004. [ Sorry, bae ]

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A la edad de diez años, después de los devastadores funerales que habrían de destruir la moral absoluta de la familia, mi tío vino por mí. En la comisaria me observó tremendamente conmovido y abrazó mi menuda existencia hasta el cansancio. El jefe de la escuadra nos apreció enternecido y le dio indicaciones a quien sería mi nuevo tutor. 

Dijo que a partir de ese entonces viviríamos juntos; que no me preocupara.



Nunca me preocupé, de cualquier forma.



A los días me enseñó su lugar de trabajo.



—Jin, pronto tú también trabajarás aquí conmigo, ¿verdad? —había interrogado con un pequeño brillo en sus orbes. Me encogí de hombros y le di la razón, observando fascinado el ambiente que nos aruñaba. Algo dentro de mí titilaba como si me sintiera repentinamente en casa; el ambiente era hogareño, nocivo y absolutamente grotesco a los ojos de cualquiera que desease examinarlo— ¡Por supuesto que lo harás! Pronto irás al juicio a firmar esos papeles, ¿cierto? ¡Y como recompensa te dejaré trabajar aquí! Para siempre. No dejarás a tu pobre tío solo, no después de que toda la familia nos haya abandonado.



Sabía que mentía. Es un método que los adultos suelen usar con los niños: ''manipulación''. Te hacen creer que son las víctimas y luego intentan persuadirte con palabras vacías. Además, cabía recalcar que él siempre había estado solo. La familia lo tenía en una línea de margen despreciable. Lo veían como se vería a un bicho raro, lo veían como se vería al diablo. Mi tío, tan inocente como aparentaba ser, siempre reía y fingía llevarse bien con todos; dentro de él sabía cuán odioso resultaba a los demás. Mi padre lo aborrecía y, siempre que tuvo la oportunidad, lo llamó ''cerdo'' a la hora de cenar.



Lo cual venía a ser hipócrita de su parte, pero vamos, ¿qué persona nunca ha sido hipócrita?




Y, efectivamente, cuando mi primer celo llegó, trabajé. Fue exactamente como pensaba que sería. Ni más, ni menos. Fue placentero y superficial. Duradero e instintivo. Mi cuerpo fue sellado cruelmente en un trato que nunca estuve predispuesto a analizar a más profundidad. Todo en agradecimiento de mi baja capacidad de raciocinio: actuando como un animal de la última escala haría y saltándome por encima a cualquier fuente de enriquecimiento del saber. Odiaba participar en clases, y mi única; verdad alusión, fue la de complacer a tantos alfas me fuera posible. Me gustaba, me hacía sentir dañinamente querido. Apreciado de una forma que nunca vi expuesta en mis padres y anhelado de una manera que mi hermana habría envidiado.

❛La resiliencia de mi amor❜ 🠔 [KookJin]ܟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora