Severeus II

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Aquella mañana había recibido la notificación de que iba a ser supervisado por Umbridge en la hora después del almuerzo; tener a alguien ajeno a sus clases pululando por su aula no le agradaba, pero no había nada que pudiese hacer al respecto, sabía que la subdirectora era un jugador más de la encrucijada, y ya tenía que mantener contentos al señor oscuro y a Dumbledore como para encima tener que meter al ministerio en la ecuación, manteniéndose al mismo tiempo guardando las apariencias como un profesor alejado de Dumbledore; sabía bien que hacer respecto a Dolores Umbridge. Esperaba a los alumnos de su clase, la suma inquisidora había llegado ya y eso que faltaban como cinco minutos para que comenzase la clase.

- Profesora Umbridge; sea bienvenida, por favor, tome asiento – dijo indicándole una silla ya dispuesta cerca de su mesa.

Los alumnos comenzaban a llegar, curiosamente la suma inquisidora había decidido supervisar la clase de quito año, justamente en la que se juntaban las casas de Gryffindor y Slytherin, no había componente más explosivo. Iba a ser una clase difícil y la habitual incompetencia de los Gryffindor, a excepción de dos: Granger siempre había sido buena, pero presumía demasiado de sus habilidades, algo que no le gustaba encontrar en sus alumnos, el creer que se sabía todo era una perdición en pociones por lo que tarde o temprano cometería un error por esa misma soberbia, algo que la chica por, muy inteligente que era parecía no terminar de captar; el otro Gryffindor que era decente en su materia para sorpresa suya no era otro que Potter, al parecer había continuado esforzándose en la materia, demostrando verdadero interés en la misma, lo cual aunque no lo admitiese, lo sorprendía.

- Como podéis ver todos, hoy tenemos una invitada entre nosotros – Dijo señalando hacia la suma inquisidora – Así que comenzad con la segunda parte de la solución fortificante, si preparasteis bien la primera parte debería hacer madurado durante el fin de semana.

- Disculpe profesor Snape; ¿No es la solución fortificante algo demasiado avanzado?, de hecho el ministerio se está planteando eliminarla del programa.

- En efecto, lo es; pero a lo largo de estos años, estos alumnos han cubierto buena parte del temario de TIMO y les hago preparar esta poción como una desafía para ver si están a la altura del examen que harán en junio.

- ¿Cuánto tiempo lleva dando clase?

- Catorce años

- Y desde que empezó, ¿ha estado pidiendo el puesto de profesor de defensa contra las artes oscuras?

- En efecto.

- ¿No lo ha obtenido?

- Evidentemente no.

- ¿Por qué?

- Ni idea, no estoy en la mente de Dumbledore.

Dijo algo brusco, no le gustaba ser cuestionado y sabía que la bruja lo estaba haciendo, estaba buscando algo que emplear como trapo sucio, pero no dejaría que le hiciese a él lo mismo que a la tarada de adivinación. Deseaba que se largase de una buena vez del aula, pero al parecer Umbridge tenía otra idea muy distinta; comenzó a interrogar a los alumnos. Uno de ellos, Draco Malfoy, quien lo ensalzó como maestro; el otro, Harry Potter, seguramente buscando castigarlo, dado que el chico, astutamente comenzaba a pasar de sus provocaciones, algo que no creía posible dado el carácter explosivo de Potter, prestó especial atención a las preguntas que le hacía, aunque no dio signos de estar escuchando.

- ¿Cómo consideras al profesor Snape como docente?

- Es seco y cortante, pero un buen maestro...

- ¡Harry!, ¡es el peor profesor de todo Hogwarts!, lo sabe todo el mundo – Interrumpió Ron, ganándose un castigo de Umbridge antes de decirle a Harry que siguiese.

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