Cuando desperté, mi pecho pesaba. Una pesadilla me arremetía con fuerza y un indicio me aludía como a la marea. Era como un recordatorio de que algo iba mal, un feo presentimiento al que pude conducir cuando las memorias me acogieron. Y entendí que el peligro acecharía en cualquier momento una vez el nombre llegase a mi cabeza: Jackson Wang. Esa era la última cara que había visto; el último traidor.
Me levanté tediosamente, tirando de las agujas que taladraban mis venas. Solté maldiciones al aire por el dolor provocado y entraron dos..., no, tres enfermeras mirándome entre encantadas y aterradas. Estaba en el hospital, aquello era más que evidente; pero en mi torpeza no había logrado deducirlo. Así que era como era; los perros de Jackson habían llegado al punto de dejarme de esta forma..., de esta patética manera. Si no había podido defenderme de tres betas clase baja, ¿qué podría esperar de mí protegiendo a mi omega? Ah, pero incluso para mí debía existir una razón lógica. No podía ser amarrado de este modo. Debía haber algo más por lo que había terminado así. Mi cabeza pesaba a horrores y mi cuerpo se sentía entumecido.
Algo estuvo a favor de ellos, ¿qué fue?
—¡¿Qué hace levantado, joven Jeon?! ¡Tiene que volver a descansar!
—Está usted en un estado delicado, por favor-
—Llamaré al doctor y a los familiares. ¡Llévenlo a la camilla, las puntadas pueden abrirse!
Un montón de basura que entró por mi oreja y salió por la otra. La corazonada seguía ahí y más imponente que nunca. Dolía. Mi pecho se sentía picando, punzante. Una agonía latente y ansiedad no propias de mí. ¿Por qué? Yo me sentía bien..., entonces, ¿por qué carajo estaba sintiendo emociones que no me correspondían? ¿Algún efecto secundario de los medicamentos que me habrían de inyectar mientras yacía inconsciente? Lo más raro sería, en todo caso, que siguiera ido. No sentía nada, absolutamente nada. Pensaba en la traición de Wang y no sentía nada. Pensaba en mis padres y no sentía nada. Pero..., pensaba en los niños y en Seokjin, y podía sentir algo; algo que desvariaba. Tenía que verlos; seguramente los preocupé. Los necesito, los extraño. Quiero el varonil y sensato aroma de Jongjin, la tersura en el roble de Hiro y la fragancia a panecillos de vainilla de Hyunseokkie. Y sobre todo, por encima de cualquier cosa, anhelo el hogareño olor del hombre que me hace descolocar como tarado.
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❛La resiliencia de mi amor❜ 🠔 [KookJin]ܟ
FanficFanfic ganadora del concurso #yoursawards2022 Jeon Jung Kook tiene doce años cuando conoce a Kim Seok Jin, que a su vez cuenta con diecisiete. Las circunstancias en las que se relacionan no son favorables. Jeongguk se encuentra en la penitenciaría...