—Odio esta mierda, hombre. Comienzo a creer que tengo impotencia sexual o algo así —gruñó con el descaro a flor de piel. Tae lo miró entre incrédulo y abochornado. ¿Cómo podía decirlo tan gratamente? Dios, que él no era ningún pan de Dios, ¡pero por lo menos tenía decencia para no andar diciéndole en lugares públicos!, ¡públicos! Sobre todo si dicho lugar se trataba de una pastelería donde la mayoría de la gentuza se componía de mocosos y madres solteronas.
—Y..., ¿lo volverás a intentar? —trató de parecer genuinamente interesado. Pero le valía mierda. Más al ver cómo la mujer de la mesa consecutiva fruncía el ceño luego de escucharlos. Sí, Jungkook los estaba dejando en ridículo a ambos. Maldito dongsaeng promiscuo.
—¿Para qué? Da igual lo que haga; no se me para —se burló con una burlonería de cristal, llameando el café caliente entre sus delgados y largos dedos. Eran malditamente proporcionales y Taehyung envidiaba lo bonitos que lucían pese a tratarse de un alfa y no un omega. ¡Sus propios dedos no le gustaban! Parecían espaguetis—. Es como si..., tuviese el estúpido recuerdo de algo que fue increíblemente bueno en mi vida..., y me fuese cruelmente arrebatado al punto de ya no poder hacer maravillas con mi varita —e hizo un puchero desdeñoso, probando en Taehyung las risas descontroladas. Victorioso de haber hecho reír a su mejor amigo, se apoyó en el respaldo de la silla. Quizá le gustaba un poco la sonrisa de su mejor amigo—. No puedo evitar no sentirme mal por todo este rollo. A veces despierto a medianoche pensando en cosas que ni siquiera deberían importarme en este punto de mi vida... Simplemente me siento desordenado. Como si allí afuera estuviera algo buscando ser encontrado y yo sólo desperdiciase la oportunidad; porque soy incapaz de recordar qué era, ¿entiendes?
Kim asintió con una mueca en los labios.
Lo entendía perfectamente.
—Mira, Guk-ie —un escalofrío le recorrió ante el apodo. ¿Qué?—, me sentí así durante los
primeros años de estancia aquí en Estados Unidos. Deberías probar tú también..., ya que no me parece casualidad que venga dándose después de tanto tiempo de estructura forastera. ¿Por qué no pruebas devolviéndote a Corea? Tal vez necesitas reconocer tus raíces para entender qué es lo que te falta. Quizá dejaste un amor del pasado atrás..., o quién sabe, quizá a un actor porno con el que tuviste el mejor sexo de tu vida —susurró igual de irónico. Jungkook sólo atinó a darle un zape y sonreír.
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❛La resiliencia de mi amor❜ 🠔 [KookJin]ܟ
Fiksi PenggemarFanfic ganadora del concurso #yoursawards2022 Jeon Jung Kook tiene doce años cuando conoce a Kim Seok Jin, que a su vez cuenta con diecisiete. Las circunstancias en las que se relacionan no son favorables. Jeongguk se encuentra en la penitenciaría...