❛La resiliencia de mi amor❜ 🠔 [KookJin]ܟ

018. [ Tocar el cielo ]

Durante el fin de mes, tenía la costumbre de salir. Partía a las tiendas de la ciudad -más cercanas- para comprar lo que fuera despensa. Se trataba del único tiempo en el que mi tío me daba permiso para conocer un poco del exterior. Tenía la suerte de respirar el aire maltratado del centro, ¡y aún así se sentía absolutamente satisfactorio! Respirar y volver a sonreír como si fuera otro país, otra galaxia, otro maldito Big Bang. Un mundo paralelo en el que todo sería perfecto si yo así lo desease.

Y lo vi. Vi a Jeon Jung Kook utilizando un traje, en compañía de un chiquillo que supuse era un amigo de su edad. Tenía un lunar por debajo de su orbe y su cabello estaba teñido en un anaranjado candente. Ambos lucían respetables y se reían apenas, tan apagados que me hizo preguntar si iban de camino a un funeral. Transpiraban hormonas adolescentes, más particularmente de alfas. Y no perdían el estilo incluso si llevaban una línea plantada en la punta de sus labios. Es mas..., hasta lucían más atractivos.

Apreté las bolsas que traía, observando mi desaliñado atuendo. Mis clavículas, moreteadas al aire libre, y mis piernas cubiertas por pantalones de chándal. Un abrigo de J-hope era lo que mejor me tapaba a estas horas de la mañana y mis zapatos estaban casi rotos. Debía tener cuidado si no quería terminar por romperlos. O en el peor de los casos, tropezar y caer.

Ahora las dudas llegaban a mi cabeza. ¿Siempre había existido esa diferencia abismal entre Jungkook y yo? Es decir, él no era de los que se regocijaban en su dinero. De hecho, los primeros meses vestía ropa bastante enorme y de precios bajos. Y ahora, a medida que se desarrollaba como persona, traía más marcas encima. Su pelo estaba peinado y se echaba base en la cara para ocultar las imperfecciones. Sus zapatos estaban constantemente lustrados; y lastimosamente no aparentaba su edad ni siquiera con algo de esfuerzo. Se veía mayor. Así que, ¿tanto tiempo había pasado? ¿Cuándo, en un cerrar y abrir de ojos, el chiquillo frente a mí se había vuelto en un hombre hecho y derecho?

Por otro lado, ¡tan temprano!..., ¿qué estaría haciendo tan temprano aquí y en una tienda de libros mientras paseaba con aquel traje de género? Lucía malditamente perfecto. Eso no podía ser de Dios.

Bien, lo que sea. A mí no me importaba.

Yo venía a hacer mi trabajo y me iba.