❛La resiliencia de mi amor❜ 🠔 [KookJin]ܟ

076. [ Ser compensado ]

—Joven Jeon, su padre está esperándolo en la oficina.

Abrí los ojos como dos grandes luceros. ¿Qué? ¿Había escuchado bien? ¿Por qué razón él estaría aquí? Tenía temas pendientes en los Estados Unidos. ¿Por qué rayos-? ¡Y no me avisó! Ni siquiera llamó para informarme.

—¿Es broma?

—No. Su vuelo se adelantó y, bueno, ahora está esperándolo. No sabía si dejarlo pasar pero él insistió y, eh, sabe que contra su autoridad no puedo hacer mucho. —Elevé una ceja. ''Su vuelo se adelantó''; ¿ella ya sabía? ¿Por qué no me lo mencionó? O tal vez, probablemente, padre le hubiera pedido ocultarlo para hacerlo pasar por sorpresa. Sonreí sin ganas. Esta, ¡la peor sorpresa en lo que iba del año!

—Lo entiendo. Gracias, Jess. —No preguntaría más, sólo necesitaba aclarar el tema cuanto antes.

Fui corriendo a la entrada, tomando un soplo antes de girar la perilla y adentrarme al que era mi lugar de trabajo. ¿Por qué me sentía tan nervioso de estar cruzando lo que me pertenecía por propiedad?

—¿Papá...? ¿Qué haces en Corea? —quise saber. Sin saludos, sin tapujos. Estaba extremadamente nervioso como para pensar en ser amable y cariñoso.

Él se giró y, pese a mi trato desconocido, me sonrió con sus centelleantes ojos antes de lanzarse sobre mí; dando el abrazo del año. Jodidamente apretado y amoroso, pero seguía siendo demasiado para mí. Cuando esto sucedía era porque mi presencia se transformaba en algo necesario en casa. Y lo comprendía totalmente. Después de todo, acostumbraba a vivir bajo su techo. El que me alejase lo preocupaba en infinitas maneras; nunca pude aludir al porqué. Era como si temiera el que algo me ocurriese. Aunque, teniendo el lugar que tenía en su capital; era evidente que se mantuviera preparado ante cualquier catástrofe. No se es multimillonario muy seguido y tampoco es como si todo ese dinero fuese a parar a un don nadie. Cualquiera que arrebatase la vida de su hijo..., eso ya era suficiente para hacerle poner paranoico, ¿no? Yo era el próximo, tenía que cuidarme y hacer que me valiese por mí mismo. Juntarme con otra casta y alcanzar la prosperidad en perfección. El reconocimiento y la fama.

Pero, había un problema... todavía no había preparado el discurso para contarles que ya tenía adepto a prometido. Bueno, nadie lo sabía. Sólo yo, desgraciadamente. Pero de que se cumpliría, lo haría. Todo lo que estaba a mi alcance, llegaba. Cumplirían mi capricho, ¿no era así? Siempre lo hacían. Comprendían con totalidad mis elecciones. Si les decía que estaría con otro omega que no fuese elegido por ellos, ¡entenderían! Después de todo, me aman.