había percatado que la habían seguido. Tenía que agradecer que Harry fuese una buena persona, aunque estuviese bastante cambiado, a veces le había parecido percibir cierta oscuridad en su amigo, o más bien como si Harry pudiese salir súbitamente de la misma. Se notaba que Harry era en realidad bastante más silencioso de lo que había mostrado hasta final de cuarto año.

Life & Death Donde viven las historias. Descúbrelo ahora