Capítulo 35: Muere y triunfarás

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POV BULMA

No sabía exactamente que sentía, tantas emociones arremolinadas en mi pecho en un solo momento, pero para resumir podría decir que me sentía aterrorizada, estábamos atrapados, de alguna manera perdería, era una difícil decisión: ¿Mi hija, mi preciosa Veru o el hombre que amaba y quien apenas acababa de recuperar después de 8 largos años de tortura? Simplemente no quería decidir, no podía hacerlo, los quería ambos conmigo, como una familia.

-¿Estás seguro de eso mocoso?, tiene que haber otra alternativa aparte del suicidio- Vegeta miraba a Gohan con determinación como si la fuerza de su mirada haría que él se retractara de lo que encontró en su investigación, pero las cosas son como son.

-Totalmente, ésta versión malvada suya y de mi padre provienen de un universo alterno al nuestro, el planeta Vegita fue destruido pero en unas circunstancias diferentes no como la historia que conocemos en nuestro plano.- Hizo una pausa para mostrarles a los Saiyajines las imágenes que contaban la historia de los Némesis de mi amado y mi mejor amigo. La historia que nos llevaba al fin y a la pérdida.

PLANETA VEGITA UNIVERSO ALTERNO

-VEGETA, CUIDADO- Kakarotto le gritaba a su mejor amigo, aliado y compañero de batalla en el momento en que vió como una esfera de luz se dirigía hacia el a toda velocidad. Con la gracia de un príncipe y a la velocidad de un rayo Vegeta esquivó el poder justo a tiempo. Ellos estaban sincronizados, desde pequeños aprendieron a luchar juntos y conocían como aprovechar las habilidades del otro para cubrirse las espaldas. Habían sido mejores amigos, casi como hermanos hasta el punto que habían decidido casarse el mismo día en el mismo lugar.

Milk y Bulma las princesas del este y el oeste del planeta, hábiles guerreras y de belleza sorprendente que habían robado sus corazones, eran las únicas personas que ellos valoraban en ese caótico lugar, que por cierto se estaba cayendo literalmente a pedazos.

Sutek, Un diabólico hombre con poderes jamás vistos por ellos había llegado y acabado con Freezer en un abrir y cerrar de ojos, doblegando a los Saiyans bajo su dominio. Pero ellos no se rendían, debían intentar recuperar su pueblo a toda costa, después de todo Vegeta se lo había prometido a su padre el Rey Vegeta antes de morir.

-Maldición Kakarotto, deja de jugar con esos inútiles y mátalos de una vez que tenemos prisa. No sé porque siempre tienes que hacer que mueran tan dramática y dolorosamente- Vegeta rodó los ojos mientras rompía el cuello de un enemigo, él prefería la matanza limpia, rápida y práctica a diferencia de Kakarotto que disfrutaba acabarlos lentamente y con una crueldad infinita.

-No seas aburrido, ¿entonces donde quedaría la diversión?- le respondió con una amplia sonrisa que parecía inocente a la vista pero si la mirabas dos veces podría ser realmente aterradora.

-Diversión o no, debemos llegar al Palacio en poco tiempo, Milk y Bulma deben estar listas con la nave- Kakarotto asintió y decidió que jugaría en otro momento, la sola mención de Bulma hacia que quisiera darse prisa para llegar con ella, era lo único en el mundo que le daba un poco de amabilidad a su carácter.

Terminando su trabajo volaron al Palacio para buscar a sus respectivas esposas y volar lejos de ese planeta, o bueno, eso se suponía que era lo que todos creían que iban a hacer. La verdad era que solo las mujeres viajarían para estar a salvo en otro lugar, ellos se quedarían a luchar y si Sutek mordía el anzuelo y creía que ellos se habían marchado ganarían ventaja y tendrían el elemento sorpresa de su parte.

-Estaba esperándolos desde hace mucho- Sutek apareció por la puerta del Palacio, con su sonrisa irónica y los ojos llenos de maldad. Pero eso no fue lo que shockeó a los príncipes, sino lo que su verdugo traía en sus manos. Vegeta y Kakarotto contemplaron con furia y horror la bandeja de plata en la que Sutek traía las cabezas de sus esposas. Se lanzaron hacia adelante con un rugido animal para matar a Sutek, Pero este solo desapareció para aparecer justo por detrás de ellos.

-MALDITO, JURO QUE SERÁ TU CABEZA LA QUE RODARÁ ESTA VEZ- Kakarotto temblaba de furia alimentada por el dolor de perder lo único que amaba, ahora solo quedaba un cascarón vacío lleno de maldad y odio, preparado para la venganza o morir en el intento.

-VAMOS A MATARTE, VAS A PAGARNOS CADA GOTA DE SANGRE DERRAMADA POR ELLAS Y SI HAY UNA VIDA DESPUÉS DE ESTA TE MATAREMOS OTRA VEZ BASTARDO- Vegeta apretaba los puños mientras daba la vuelta para encarar a su enemigo, fintaron un poco y atacaron al unísono contra Sutek. Este sólo se reía y se movía a la velocidad de la luz, agotándolos.

A diferencia de los Saiyans el no era humano, estaba ligado a la existencia misma y era prácticamente invencible, poseía todo tipo de poderes distintos, muchos de ellos eran mentales o mágicos lo único que podría vencerlo era una espada llamada Styxx, que tenía el poder de desligar cualquier ser de la existencia misma, era una especie de agujero negro que tragaría cualquier cosa y la sumiría en el olvido. Pero era algo que nadie sabía, Sutek la había guardado celosamente a través de los tiempos por ser su único punto débil.

-Basta, ya no deseo jugar más. Mientras me aburría peleando con ustedes se me ha ocurrido una idea brillante- Sutek levantó una mano para levantar a los guerreros por los aires y tirarlos al otro lado de la entrada del palacio, los sostuvo ahí en el piso, de rodillas inmovilizados con su poder, obligados solo a escuchar sus palabras.

-No voy a matarlos, creo que eso sería piadoso, y esa amigos míos, es una palabra que no me caracteriza- Vegeta y Kakarotto luchaban por deshacer el control sobre sus cuerpos con toda su voluntad mientras lo oían parlotear, pero no conseguían hacerlo.

-Los dejaré vivir en el rencor y el dolor, la pérdida de todo lo que conocieron, ni su pueblo, ni sus esposas ni su planeta sobrevivirá, serán exiliados a mi lugar de origen, completamente solos. Desde ahora su maldición será estar ligados por sus fuerzas vitales a todas las diferentes versiones de ustedes mismos en cada planeta, universo o dimensión que exista. Morirán cada vez que ellos lo hagan y revivirán cada que vuelvan a renacer en cada plano posible para poder tener una eternidad de pena y sufrimientos inigualables.

Y así fue como los Saiyajines fueron exiliados al lugar de origen de Sutek, con el tiempo aprenderían que podían absorber de ese lugar poderes parecidos a los de Sutek, quien desapareció en planetas lejanos con el fin de repartir su legado de dolor y sufrimiento; los guerreros ejerciendo control mental sobre otros, encontraron un planeta llamado Tierra, donde sus copias exactas permanecían con sus esposas, y tenían hijos. Eso no les importaba en absoluto, planeaban acabar con ellos, pues no eran sus hijos propios, el objetivo eran ellas, luego podrían tener los hijos que quisieran tomando todo lo que Sutek les había negado en su planeta.

EN LA TIERRA

POV VEGETA

-Es por eso que esos insectos nos encarcelaron en vez de matarnos, no pueden hacerlo. Sería un suicidio y eso definitivamente haría pedazos sus planes- dije con una sonrisa sarcástica y retorcida. Había una sola solución a este maldito problema.

-Vegeta... no creo que realmente estés considerando morir... ¿o sí?- Bulma me miró con espanto, pero definitivamente no me metería en una maldita lucha sin sentido si no podía matarlos, era una jodida pérdida de tiempo sino lo considerábamos realmente.

-Creo que puedo ver su punto, Bulma- Gohan habló con calma, el cerebrito estaba de mi lado.

-Podemos hacer algo mas, no sé, buscar la espada tal vez y acabar con Sutek, lo que sea que no implique a ustedes dos muertos- mi ex mujer divagaba con desespero, creía realmente en las opciones, pues yo no.

-Amor... Vegeta está en lo cierto, no podemos embarcarnos justo ahora en una búsqueda por un universo paralelo para encontrar a Styxx y luego derrotar a Sutek con ella, no poseemos el tiempo, cada segundo que pasa nuestras hijas podrían morir- Kakarotto le explicaba, podía ver en su rostro que estaba tan dispuesto a enfrentar la muerte como yo, estaba decidido.

-Debes dejarnos ir, mujer- Miré a mi mejor amiga, sus ojos azules llenos de lágrimas.

-Prepararé la nave, Iré con Gohan y Trunks a buscar a las niñas una vez ustedes... Ustedes...- La sabandija corrió a abrazarla cuando ella rompió a sollozar con demasiada fuerza, Gohan a un lado de ellos, los dejaría tener su momento, yo por mi parte debía ir a decir adiós a la mujer que amaba antes de partir a un viaje sin retorno.

UN PEQUEÑO CAMBIO (VEGETAXMILK) (GOKUXBULMA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora