—¡K-kook! —gimoteé, tirando gentilmente de su pelo. Él sonrió ladino, sus indecorosos ojos en fúnebre ardor haciéndose notar.
—¿Mmmh, omega? ¿Algo que decir antes de chuparte la polla? —intervino, más tranquilo de lo que hubiese esperado. El visillo de saliva dio un camino desde mi vientre enrojecido hasta su boca. El surco de estrías decaían a cada bajada..., y a él no parecía importarle en lo más mínimo. Mis ranuras, mis desastres, mis cortes superiores..., a él no le interesaba un carajo. No me estaba juzgando, ni se estaba atormentando por recordar que su omega había sido preñado. Aunque..., sólo yo era capaz de comprender la profundidad de nuestro pasado. Él no lo entendía..., y aún así, no estaba reprochándose el tratar de meterse con un hombre como yo. Eso, por alguna extraña razón, me hacía sentir cómodo. Muy feliz, también. Seguíamos siendo los mismos después de todo.
Tapé mi rostro, rojo hasta las orejas—. N-no —y justo, ¡justo cuando iba a actuar!..., cuando todo se iba a dar por empezado en una fantasía real; acabó dándose por terminado. Finalizado en un: ''desperté''. Un estúpido sueño. Había sido un sueño de muy mal gusto. Toqué mi cara, procurando estar lúcido y sin dejar de respirar agitado. Sudoroso, todo era jodidamente sudoroso— Un sueño —bisbiseé entrecortado, asqueado de mi ilusión y asqueado también del estado actual de mi polera. Estaba húmeda, tan húmeda que se pegaba a mi piel. Bufé por lo bajo, mirando de reojo a Kookie, que dormía boca abajo y sin el plumón encima. Muy ajeno a los problemas del universo y ensimismado a su siesta. ¿Qué estaría codiciando en sus mejores sueños?
Me fijé en su cuerpo..., en sus pantalones apretados y su polar. Observé cuidadosamente su trasero, inspeccionando lo abultado que permanecían sus glúteos. Eso..., ¿lo habría ganado con deporte? Aunque..., ¿qué clase de deporte? De cualquier forma, Jungkook siempre había sido de los que gustaban de moverse mucho. Y probablemente fuera fácil (también) el que ganase musculatura; demostración de aquello eran esos dos panes que adornaban su parte trasera. Sus muslos se notaban igual de rellenos, muy duros incluso para estar descansando tan apaciblemente.
Sonrojado de estar pensando idioteces, traté de levantarme. Fallé en cuanto noté que sus delgados dedos estaban acurrucados en el contorno de mi vientre, por debajo de la remera. Suspiré bobamente, examinando el monto de casetes que se desparramaban por sobre la ancha cama. Incluso Jung podría usar esta clase de cosas tan viejas y nostálgicas, ¿eh? Apostaba a que los trillizos amarían tener cintas en las que estuvieran grabados sus episodios favoritos de Dragon Ball.
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❛La resiliencia de mi amor❜ 🠔 [KookJin]ܟ
FanfictionFanfic ganadora del concurso #yoursawards2022 Jeon Jung Kook tiene doce años cuando conoce a Kim Seok Jin, que a su vez cuenta con diecisiete. Las circunstancias en las que se relacionan no son favorables. Jeongguk se encuentra en la penitenciaría...